❛capítulo i❜

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(Editado.)

La rutina de Setsuka había sido la misma desde hacía un año; despertarse cinco minutos antes de que la alarma sonara a las seis con treinta, hacer lo necesario en el baño, comer tranquilamente su desayuno preparado por ella en el silencio de la mesa con cuatro sillas en la cocina y solamente acompañada por la presencia casi espectral de su gato negro de dos años comiendo a su lado. Terminando con lavar los trastos, vestir su uniforme, amarrar su cabello con una simple cinta a la altura de su nuca y partir en un viaje de diez minutos a pie a la escuela.

Sin embargo, las cosas habían dado un giro ahora que su ciclo como estudiante en la clase principal de héroes en Yūei daba comienzo. Si bien los quehaceres mañaneros no lograron cambiar mucho en sí, Setsuka debía convencerse de que su uniforme ya no era el mismo y el largo del trayecto se había hecho significativamente un tanto más alargado que el anterior. Incluso, que su vida escolar ya no serían lecciones simples ni de control de quirk dos veces por semana; ahora esas clases se volverían más reales, pesadas y exigentes. No es como si le molestase, sinceramente, lograba despertar una chispa de entusiasmo y curiosidad en su interior, quizás no tan excitada como veía en los rostro de los demás que lucían exactamente como de primer ingreso, pero los comprendía.

Un nuevo año, metas similares, academia famosa y prestigiosa de entrada para nada fácil... Setsuka realmente los comprendía, lo hacía. Pero no lo compartía, y eso era un detalle fundamental.

Inhaló hondo y profundo, pestañeando rápidamente para evitar que la luminosidad del ambiente no la continuara cegando. Yūei seguía siendo asombrosa incluso después de haber conocido su interior y haber atravesado el umbral de la entrada principal hacia el edificio enorme e imponente sobre la colina verde, una que se veía desde el lugar más céntrico de la ciudad.

Setsuka le echó un vistazo al reloj de su muñeca para asegurarse de que tenía tiempo de sobra todavía para darle una visita a una vieja conocida de la familia. Esto puso una pequeña sonrisa en el rostro de Setsuka, iluminando sus finos rasgos por un instante tan breve, que parece sorprendente el hecho de que no pasó inadvertido por aquellos que se vieron atraídos como imanes hacia ella, mientras que Setsuka era ajena a la reacción y simplemente se apresuraba por el lobby hacia los ascensores y presionaba el número de la doceava planta que era donde se ubicaban parte de las oficinas de los maestros.

Avanzó viendo las placas en las puertas hasta que dio con el nombre que buscaba. Tres toques en la puerta fueron suficiente aviso para quien se encontraba en el interior y Setsuka contó tres segundos exactos antes de que la puerta fuera abriera y la conocida figura de Kayama Nemuri, alias Midnight, apareciera frente a ella, luciendo su exótico y extravagante traje de heroína en todo su esplendor.

El rostro juvenil y alegre de la treintañera le sonríe de oreja a oreja.

—¡Setsu-chan! Creí que te vería en un par de horas más —dice efusiva y con sus nudillos izquierdos reposando en su cadera. Se hizo a un lado abriendo la puerta—. Entra por aquí querida, nos restan quince minutos para el toque.

—Tiempo suficiente, Kayama-san —responde entrando a la claridad de la oficina bien equipada y con un preocupante estante repleto de diferentes fustas y látigos con fondo de terciopelo carmín. Una gota de sudor corrió por el costado de su sien a lo que se dejaba caer contra un silloncito frente a una mesa de café—. Creí conveniente venir antes, ya que nunca se sabe lo que puede ocurrir después.

—Cierto, cierto. Especialmente con EraserHead al mando de la clase 1-A —comenta asintiendo, imitando su movimiento y cayendo sobre el sillón de cuero frente a ella. Cruzó las piernas y reposó la barbilla en su palma—. Aunque dudo que Setsu-chan tenga problemas lidiando con ello.

暁 ; bnhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora