Capítulo 13: El pasado

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Tomamos asiento los cuatro a la mesa con las tazas por delante. Vass junto a su esposa imaginaria de madera, la cual no tenía vaso, y yo junto a Sary, que seguía enraizada a la silla con el ceño fruncido. Ésta ahora tenía patas con garras y caminaba hacia donde le indicaba Vass.

El silencio se había impuesto una vez más y comenzaba a resultar realmente incómodo. Especialmente me inquietaba "Claire", esa cosa que estaba al lado de Vass. Me miraba sin parpadear con una sonrisa falsa. Mi sexto sentido me decía que no era peligrosa, pero sencillamente daba escalofríos.

—¿No te gusta el té, Karen? —me preguntó la muñeca.

Temblé un segundo y cogí la taza. Al parecer se había dado cuenta de que no había bebido aún.

—No, no, no es eso —la verdad es que tenía mucha sed.

—No está envenenada —aseguró Vass, que bebía tranquilamente—, si es lo que te preocupa.

—Ah, no, no. Tampoco es eso —ya sabía que no estaba envenenada o al acercármela a la boca me lo diría mi sexto sentido. Además, Vass pudo matarme mientras me tuvo atrapada con tan solo retorcerme—. Es que me gusta más la café —aún así bebí porque realmente tenía mucha sed.

—El café también es bueno —asintió Vass.

—¿Lo sabías, Karen? —intervino su "esposa"—. Las bebidas energéticas estimulan la creación de energía astral en el cuerpo.

—Sí, sí —confirmé—. Me lo enseñó mi maestro. Es por eso que siempre bebo refrescos y bebidas isotónicas.

—Pues las infusiones naturales son especialmente mejores —me explicó Claire levantando un dedo—. No solo estimulan la creación de energía astral, sino que contienen energía astral en sí misma. La concentración no es lo suficientemente elevada como para salvarte de la muerte, pero puede ayudarte a reponerte con mayor rapidez del cansancio y la pérdida de sangre.

—Hum —musité con interés—. ¿Podría funcionar como sustituto de la sangre para un demonio?

—¿Te preguntas si los demonios podrían sobrevivir a base de infusiones? —quiso saber Vass. Asentí—. Eso es imposible: la concentración astral es tan pobre en comparación con la sangre que ni siquiera lo notarían. Pero lo que es más —añadió agitando el té con su cucharilla—, el tipo de energía que contiene el té no es compatible con la naturaleza impura de los demonios.

—En cambio a los humanos nos viene muy bien —me guiñó Claire.

Bebí y soporté el sabor por no hacer un feo, pero si lo que decían era cierto, entonces me venía muy bien ese té.

—¿Y qué?

—¿Qué de qué? —replicó Vass.

Me encogí de hombros y traté de seguir su juego.

—¿Que qué pasa? ¿Vivís los dos solos aquí o qué?

—No te hagas la graciosa —me regañó Vass—. Ya sé que te has dado cuenta, es imposible no verlo.

Arqueé las cejas, confundida.

—No sé de qué hablas.

—Mi mujer aquí presente no es real —"reveló" abriendo los ojos—, no finjas que lo es.

Me tenía aturdida.

—Ah... Es que... Como veo que os habláis...

—No te confundas —me advirtió muy serio—, sé muy bien que no es ella —aseguró—. Simplemente me aburro.

—¿Por eso creaste una muñeca de madera? —pregunté.

—La soledad es aburrida —declaró hastiado—. Imagino que una cazadora de la Orden sabe a qué me refiero.

Astral Arcana I - WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora