Volví, perras

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Loren's POV

Al siguiente día se cumplió el dicho "después de todo lo bueno, algo malo tiene que llegar", después de esos días hermosos, el mal día llegó con malas vibras y así se extendió por meses. Lo primero que sucedió fue que descubrí que Kylie me era infiel, no sólo con una, sino con diez chicas más, todo esto porque una de sus amantes decidió ser mejor persona y evitarme un matrimonio lleno de engaños. La enfrenté y nuestra relación se acabó para siempre.

-Ky... ya no me lo ocultes más, ya no me mientas. De verdad creí que me amabas...-mis lágrimas comenzaron a caer.

K- ¿A qué te refieres cariño?

-Una de tus amantes me escribió, me lo contó todo, me contó sobre la suite que alquilan entre todas para vivir ellas ahí y que tú vas todos los días a verlas y acostarte con ellas. ¿De verdad te divertías tanto con ellas? ¿De verdad te llegaron a dar algo que yo no? Conmigo lo tenías todo, todo...No pude continuar con mis palabras, una leve esperanza dentro de mí me decía que todo esto podía ser una mentira y que ella me explicaría que era un mal entendido. Pero mi suerte ese tercer día no era buena. 

K- Lo siento, yo no quería lastimarte...

-Sólo toma tus cosas y vete, no te quiero volver a ver y no me sentiré culpable por echarte a la calle porque se que tienes una suite a la que ir, de hecho, una suite con diez mujeres dentro.- estaba realmente enojada con ella, no podía hacerme esto, había llegado a decirle que la amaba. 

Ella comenzó a ordenar sus cosas para marcharse, ninguna palabra se cruzó entre nosotras, demoró unas tres horas en dejar todo listo fuera de la casa. Ni siquiera se despidió al marcharse, solo lloró en silencio. La vi alejarse hasta que el camión de mudanzas se esfumó en el horizonte. Me quedé en una mano un anillo que ya no valía y dentro de mí, me quedé con un profundo sentimiento de decepción. A partir de ese momento comencé a vivir mi vida como si nada hubiera sucedido, como si mi vida no se hubiera caído al suelo y roto en millones de pedazos. Comencé a cerrarme en cuanto a sentimientos y abrirme aún más en cuanto a mente. No quería aceptar lo que había sucedido ni como me sentía respecto a eso. Intenté centrarme más en mi vida laboral e intentar tener más afinidad con mi lado espiritual. Definitivamente fue la mejor de mis decisiones. Luego de todo esto ya no podía permanecer en mi mansión, así que decidí volver a LA y trabajar como profesora ahí, por las noches me encargaría de Eclipses junto a Nihal. Así que tomé mi teléfono y la llamé.

-Hola Nihal, llamaba para que me esperes mañana por la noche, cosas pasaron y volveré a LA, luego te lo explico. 

N- Está bien querida, ¿Te preparo un escenario para ti?

-Claro que si, tengo mucho por descargar con mis bailes...

N-¿Segura que esta todo bien?-En realidad no, pero luego hablamos en persona...N-Nos vemos pronto entonces. Adiós.

-Gracias, hasta pronto. 

Presenté mi renuncia a mi cargo de profesora al día siguiente y pedí mi traslado a LA, todos estaban muy conmocionados cuando se enteraron de los motivos por los que me iba. Ya no había nada por hacer en este lugar, ya había pasado por demasiado. En cuanto a mi mansión, la puse a la venta y a mis empleados les pagué un mes por adelantado mas el despido para que no les falte el dinero en caso de no encontrar trabajo pronto. Aún así también los recomendé con todas las personas que conocía en la zona. Realmente todos estaban agradecidos conmigo.

Luego de todo ese largo día decidí volver a LA, donde me esperaba Nihal con los brazos abiertos y con un escenario esperando por mi llegada, las personas que se encontraban en la zona del vip no quitaban sus ojos del escenario frente a ellos, esperaban con ansias mis bailes, podría haberme ido por un largo tiempo, pero aun permanecían intactos mis dones de seducción.

Me puse mi body de encaje blanco que tenía detalles en formas de lagrimas en plateado, mis pleasers eran translúcidos con detalles en plateado también, al igual que mi máscara blanca, todo combinaba a la perfección, me deje mi cabello suelto, lo llevaba ondulado. pisé el escenario y todo a mi alrededor quedó en completo silencio, nadie quitaba los ojos de mi, incluso las strippers que servían las bebidas se me quedaron viendo fijo. Sentí los nervios recorrer mi cuerpo hasta que ese silencio absoluto se interrumpió por el sonido de la música que iba a bailar.

Lentamente me acerqué al tubo al ritmo de la música, lo agarré con mi mano izquierda y di tres vueltas lentas a su alrededor, puse mi mano derecha en el y me impulsé para hacer mi primer pirueta a mitad del tubo. Seguí el ritmo de la música con más piruetas y luego terminé mi baile lentamente en el suelo. Al terminar la primer canción simplemente se podía sentir en el ambiente toda la tensión sexual que habitaba ese club, no había odio ni resentimiento, sólo deseo y eso era aún más excitante.

Los ayudantes trajeron rejas para el próximo baile, en el cual estaríamos tres bailarinas encerradas entre cuatro enrejados, simulando una prisión. Nuevamente comenzó la música y comencé a bailar, debíamos simular un trío con nuestros bailes. Estábamos tumbadas en el suelo bailando una encima de la otra suavemente, rozábamos delicadamente nuestras manos por el cuerpo de la otra y también pasábamos nuestros labios por el cuello una de la otra.  

Esa noche perfectamente podríamos haber explotado el club con tanta tensión sexual que había, pero milagrosamente eso no sucedió. Al terminar todos nuestros bailes todos se pararon a aplaudirnos, jamás había escuchado tantos aplausos en un lugar tan cerrado.  Los ayudantes acercaron un micrófono a mi y simplemente dije...

-Volví, perras.


La niñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora