Caer

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Uno, dos, tres, la lluvia de golpes no cesaba por parte de Kariya, quien aún inconforme por tener al los hombres como saco de box, comenzó a torturarlos como ellos a su amigo.

La sangre, carmesí, espesa, resplandeciente a la luz de la luna comenzaba a formar un charco bajo los cuerpos torturados de los hombres tiritando del miedo, sus orbes un chasis por los moretes frescos observaban la maniática imagen del chico reír alegre.

Esa noche, Masaki comprendía lo divertido de causar dolor a otros, esa adrenalina de estar a punto de dar un descanso eterno a alguien para luego dejarlo en un doloroso sufrimiento.
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Preparaba el desayuno con una sonrisa en los labios, moviéndose de un lado al otro por los ingredientes y utensilios que necesitaba.

Se levanto más temprano de lo usual, Matatagi aún dormía profundamente, por lo que hizo el menor ruido posible al salir de la cama y ducharse.

Un bostezo largo se escucho a la entrada de la cocina, el moreno ingreso a aquel espacio y abrazo por la cintura a Masaki quien sonrío gusto recibiendo un beso tras la oreja.

—Buenos días –saludo tomando un bocado de lo que Kariya preparaba.

—¿Descansaste? –cuestionó el de cabellos cyan a Hayato quien tomó un vaso de cristal alargado y delafo para servirse un poco de agua asintiendo a la pregunta de su esposo —Hiroto me dijo que irán de viaje...

—Regresare lo más rápido posible, dice que es lo mejor para ayudarme a relacionarme mejor con otras personas del ámbito –explicó pasando el vaso a Masaki bebiendo del contenido —pedí permiso a la escuela y...

Fue callado por un beso de Kariya, al cual se le unió caricias a su cabellera y Hayato lo apego más a su cuerpo, apresandolo entre sus brazos.

A una corta distancia, colocó Kariya el dedo índice en los labios del moreno —no te preocupes por mí, estoy bien.

Regresando a su labor, sirvió los contenidos en los respectivos platos comenzando a desayunar.
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La lluvia comenzó a ser más fuerte, pequeñas lagunas en las calles y aceras ante la diferencia de alturas o por baches hechos por el tiempo y pasó de vehículos como peatones.

El sujeto de "don" animal se transformó en un lobo que corría bajo aquella tormenta, llegando al final de una calle sin salida.

Su respiración acelerada y su vista como oído pendiente de cualquier ruido sospechoso, había huido de su banda al ser acorralados por un chico de sonrisa maniática que empezó a jugar con ellos y causarles graves daños a sus físicos.

No sintió la presencia del otro cuando le dio tremendo golpe en las costillas lanzándolo contra uno contenedor de basura. Aulló del dolor, la presión de un calzado sobre la herida actualmente hecha.

—La humanidad sufrió un drástico cambio, seres con "dones" y "habilidades" que por siglos añoraban, y ahora "puff" –decía mientras no dejaba de presionar la herida y con un palo que en la punta tenía un vidrio quebrad, incrustó en el ojo del sujeto que no dejaba de aullar de dolor —¿con qué fin? ¿Quién y para que lo hizo? Es algo que me cuestiono todas las noches.
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Guran.
Hoy prepararé en despedida a Hayato un delicioso filet miñon con espárragos y puré de calabaza y como postre pay de cerezas, espero le guste, seguiré la fiel receta del vídeo.

Hero Apocalíptico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora