Gift For An Idiot [FrUk]

III

Después de casi matar a Alfred y Kiku - sobre todo al primero- , por la resaca que le destruía su cabeza al día siguiente. Se pusieron en marcha. Estaban a 10 de febrero y como Antonio estaba atendiendo su cafetería con ayuda de Francis y Gilbert, tenían tiempo para visitar a Lovino Vargas, aprovechando a sus "contactos".

Y por contactos, obviamente me refiero a la amistad del japonés con Feliciano Vargas, el hermano menor de Lovino.

- ve~ ¡Fratello! ¡tienes visita! - el castaño menor irrumpió inesperadamente en la habitación del otro italiano.

- ¿huh? Quien sea dile que se vaya. Estoy ocupado con algo - el novio de Antonio dijo esas palabras secamente. Estaba ocupado regrabando algo una y otra vez.

- pero...- Feliciano intentó insistirle a su hermano pero el otro le interrumpió.

- ¡Trató de terminar antes de que el bastardo de Antonio llegué! ¡Así que veté, Feliciano! capisci?!

- ammm... Hi - Arthur entró en el cuarto con un poco de timidez disimulada. El italiano menor le había dicho que esperará en la sala hasta que convenciera a su hermano de colaborar, por lo que había aprovechado de mensajearse con su "stupid Frog", pero luego de un par de mensajes cursis por parte del francés, (a pesar de sus respuestas ariscas, que enviaba en un vano intento de que su pareja no le recalcara lo feliz que le hacía sentir con simples palabras), recordó que cada segundo era tiempo perdido para conseguir el regalo perfecto para Francis, por lo que decidió entrar por su cuenta.

Cuando le vió entrar, un grito agudo salió de la garganta del violento, pero aun así cobarde, italiano. Quien le tenía miedo al británico -y a casi todo ser del universo si el español no estaba cerca para protegerlo-.

- L-Lovino. - el tono del británico había pasado a ese arrogante y con un leve tartamudeó que usaba cuando se sentía en desventaja y/o nervioso - v-voy a darte el honor de hacerme un favor, I-is it clear?

- c-cómo deseé, signore - un poco más y él italiano se habría arrodillado frente a Arthur, con tal de que el otro no le hiciera nada.

- I need your help... - en su lengua se sentía mucho más seguro para expresar sus pensamientos. Tomó aire para armarse de valor y decir las siguientes palabras - N-necesito... ¡Necesito que me digas que le vas a regalar a Antonio!

- ¿huh...? - Esa no se la esperaba el de cabello castaño. El veneciano solo observaba la conversación - ¿Para que quieres saber que le regalaré al bastardo? - la sumisión de Lovino pasó a una actitud mucho más prepotente, debido a la mención del español.

- Vee~ Vamos, fratello- Feliciano decidió intervenir tratando de aportar a la situación -Arthur ha venido solo para eso =u=

- ¡¿Y-y quién dijo que le tengo algo en primer lugar?! - a pesar de sus palabras y la actitud que intentaba volver despreocupada; el rubor sobre sus mejillas y que hubiera desviado su mirada solo comprobaban que de hecho si tenía algo.

- L-look, Lovino - a pesar de lo entrecortado de sus palabras siguió hablando- e-estoy en un aprieto, OK? Necesito... - apretó los puños para poder soltar todo sin trabas- necesito ayuda para saber que darle a Francis y a Kiku se le ocurrió que pedir una segunda opinión podría ser de ayuda.

...

Mentiría si no dijera que el italiano se demoró su tiempo en pensarlo. Pero sin embargo, hubo algo que lo convenció.

Si el británico no encontraba nada para el francés, entonces era muy probable que Francis se entristeciera y buscará consuelo en sus mejores amigos; lo cual significaba Gilbert y Antonio. Y no planeaba compartir a SU bastardo esa noche >:v.
A pesar de su actitud desinteresada, la verdad Lovino se esforzaba internamente cuando se trataba del español y llevaba casi desde inicios de enero preparándose para poder expresarse con el español al menos por una noche. No dejaría que se arruinará.

- esta bien, Arthur. - el romano suspiró y una leve sonrisa se formó en los labios del rubio - ¡Pero me deberás unos cuantos tomatos después de esto!

Lovino sacó una caja de debajo de su cama. La abrió y de ella sacó un muñeco que mediría unos 30 centímetros a lo mucho. Era una copia bastante buena del italiano.
Mientras se la extendía al rubio las mejillas del originarió de Roma se calentaron.

- ¿esto...?

- b-bueno... No es todo... P-pero eso me falta terminarlo... - la mirada del chico se desvió de los ojos de los otros dos presentes e intento escapar hacia cualquier lado donde no se sintiera juzgado - ¡S-si me enteró que le contaste a alguien de esto te mataré, bastardo! ¡A ti igual, Feliciano! - tomó aire - y-yo... Estaba pensando que podía gustarle al bastardo de Antonio y... Bueno... Usualmente no le digo que lo quiero - las mejillas del italiano a cada palabra enrojecían un poquito más - Así que después de muchos intentos lo acabé y ahora le puedo agregar una frase para que la repita y... Le quería dejar grabado - lo siguiente salió con un hilo de voz - "Ti amo"... P-para que se lo recuerde cuando yo no pueda hacerlo...

Una enternecida y brillante mirada se posó en los ojos del otro italiano, quien se sintió conmovido por la dulzura que había en las pupilas de su hermano mayor, aun si intentaba ocultarla.

- Thanks for your honest answer - el inglés soltó suavemente esas palabras antes de salir de la habitación. Si el italiano se parecía un poco a él, sabía que necesitaría unos momentos a solas después de lo que acababa de expresar.

...

Luego de analizar las palabras del italiano llego a la conclusión de que su regalo debía, no enfocarse en ser llamativo para impresionar, sino que debía pensar en su rubio y en que le gustaría recibir a él.

Si bien aun no sabía que darle ese enfoqué nuevo sería bueno para encontrar algo.

10/02/201x