La luz entra de lleno en mi habitación. Abro los ojos pero enseguida los tengo que cerrar. La claridad me molesta. Me cubro entera con las sábanas para poder aislarme. En realidad lo que me ha despertado no es la luz, es la cantidad de ruido que proviene de la planta baja. Intento dormirme otra vez pero ya es imposible. Me incorporo y apoyo la espalda en el cabecero. Mi cuarto ahora mismo es una habitación llena de cajas. Ayer estaba tan agotada a causa de la mudanza que ni siquiera desempaqueté mi ropa.Solo de pensar todo lo que tengo que hacer hoy me agobio. El ruido que hace retumbar la casa me pone de los nervios. Decido averiguar que es. Bajo las escaleras y sigo el ruido que me lleva hasta el garaje. Allí me encuentro a Sam con un chico más o menos de nuestra edad.Les miro aturdida. Están intentando bajar la puerta del garaje que, por desgracia, está rota. Camino hacia ellos y al oírme se giran.
-Buenos días- dice Sam sonriente.
El chico me dedica una sonrisa y se acerca más a mí.
-Hola. Soy Logan, el vecino. -me señala la casa de enfrente y luego me tiende la mano.
-Enma- digo estrechándole la mano.
No quiero parecer borde el primer día pero solo puedo pensar en que me han despertado. Ah, y para colmo Sam ya está ligando y no llevamos aquí ni un día. Sam es una chica bastante guapa, rubia y de ojos azules. Siempre consigue lo que quiere y chicos como Logan son presa fácil.
-Vístete que nos vamos -Me ordena Sam.
Mi subconsciente la manda callar. ¿Por qué tiene que ser tan marimandona?Hago lo que me dice y al cabo de unos segundos estoy metida en el coche esperándola. Por fin viene.Antes de subirse al coche se despide de alguien, Logan supongo.
-Un placer conocerte Enma- me grita alguien en el oído. Doy un respingo. Desvío la mirada a mi izquierda y descubro que quien me había gritado era Logan. Está agachado para poder verme por la ventanilla del coche y en ese momento maldigo el tenerla abierta. Me da un beso en la mejilla y se va. Me quedo con la boca abierta, asombrada. Cuanta confianza en tan poco tiempo. De fondo escucho la risita de Sam, la miro con desaprobación. Arranco el coche. Durante todo el camino, en el coche, reina el silencio. Lo agradezco.
Ayer la prometí que la llevaría a casa de sus padres para recoger el coche viejo de su hermano. Hasta que no se pusiera a trabajar y recaudara dinero se tenía que conformar con eso.La casa de los padres de Sam está a las afueras de la ciudad,en un pequeño barrio tranquilo. Por fin llegamos.Sam sale corriendo y llama al timbre de la casa. Estar aquí la hace ilusión. La casa de Tom y Debby,los padres de Sam, es pequeña y acogedora. Todos los muebles son de madera oscura y prácticamente toda la casa está decorada en tonos azules. Tom nos abre la puerta. Es un hombre alto, canoso y de ojos azules.
-¡Qué alta estas Enma! – dice el abrazándome. Río porque tiene mucha razón.
Paso a la cocina para saludar a Debby, a mi sorpresa también esta Ethan.
El único parecido entre Sam y Ethan es el bonito azul de sus ojos. Le saludo pero enseguida centro mi atención en Debby. Eso parece desconcertarle pero no le doy mucha importancia.
-Umm, que bien huele- digo sonriendo.
Debby se gira y me da dos besos,la expresión de su cara me hace saber que está contenta por vernos.
-¿Necesitas que te ayude?- digo ofreciéndome para quitarla trabajo.
Ella me coloca un delantal y me hace una seña hacia una tabla de cortar con verduras.Asiento y encantada corto las verduras. Haciéndolo lo mejor que puedo. Debby me cuenta todos los cotilleos de la semana. No conozco ni a la mitad de personas que menciona, aun así intento fingir que sí. De fondo escucho a Sam y a Ethan hablar de alguien. ¿De mí? No estoy muy segura. Sigo cortando verduras para que no se percaten de que les estoy escuchando. Los cuchicheos me están poniendo muy nerviosa. Si soy yo de la que hablan ¿Por qué lo hacen delante de mí? "Es imposible que tú seas el motivo de sus cuchicheos, ¿Tan importante te crees?" me grita mi subconsciente. Por una parte quiero hacerle caso y pensar eso pero hay algo que me lo impide. Quizá las miraditas que me echa Sam seguidas de una risita tonta. ¿Pero que la pasa?
-Quedaros a comer- dice Debby devolviéndome al mundo real.
-Claro- respondo casi sin dejarla terminar la frase. Ella me sonríe.
Espero que no se haya dado cuenta de que hace como 10 minutos la dejé de escuchar, que vergüenza.
Ya estamos en la mesa. Estoy hambrienta. Sam se sienta a mi lado y Ethan enfrente de nosotras, Debby y Tom en cada extremo de la mesa. Respiro el aroma de la comida. Debby cocina mejor que nadie. Vuelvo a perderme en mis pensamientos mientras como. Comienzan a hablar pero yo no les escucho. Sin venir a cuento Sam me da un pisotón. Ahogo un grito. La desintegro con la mirada y ella se rie.
-¿Quieres?"- dice Ethan. Todos me miran con los ojos como platos esperando una respuesta.
-Si...-contesto todavía aturdida.
¡Madre mía! ¿Qué he hecho? ¿A qué he respondido? La sonrisa que se le dibuja a Ethan en la cara me asusta. Oh no,¿Qué he hecho?
"Eso te pasa por no estar a lo que hay que estar, estúpida" me replica mi subconsciente.
Me obligo a sonreír, aunque ni si quiera sé por qué.
Me estoy despidiendo de los padres de Sam. Me encanta venir a su casa. Ethan se tira a por mi. Entre sus brazos me entierra y me aplasta contra su pecho. Respiro profundamente su perfume,huele genial. Tarda bastante en soltarme pero no me importa. Cuando por fin veo la luz , me giro y el resto de la familia nos mira con expresión tierna.
Oh no, ¿A qué habré dicho que si? Tener ocho ojos clavados en mi me incomoda, no puedo evitar sonrojarme.Mentalmente me regaño. Me dirijo a mi coche.Sam ya está en la carretera con el coche de su hermano. Antes de montarme al coche me despido por última vez.
Al llegar a casa me da corte preguntarle a Sam qué ha pasado en la comida. Subo lo más rápido posible a mi cuarto. Me hago una coleta y comienzo a desempaquetar cajas. Estoy sudando debido al esfuerzo y al gran calor que hace. Decido darme una ducha. Enciendo la radio, me desnudo, dejo que el agua se caliente y me meto. El agua cae por mi cuerpo dejándome como nueva. El poco maquillaje que llevo me corre por las mejillas. Tardo en salir más de 20 minutos. Estar debajo del agua caliente me relaja y la música de fondo ayuda a aislarte del mundo. Cuando vuelvo a la realidad apago el grifo y me enrollo una toalla al cuerpo. Delante del espejo comienzo a peinarme y me deshago de los restos de maquillaje que quedan por mi cara. Al salir del baño veo a Sam tumbada en mi cama. Me mira pero no habla.
-¿Qué?-la digo intentando ocultar mi rostro.
Mientras espero a que hable busco en el armario ropa interior y un pijama. Esto es muy raro. Solo me mira, ni si quiera su cara me da pistas de lo que está ocurriendo. Sigo moviéndome por la habitación recogiendo cosas.
-¿Qué pasa?- la vuelvo a decir.
Por fin veo que se la ilumina la cara, la sonrisa que aparece me hace suspira de alivio.
-Le has dicho que si- dice incrédula - No tenía ninguna esperanza la verdad-dice rodando por la cama para que me pueda tumbar yo también.
Por mi cabeza pasan las peores situaciones del mundo y la curiosidad me puede pero no le voy a preguntar nada.
-Si, ¿Por qué no? –digo intentando saber de qué habla. No me da ni la más pequeña pista.
Ella me sonríe y enciende la televisión de mi cuarto. A estas horas la programación de la tele es pésima pero encontramos una película que acababa de empezar. Sam se queda dormida a la mitad de la película, cuando esta acaba es bastante tarde. No quiero despertarla a si que dormimos las dos en mi cama.
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Shades.
RomanceShades 1ª Temporada. Enma es una chica sencilla que deja su vida atrás para mudarse con su mejor amiga a un lugar desconocido para ambas. La protagonista conoce a muchísimas personas y lleva a cabo experiencias inolvidables para ella, pero no todas...