Premio por bondad:

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♡Loren♡

Al día siguiente en el instituto todos los profesores y profesoras me felicitaron al ver mi anillo, estaba muy feliz, no podía dejar de sonreír.

Fuí al salón, ya estaban todos esperándome, todos menos Lilieth, quien entró unos segundos después que yo y si, estaba sin su peluca. Vi como todos la miraban extañados, fue entonces cuando comencé a aplaudir sonriente sin decir nada. Sus compañeros entendieron lo que sucedía, uno por uno se pararon de sus asientos y comenzaron a aplaudir junto conmigo. Fue un momento muy emotivo para todos, Lilieth tapó su boca con sus manos y comenzó a llorar de emoción, a lo que varios compañeros fueron a abrazarla fuertemente.

Minutos de mi clase se estaban yendo, pero cada uno valía la pena, esa chica lo merecía, merecía cada uno de los compañeros que tenía, todos con un gran corazón.

Li- Gracias a todos.- dijo desde su corazón.
-Yo te dije que nunca sabes la reacción de los demás.- sonreí.

Volvimos a las clases de música con normalidad, Lilieth cantó como nunca, se había hecho más fuerte ese día, se dio cuenta de que si ella tenía el valor de afrontar la vida, la misma le regalaría cosas buenas. ¿Y que mejor que la felicidad?

Al llegar a la sala de profesores me encontré con todos y cada uno de ellos con un regalo en la mano, se habían enterado de lo sucedido en clase por uno de mis alumnos, y decidieron hacerme regalos por ello.

Kylie

Estaba trabajando en casa, como siempre y recibí un mensaje de Loren que me llenó de orgullo.

"Amor, no sabes lo que me acaba de pasar. Por hacer sentir bien a una alumna con cáncer, me han regalado miles de cosas entre todos los profesores. Deberías ver la felicidad de esa chica cuando entró al salón y todos comenzamos a aplaudir porque finalmente fue sin pelucas."

Me conmocioné al leer lo que mi prometida había escrito en ese mensaje. Ella realmente era un ángel que bajo a la tierra a hacer feliz a quienes la rodean, ella daba su corazón por personas que ni conocía y por más que no recibiera nada material a cambio ella era feliz por hacer felices a los demás.

¿Que había hecho yo para merecerla?

Ambas eramos muy caritativas y de buen corazón, pero aún así muchas veces nos sorprendíamos hasta a nosotras mismas, era hermoso ser así. Si eres bueno, cosas buenas te pasarán y si te pasan cosas malas, no debes dejar de ser bueno, solo debes superar ese obstáculo y aprender lo que se debe de lo sucedido.

Debía hacer algo especial para Loren, para que se alegre aún más de lo que está, porque me encanta verla feliz y su sonrisa era la más hermosa. Opte por hacerle un pastel de frutillas con cobertura de chocolate, no había nada que a ella le gustara más que eso.

Luego de hacer el hermoso pastel con la ayuda de Daniela, la encargada de la cocina, volví a trabajar en mi computadora diseñando un cumpleaños de XV y organizando los pasos para una coreografía para el mismo. Al cabo de unas horas acabé con el trabajo y me senté en la mesa con doce asientos ubicada en el comedor, para esperar a Loren con una cálida bienvenida. Pasaron unos minutos y la puerta principal se abrió, era Loren, cargada con cientos de regalos que le habían dado sus compañeros de trabajo. Su sonrisa era amplia, al verme a mi junto al pastel, dejó todo sobre la mesa y me abrazó fuerte.

Lo- Gracias por hacerme cada día más feliz- dijo contenta y sincera.

-Tu me haces feliz a mi todos los días también, la mejor manera de agradecértelo es devolviéndote lo que tu me das.- besé su mejilla dulcemente.

Lo- No se que sería de mi sin ti.- me besó suave los labios.

-Suerte fue habernos conocido.- continué el beso.

Lo- Ahora quiero probar el pastel que mi hermosa novia me preparó.

-Se que es tu preferido.

Loren tomó un trozo de la tarta poniéndolo en un platillo pequeño y comenzó a comerlo. Sin darse cuenta, su nariz quedó llena de chocolate, pero ella era feliz comiendo ese pastel, así que esperé a que terminara de comerlo, tomé una servilleta de la mesa y le limpié su nariz delicadamente.

-Eres muy tierna.-reí

Lo- Tu lo eres más.- sentí esa aura llena de amor y cariño que irradiábamos las dos, era simplemente hermoso de sentir.

Nuestras miradas se encontraron, combinándose en una sola y no había que decir nada, los dientes de Loren mordiendo sus labios mientras recorría con su mirada todo mi torso, ya decían todo lo que iba a suceder.

Nos retiramos de la amplia mesa y nos dirigimos al hermoso cuarto de dos que nos pertenecía, la única luz que entraba a la habitación provenía de el enorme ventanal que estaba cubierto tras una enorme cortina blanca. La luz era tenue pero era perfecta para la ocasión, Loren me tomo por la cintura y mientras depositaba apasionados besos en mis labios, me recostó despacio sobre la cama.

Me voltee hacia abajo, mostrando a mi chica donde se encontraba el cierre que debía bajar. A medida que lo bajaba lentamente seguía el cierre dejando húmedos besos en mi espalda, eso provocaba que escaparan leves jadeos de mis labios. 

La niñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora