–Lo siento...–
–No lo sientas, la verdad a mi me da igual. Qué se vayan al carajo–
Sin saber qué decir, me acerqué a él y planté un beso en sus labios. Él se sorprendió y sonrió.
–Me gusta que hagas eso.– Sonreí y lo besé de nuevo, ésta vez un beso más atrevido.