[El cuarto príncipe infernal]

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Lucifer hizo una leve reverencia hacia Satanás y después sus miradas se cruzaron nuevamente.

—Leviatán ya a encontrado a Belial en el cuerpo de un mortal. — anunció el demonio señalando a la serpiente de los océanos. — No podemos llamar la atención, por lo tanto estaremos cerca pero nos mezclaremos entre los mortales.

—Comprendo — habló Lucifer esperando más instrucciones.

—Tu nombre en el mundo humano será Taehyung, el mío, Jungkook y Leviatán utiliza el nombre Jimin.

—Bien.— asintió — ¿Algo más que debería saber?

—En realidad eso es todo, ya conoces la profecía, ten cuidado con los ángeles porque a pesar de que son seres del bien, para nosotros pueden resultar peligrosos.

—Eso lo tengo claro, Satanás o mejor dicho... ¿Jungkook?. — sonrió y Satanás devolvió el gesto.

[...]

Más tarde, Leviatán había llevado a Lucifer a su departamento, un lugar lujoso y espacioso, digno de un demonio ambicioso y manipulador.

—Lindo.— mencionó el ángel caído recorriendo con su vista el lugar.

—Puedes ducharte, dudo que des una buena impresión lleno de sangre.

—Si, creo que tienes razón...

Lucifer pasó a lado de Leviatán y sus miradas se cruzaron por unos segundos.

El ángel sonrió con lascivia y dejó caer la túnica que le había sido otorgada para cubrir su desnudez.

Los ojos de Leviatán recorrieron de inmediato el cuerpo ajeno y pasó su larga lengua de serpiente sobre sus labios.

—Te encanta llamar la atención ¿No? — preguntó Jimin empezando a caminar hacia la cocina.

El peli gris se dispuso a preparar café cuando sintió unos brazos abrazarlo por la cintura y después una mano escabullirse hacia su miembro, apretándolo con fuerza.

—¿Vas a decir que no te gustó la imagen que te regalé? 

—No lo niego, eres atractivo, eres una de las criaturas más hermosas que alguna vez pude haber visto... Pero no trates de seducirme Lucifer, eso no funciona conmigo.

Leviatán sujetó la muñeca del ángel con fuerza, la apretó hasta que esté lo soltó y se giró quedando frente a frente.

Lucifer sorprendido por la fuerza del demonio comenzó a retroceder.

—Nunca dije que quería seducirte — se excusó fingiendo desinterés.

—Puedo olerlo en el aire Lucifer... Estás excitado, nunca has tenido sexo eso lo sé — Leviatán caminó hasta que Lucifer quedó contra la pared. — Eres uno de los demonios más fuertes, pero recuerda que aún soy superior a ti, no intentes pasarte de listo.

El ángel zafó su muñeca del agarre de Leviatán.

—No me intimidas cariño, sólo lo eres por ahora — Lucifer empujó a Jimin y se pasó de largo al baño.

Leviatán lo observó con el ceño fruncido y se preguntó porqué le había tocado cuidar al ángel soberbio y con aires de grandeza.

[...]

El agua se había tornado roja debido a la sangre, Lucifer se mantenía en la bañera con los ojos cerrados mientras se masturbaba, era verdad que se había excitado pues su cuerpo pedía atención luego de tanto tiempo.

Cuando por fin el semen escurrió de su miembro, se levantó y destapó la tina para que el agua sucia se fuera. Enjuagó su cuerpo con agua cristalina y salió, encontrándose con una pijama a rayas que Leviatán le había dejado ahí.

Abandonó el baño ya vestido y caminó hacía el sillón para recostarse. Las luces estaban apagadas y Lucifer solamente podía pensar en cómo sería aquel mortal al cual estaba destinado a corromper.

[...]

Cuando la luna de la noche siguiente apareció, los dos demonios salieron del departamento y se encaminaron al lugar donde aquel mortal debería estar.

Mientras más se acercaban, Lucifer fruncía más el ceño.

—Ahí está — habló Leviatán señalando a un jóven bastante apuesto de cabellera rosa, afuera de un club nocturno, bastante ebrio.

Lucifer lo examinó con la mirada y se mantuvo serio.

El muchacho de cabellera rosa comenzó a caminar tambaleándose y los dos demonios empezaron a seguirlo.

Al llegar a un callejón obscuro, Lucifer avanzó más rápido y sujetó la muñeca del muchacho. Lo arrastró dentro y el chico ni siquiera se dió cuenta de en qué momento había quedado contra la pared y frente a él un hermoso rubio de ojos azules bastante hipnotizantes.

—Hola lindo — habló el muchacho ebrio sonriendo.

Lucifer no dijo nada y simplemente atravesó con su mano el abdomen del jóven. Los ojos del peli rosa se abrieron de sobremanera y sintió el sabor metálico de la sangre escurrir por su boca.

—¡¿Que mierda hiciste?! — gritó Leviatán escandalizado al ver que Lucifer sacaba su mano del estómago del muchacho.

—Él no era Belial...

— ¿Qué jodidos dices? ¡Yo lo percibí!

—No... Éste aroma es parecido pero no es él... Yo puedo percibirlo mejor que tú o Satanás... Belial está en otro lado.

—¿De qué hablas?

—Oh mi querido Leviatán... Los ángeles no son tan ingenuos como pensábamos... Todo ésto a sido una trampa para que no encontraramos a Belial, éste tiempo estuviste detrás de un mortal equivocado, los ángeles debieron confundir los aromas y me temo que tú caíste como idiota.

—No me jodas... ¡Eso no puede ser verdad!

—Lo es... Pero calma, Belial está cerca... Lo huelo...

Lucifer dejó caer el cadáver y empezó a caminar fuera del callejón seguido por Leviatán.

Los demonios recorrieron un buen trayecto, hasta que unas campanadas se escucharon a lo lejos y mientras más avanzaban el sonido se oía más cerca.

—¿A dónde vamos?— preguntó Leviatán.

—No lo sé...

Los dos demonios se detuvieron en seco cuando llegaron al lugar de donde provenía aquel aroma.

—Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga nosotros tu reino, hágase tu voluntad aquí en la tierra como en el cielo...

Se escuchó en el interior de aquella iglesia llena de gente en misa.

—Ésto debe de ser una jodida broma — dijo Leviatán retrocediendo lentamente.

—Belial es...

—Un sacerdote. 

LUCIFER, el ángel caído || Pausada IndefinidamenteWhere stories live. Discover now