Capítulo 1

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Jungkook ya llevaba caminando por los pasillos alrededor de 10 minutos, suspiraba cada dos por tres y esquivaba a los chicos, que, apresurados ni se disculpaban ni mucho menos les importaba hacerlo.

Cuando llegó por fin a su destino, le dio un pinchazo de dolor en el pecho ver que era lo que había sucedido con su maleta que estuvo perdida todo el último período, varios de sus compañeros se reían disimuladamente y otros ni lo intentaban. Fallidamente intentó saber el paradero de sus pertenencias y muchos lo ignoraban o se seguían burlando de él hasta que una chica, la más tranquila del salón le indicó que se la había llevado Park y sus colegas.

Trató inútilmente de calmarse, pues si bien le molestaban, había aprendido a ignorar comentarios de los demás, pero lo que Park le hacía iba más allá de las palabras, siempre había preferido callar ante las constantes bromas de él y su grupito, ser amable y mostrar una sonrisa aunque no la merecieran, porque Jungkook es esa clase de persona, pero ciertamente ya todo eso le tenía hastiado ¿cómo pararlo? No quería ser grosero, pero talvez ya era hora de ponerse firme.

Entró en el salón donde todas sus cosas estaban tiradas por doquier, se inclinó a coger primero su maleta y está fue pateada. Levantó el rostro y ahí vio a su peor pesadilla, Park Jimin frente a él, con una sonrisa burlona y de autosuficiencia.

- Pensé que tardarías más en encontrarla- dijo pateando ahora uno de sus libros- como eres lento para todo, realmente me diste una sorpresa, cerdo~- remarcó cada letra en la última palabra.

- Ya te divertiste ¿podrías dejarme coger mis cosas?- frunció el seño viéndolo directamente.

- ¿qué chiste habría en dejártelo fácil? - cruzó la habitación pisando uno de los pies de Jungkook fuertemente, este sólo ahogó una queja- vaya ¿hoy no harás tu patética actuación de niño bueno? ¿o te quejarás al menos? Te noto de mal humor, parece que quisieras confrontarme ¿qué tan tonto suena eso? - rió socarrón- con lo que me gusta verte llorar, arruinaste mi parte favorita- comentó ahora viéndolo frívolamente- aunque no creo que sea demasiado tarde ¿verdad? - sonrió de forma maliciosa.

Avanzó rápidamente hacia donde se encontraba el pelinegro arrodillado, se agachó un poco para estar frente a frente y lo abofeteó, una y otra vez, sus mejillas ya rojas y ahora llenas de lágrimas.

- Basta...- susurró apenas.

- ¿qué dices? - el rubio le golpeó más fuerte después de preguntar.

- ¡¡Qué pares!! - gritó al fin encontrando su voz en un momento de coraje, haciendo al otro enderesarce sorprendido- ¡Basta, ya me cansé! ¡no quiero! ¡No quiero más de esto! ¡¡déjame en paz!! - Se cubrió el rostro rojo de la ira y de las bofetadas.

Jimin apretó los dientes, avanzó el paso que había retrocedido y agarró el cabello del pelinegro haciendo que involuntariamente echara la cabeza hacia atrás - yo decidiré eso, cuando quiera, no me des órdenes, porque lo que hecho hasta ahora contigo será un juego de niñas a comparación de lo que en verdad podría hacerte- jaló aún más duro- no juegues con mi paciencia, niño- lo soltó bruscamente haciendo que tuviera que sostenerse en sus manos para que su cara no diera de lleno en el suelo, aunque no puedo evitar el último grito que soltó al ser pateado en el muslo de una manera salvaje, haciéndolo tambalear incluso estando apoyado en manos y rodillas.

Después de eso el rubio se fue azotando la puerta tras de sí, y Jungkook quedó en la misma posición derrotada, lágrimas salían como un río, sollozos apenas audibles, con mucho dolor, en el cuerpo y en el corazón ¿por qué quería a alguien sin corazón? Él era un masoquista.
Temblaba, apretó los puños y al final soltó toda su frustración en un grito lleno de dolor y desesperación que recorrió todos los pasillos cercanos.

Park tenía un semblante serio y sombrío mientras caminaba en los pasillos vacíos, escuchó el grito, paró un momento con la misma expresión y luego siguió su camino.

El Cambio (jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora