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No le odiaba... Más bien, le seguía amando, un amor que no desaparecería, que seguiría vigente, un amor puro, por qué, eso fue.
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Esperaba que estuviera bien, donde quiera que estuviese, con quien estuviera, que fuera feliz.
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El resto de personas normales que quedaban en el mundo, fueron uno a uno sometidos y llevados a un lugar alejado.
Ya fuera de buena o mala manera, los llevaban, dejando solo aquellos con habilidad, algo ocurría.
—No te dejaré que te lleven.
—Kariya –sus labios fueron sellados por lo de Masaki.
Lo protegería a toda costa, así fuera en contra de todo, resguardaría a quien amaba. Y la puerta se abrió.
.
—Crear una nueva especie, no es malo –dijo él mayor observando las piezas en el tablero, delante de este, un chico de cabello naranja y orbes azules esperaba el movimiento del mayor.
Kyousuke empuñó con ira, pero se mantenía quieto. A la habitación entro otro chico de cabello naranja más brillante y con el orbe descubierto azul.
—¡Vamos! ¿En serio? –se giró a ver a su menor quién no cambiaba su expresión molesta —tienes una habilidad genial ¿y aún así me quieres reprender?
—No es justo... esto es solo un berrinche tuyo...
—¿Perdón?
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—Quieres que todo sea como tú quieres, pero esto no es así.
—¿Por qué no? Tengo el dinero, el poder y la inteligencia para ello, me los gané a base de esfuerzo, te saque de la pocilga que vivíamos ¿y así me agradeces?
—Yo quiero al hermano que reía, que era feliz.
—Soy feliz.
—¡Estas mintiendo!
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Guran
Lo sueño, le recuerdo con amor.
Hoy como ayer logre ocultar a Hayato, pero no sé cuánto tiempo seguirá esto, no sé por qué, o como inicio esto, pero, nadie volverá a quitarme lo que amo.
