Después de dos días, me llamó.
–"Hola lindo, ¿cómo estás?".– Me morí al escuchar esas palabras.
–"H-Hola".– No sabía cual era su nombre. –"Perdón, ¿cómo te llamas?"– me sentí como un imbécil en ese momento.
Escuché su risa.
Él estaba riendo. Probablemente de mi.
–"Me llamo Harry. Oye, llamo para invitarte a salir, si quieres..."–
–"¿Como una... cita?"–
–"Si tu quieres".–
Hubo silencio por unos segundos.
–"Entonces, ¿si quieres salir conmigo?"–
–"Bien".–
–"Bien. Dame tu dirección y paso por ti en tres horas."–