No sé cuánto tiempo ha pasado. ¿Un mes? ¿Dos? Conseguí trabajo en una empresa de publicidad. Estoy como becaria. Ya no me hace feliz ir a trabajar. Antes era todo más fácil con Joe. Me gustaba ese trabajo. Lo bueno de estar aquí es que estoy conociendo a gente nueva. Con algunos me llevo bien y con otros no tanto. Mi nuevo jefe, Travis , es una persona encantadora pero muy caprichoso. Contrató dos becarias, una de ellas soy yo. Lea me tiene declarada la guerra. Travis acude más a mí que a ella y eso parece molestarla. En cuanto a mi vida sentimental… estoy soltera. La última vez que vi a Ethan fue el día de la fiesta de Logan.
***
-Oh no-
- ¿Qué pasa preciosa?- me da un rápido beso.
-¡Tienes que irte!- le digo casi gritando.
Salgo de la cama rápidamente y busco por el suelo mi ropa. Maldita sea. No encuentro la camiseta. Al oír el motor del coche Logan reacciona y hace lo mismo que yo. Miro por la ventana. No tengo ni la menor idea de cómo he podido escuchar el motor. La música que sale de la casa de Logan está más que alta. No sé porque me fui a su casa a decirle que bajara la música. Menuda estúpida pero lo agradezco. Sí, necesitaba tenerlo en mí cama. Oh no. Se escucha como la puerta da un golpe y alguien sube por las escaleras.
-¿Qué coño haces? Date prisa- susurro.
Empujo a Logan y le meto en el baño. Aún no está vestido. Lleva toda su ropa en la mano. La puerta de mi habitación se abre. Es Ethan.
-Hola-
-Hola- respondo un poco alterada.
Ethan se acerca a mí.
-Hueles muy bien- susurra.
Sus manos comienzan a tocarme. “¡No!” Grita mi subconsciente. Pensaba que iban a ser todo ventajas cuando Ethan se vino a vivir a casa. Estaba muy equivocada. Ahogo un grito. M es estoy sintiendo acosada. No le quiero. “¡Dile que pare!” No puedo hablar. Estoy paralizada permitiendo que me toque alguien que no quiero que lo haga. Me cuesta respirar. Sus manos van a mi camiseta. Me da pequeños besos en el cuello. Mete las manos por debajo de mi camiseta.
-Ethan…-
Él lo entiende como si fuera una súplica. No, no es eso. Quiero que pares.
-Ethan no puedo- saco fuerzas para separarme de él.
-¿Qué?- dice enfadado. – Hay otro ¿verdad?-
-Ethan …-
“¿Qué te pasa? ¿Por qué no se lo dices? Sí, hay otro y estas enamorada de él” dice angustiada mi subconsciente. Empiezo a angustiarme yo también. Me doy cuanta del por qué pocos segundos después. Ethan me está agarrando el brazo y está apretando tanto que creo que me voy a caer del dolor. Me empuja contra la pared. Ahogo un grito.
-¿Sabes que puedo hacer lo que quiera contigo no?- su tono de voz cambia radicalmente. Me habla con superioridad. Como si tuviera un control máximo sobre mí.
-No, por favor- sollozo.
Se le dibuja una media sonrisa en la cara. Asiente. No por favor. No me hagas esto. En un hábil movimiento me quita la camiseta.
-¡No! ¡Déjame! ¡Para!- grito con todas mis fuerzas.
-Cállate- gruñe- Nadie te escucha.
Me tapa la boca para asegurarse de que nadie pueda oírme. Con la otra mano se desabrocha el pantalón. Le muerdo la mano y eso me permite unos segundos de libertad. No me da tiempo a reaccionar y ya me vuelve a tener aprisionada. Me revuelvo con todas mis fuerzas. Intento darle, a veces lo consigo pero no le hago daño. Estoy agotada. Ya no tengo fuerzas para defenderme. Empiezo a llorar. Cierro los ojos cuando se baja el pantalón.
¿Qué ha pasado? Ya estoy libre. Como puedo me pongo en pie y busco algo contundente. Desenchufo la lámpara de noche de mi mesa y con todas las fuerzas que consigo reunir le doy a Ethan en la cabeza. Este cae al suelo. Inconsciente. Noto que unos brazos me rodean.
-¿Estas bien?¿Te ha hecho algo? Cabrón. –
Me es imposible dejar de llorar.
-Shh, tranquila.-
Logan me entierra entre sus brazos.
***
Aun tiemblo cuando recuerdo lo que sucedió. Esto es algo que hemos ocultado a Sam. Sí, parece extraño pero prefiero que no lo sepa. Ella se ha ido de viaje con su actual pareja. Que ella tenga pareja sí que es raro. A Logan le veo de vez en cuando. Mis horarios y los suyos nos impiden totalmente vernos. Y ahora mismo tiene pareja. Dallas. Oh Dallas. Gracias a que es el hijo del jefe tengo este trabajo. Si no fuera por él… Nunca he tenido la intención de tener algo con él pero desde que me regaló la caja llena de libros supe que iba a ser un gran amigo. Y estuve en lo cierto.
-Enma-
Una voz que me llama me saca de mis pensamientos.
-Enma- insiste.
-Ya voy- echo un poco de azúcar al café y voy lo más rápido que puedo al despacho de Travis.
-Umm que bien huele.- dice sonriéndome.
Dejo el café en su mesa.
-Puedes irte, ya no te necesito más por hoy.-
-Oh gracias.- le dedico una sonrisa.
Salgo del despacho sonriendo. Lea me mira con cara de asco. Ella probablemente se tenga que quedar. Recojo mis cosas me despido de todos y voy hacia el ascensor. Este tarda bastante en llegar pero me da igual, no tengo prisa. Hoy no he traído el coche asique me toca irme andando. Mientras haga buen tiempo intentaré siempre venir andando. Paso por delante del gimnasio de Logan pero no hay rastro de su coche. En la calle de en frente hay un cúmulo de personas. No sé a qué se debe pero prefiero no pararme a cotillear. Sigo mi camino a casa. Bastante tranquilo. Ya esto llegando al porche. Logan y su pareja caminan hacia mí. Se me tensan todos los músculos. ¿Envidia? ¿Celos? No sé. Logan me saluda con a mano pero pasan de largo. ¿Ni siquiera un “Hola”? Busco las llaves de casa en el bolso. Un escalofrío me recorre todo el cuerpo. Yo no había bajado las persianas de casa. No tengo nada con lo que defenderme. Abro sigilosamente la puerta. La llave está echada. Que extraño. El finísimo rayo de luz que entra al abrir la puerta solo alumbra tres palmos más allá de mi cara. Extiendo el brazo para encender la luz pero el interruptor no funciona. Trago saliva. Aún no he cerrado la puerta. Al oír a alguien trastear por la cocina me asusto. Me tapo la boca para evitar cualquier tipo de sonido.
-Ya estás aquí.-
Tengo que ser fuerte. No va a pasar lo de la última vez.
-¿Qué quieres?- digo firme.
No quiero parecer asustada. Eso le daría ventaja. Se escucha una carcajada. Intento abrir la puerta pero no lo consigo.
-No puedes. Nunca puedes.- se ríe otra vez. – Yo te quería y me dejaste por el gilipollas ese.-
Escucho pasos pero no veo aparecer a nadie.
-Esta vez no estoy solo. Esta vez voy a terminar lo que no acabé.-
Empiezo a temblar. Ethan por fin se deja ver. Está muy desarreglado. Como si de sombras se tratara aparecen 5 personas más. Dos arriba asomados por la barandilla de las escaleras. Dos bloquean la puerta del salón. Y uno sale de la cocina al igual que Ethan. Los cinco me apuntan con armas y Ethan me mira como la última vez. Esa mirada y esa sonrisa con las que tantas pesadillas he tenido.
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Oh,Enma va a pasarlo muy mal en los próximos capitulos.
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Shades.
RomantizmShades 1ª Temporada. Enma es una chica sencilla que deja su vida atrás para mudarse con su mejor amiga a un lugar desconocido para ambas. La protagonista conoce a muchísimas personas y lleva a cabo experiencias inolvidables para ella, pero no todas...