Elevada al cielo:

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♢Lía♢

El grifo abierto, agua caliente que desborda la tina. ¿Y dónde estoy yo? Bajo el agua, intentando ahogar mi mundo de una vez, sin causar problemas a nadie.
Pero ella siempre me rescatada, Ani se tenía el cielo ganado.

A-¡Maldición! ¿En que coño pensabas? El suicidio nunca es una opción cariño.
-Lo lamento...-mi voz estaba quebrada, la idea era que no me encontrara a tiempo.
A- Prométeme que no volverás a atentar contra tu vida.
-Lo prometo, Ani.

Los "enamorados" siempre prometen quererse toda una vida y muchos de ellos no llegan ni a medio año juntos, por lo tanto no sería peor que ellos si rompiera mi promesa.

A- Desayuna y corre al instituto, luego tu y yo tendremos una charla...
-Está bien. Ani... Te quiero mucho y gracias por cuidar de mi a cada instante.
A- Es mi deber como tu tora.
-Me iré al instituto.

En el camino al instituto cruce por un puente alto, en mi mente no dejaba de revolotear la idea de tirarme del mismo, pero aún no era hora de acabar conmigo misma.
Otro día sola en el instituto, donde lo único que recibía eran burlas e insultos, estaba cansada de mi vida, quería una nueva y ¿porque no? Un nuevo corazón.
Al salir a casa me encontré con Maren en una banca de la plaza de deportes.

-¿Maren?
Ma- Hola Lía.
-¿Que haces aquí?
Ma- Vine a buscar a mi sobrina.
-Que bueno...
Ma- ¿Pasa algo?
-Mi intento de suicidio salió mal esta mañana.
Ma- Tengo una idea, algo que nos ayudaría a las dos...
-¿Si? ¿Que cosa?
Ma- ¿A ti te gustaría que Loren fuera feliz, aunque no sea contigo?
-Claro que si.
Ma- Bien, yo puedo hacerla feliz, pero necesito algo para demostrarle que ahí estaré para ella y ¿que mejor que tú muerte?
-¿Me ayudarás a matarme?
Ma- En cierta manera, solo te diré que debes hacerte un corte con mucha rabia en tu precioso cuello.
-¿Eso me matará?
Ma- Si el corte es lo suficientemente profundo, si.
-Haré eso entonces, por la felicidad de Loren y mi libertad.

Llegué a casa, Ani no estaba, era el momento perfecto para hacerlo. Me dirijí al baño, me miré al espejo con una navaja en la mano, recordé cada violación, cada burla, cada falla. Sin pensar en otra cosa, hice un corte impulsivo y profundo, vi mucha sangre caer de mi cuello y en mis últimos segundos de vida solo pensé:

"No estoy lista para morir, no vale la pena"

Pero esos fueron mis últimos pensamientos...

×Kylie×

Estaba junto a Loren, almorzabamos juntas, no parábamos de reír, de pronto mi cuerpo sintió un escalofrío horrible y grité...

-¡Lía! -sin saber porque comencé a llorar desconsoladamente.
Lo- ¿Que pasa? ¿Porque lloras?
-¡Corre a casa de Ani! -grité entre llantos.

Loren me hizo caso, estaba asustada, yo fuí detrás de ella y nos encontramos con Ani entrando a su casa.

Lo- Ani, ¿Está todo bien?
A- Si, ¿porque lo preguntas?
-Siento que algo malo le sucedió a Lía...
A- ¡No! -entró corriendo a la casa, al llegar al baño dio un grito de horror- ¡Está muerta! -Comenzó a llorar desconsoladamente.

Ver a Lía desvanecida en el suelo, sobre un charco de su propia sangre fue lo peor que me ha pasado, ella era muy joven, apenas tenía dieciséis años de vida.
Loren llamó a la policía, en cuestión de horas ya se estaban llevando el cuerpo, suicidio, eso fue lo que determinaron pero había algo en esta historia que no me cerraba del todo bien.
Al día siguiente enterramos a Lía en un hermoso ataúd blanco y plateado, representando toda su pureza e inocencia, Loren no dejaba de abrazarme fuertemente, estaba completamente rota por dentro.
Ahora éramos siete chicas en la casa de Ani, Maren trataba de llamar la atención de Loren a cada segundo, ¿acaso no tenia nada de respeto?.

Lo- Maren, si vas a fingir que no ha pasado nada devastador e intentarás seducirme todo el tiempo, te invito a retirarte ahora mismo.

Maren la miró unos segundos, tomó sus pertenencias y se marchó enojada.

-Realmente lo lamento Lo...
Lo- ¿Puedo pedirte algo?
-Si, dime. -creí que me pediría que me marchara también.
Lo- ¿Podrías quedarte esta noche conmigo? Necesito tus dulces abrazos. -su voz sonó quebrada y frágil, jamás la había visto tan triste.
-Claro, lo que sea por tu bienestar.
Lo- Gracias Ky.

Le di un beso en la mejilla y le regalé una débil sonrisa en señal de que todo estaría bien.

Lo- Tu siempre tan atenta y cariñosa... Te quiero Ky. -sus palabras eran sinceras.
-Te quiero mucho Lo, pronto todo estará bien.
Lo- Ella no revivirá.
-Lo se Loren, pero al menos podrías recuperar tu buen ánimo, no quiere decir que la olvides, ella siempre estará en nuestros corazones.
Lo- Se que tu me harás sentir bien. -me besó melancólica en los labios.

La miré a los ojos y vi la tristeza en ellos, estaba más rota que antes, debía hacer algo para sacarle al menos una mínima sonrisa.

-¿Sabes que es algo amarillo que sube y baja?
Lo- Una pelota amarilla.
-No.
Lo- El sol.
-No
Lo- Me rindo.
-Un pollito en el ascensor... -sonreí para ella.

Comenzó a reír débilmente mordiendo su labio inferior, le había dado ternura mi chiste.

Lo- Tu eres mi ángel, nunca permites que me sienta mal. -me abrazo fuerte.

Tomó mi mano y no la soltó en ningún momento, se sentía reconfortante que tuviera esa confianza conmigo, tanto que no le importaba que las demás nos vieran tomadas de la mano.
Luego de unas cuantas horas rindiendo honor a Lía, nos íbamos a casa de Loren pero una chica nos detubo.

J- ¡Alto! No se vallan, soy Jannen, la sobrina de Maren y tengo algo que decir. -dijo mirando a los policías.
A- ¿Algo que decir?
J- Si, Maren fue la culpable de el suicidio de Lía, soy testigo presencial.

La policía se la llevó a testificar y dar su historia, si estábamos devastadas, ahora estábamos aún peor.

La niñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora