LUCIFER, el ángel caído || Pausada Indefinidamente

[LUCIFER]

Se decía que Lucifer, fue el primer ángel que despertó y fue la más grande criatura de magnificente belleza en la aurora cósmica.

Tenía una hermosura maravillosa y no comparada a ninguna otra creación.

Todos los ángeles que fueron creados después de él, no poseían la grandeza ni la belleza que poseía el primer ángel.

Fue el encargado de encender las primera luces del universo y en memoria a dicha acción, se le nombró Lucifer que significaba portador de luz.

Fue el favorito de Dios, y su perfección era casi como la del mismo creador.

Lucifer se convirtió después en un arcangel, uno muy poderoso.

[...]

Los serafines en el cielo paseaban entre los campos de nubes mientras la música de las arpas sonaba en una alegre melodía.

Lucifer miraba nuevamente a la tierra, observando cada detalle de los humanos, las criaturas creadas por Dios, seres sin mucha inteligencia según él.

—¿De nuevo mirando a los mortales? — preguntó el arcángel Rafael acercándose.

—Sigo sin comprender porqué fueron creados.

—Sólo el Todopoderoso lo sabe mi fiel amigo.

—Supongo que si.

De pronto un gran revuelto los alarmó, todos los ángeles pasaron volando hacia la cima del monte donde se encontraba el palacio de cristal.

—¿Qué ocurre? — preguntó Lucifer levantando ambas cejas.

—No lo sé.

Ambos arcángeles extendieron sus hermosas alas blancas para empezar a volar en la misma dirección que todos los demás.

Al llegar a la cima, pudieron ver al Arcángel Miguel calmando el alboroto.

—Los mandatos de Dios han llegado claramente, el señor desea que los ángeles bajen a la tierra y ahí cuidemos, protejamos y adoremos a su más hermosa creación... Los humanos.

Lucifer frunció el ceño y sacudió un poco la cabeza ¿A caso era una broma? ¿Porqué debía postrarse ante seres inferiores a él?.

—¿Porqué debemos hacerlo? — preguntó al fin ganándose las miradas de todos los ángeles presentes.

—Porque así lo pidió el creador.— respondió simple el Arcángel Miguel mirando fijamente al Arcángel de cabellera rubia.

Lucifer no dijo nada más, pero al bajar del monte, sintió molestia, el era el ser más perfecto creado por Dios... ¿Porqué debería ir?

Voló hasta un estanque y ahí miró su reflejo, sus preciosos ojos azules, más azules que el mar brillaban intensamente, sus labios rosados y perfectos junto con su bella nariz le daban al Lucifer un aspecto realmente hermoso.

—¿Porqué debería de hacerlo? — se preguntó nuevamente.

Él se consideraba perfecto, casi tanto como su creador, lo que le dió una idea errónea... Si eran casi iguales ¿Porqué no podía ser él quien estubiera en la cima de todo?

[...]

Cuando el sol salió, todos los ángeles empezaron a bajar del cielo, aleteando con sus hermosas alas blancas hasta que por fin se encontraron en la tierra.

Observaron a los mortales, eran criaturas comunes, sin nada especial para Lucifer.

—¿Qué tienen de extraordinario? — preguntó y uno de los ángeles lo miró negando con la cabeza.

—Son criaturas interesantes si los miras atentamente.

Lucifer no respondió, simplemente se dedicó a observar mejor, pero con cada segundo que pasaba en la tierra viendo a los mortales, su enojo crecía más y más... Un ser hermoso como él, cuidando de criaturas tan torpes como los humanos.

Él era perfecto, él era hermoso, solo él podía ser adorado en su mente... 

Si él era perfecto, hermoso, inteligente y poderoso ¿Qué le impedía derrocar a Dios de su trono y subir él aún más alto?

El Arcángel, segado por la soberbia extendió sus alas y empezó a volar, alejándose de todo y todos, formulando en su cabeza, un plan para conseguir su objetivo, cometiendo así su primer pecado.