20. Las apariencias engañan

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Tú.

La noche anterior fue la peor de todas y eso que una vez me intoxiqué con un sushi que compré en la gasolinera. Ya se, nadie en su sano juicio lo haría. Es una larga historia... para otro día.

En fin, cuando empujé a mi primo quiso devolvérmela pero corrí a mi habitación y me encerré con llave. Eran horribles los ruidos que hacía tratando de abrir mi puerta. Se rindió después de una hora; escuché como le pegó con fuerza a la puerta no se con que parte de su cuerpo. Solo escuché un gran golpe y escuché un quejido de dolor. Estaba segura que se lastimó la mano.

Temía que el entrara a mi habitación mientras yo dormía. Entonces coloque la silla de mi escritorio contra la perilla. Con mucho temor me acosté en la cama y me cubrí con las sábanas. Sentía que estás iban a protegerme del monstruo de mi primo.
Pensé en contestarle a Zed; solo se me ocurrió decirle que hablaríamos mañana y de golpe me quede dormida.

A las 3:30 am, no había pasado mucho desde que me dormí, escuché muchos ruidos y voces.
Era mi primo quien golpeaba la puerta pero la tocaba al ritmo de una canción. Si no me equivoco, era la de la clásica música de terror en una película. Me quede sentada escuchando y viendo la puerta con temor a que el entrará.
No pasó mucho, antes de que el hablara.

—Mañana tendremos una rica cena.—hace una pausa.—Sopa de... tortuga—. Me toma un momento pero entonces entiendo a que se refiere ¡La tortuga! Me levanto muy asustada de la cama, corro y abro la puerta. Tiene la tortuga en su mano y este la balancea en su mano. Veo la expresión de la tortuga. Está realmente asustada, con sus ojitos me busca.
Recuerdo cuando la encontré.

Flashback
Al regresar de casa, salí al jardín. El clima estaba muy agradable. Entonces curioseando, encontré a la tortuga. Era muy curiosa y agradable. Se acercaba a mi. La descubrí espiándome. Finalmente me senté en el suelo y estiré mi mano. Poco a poco se acercó. Después de eso le saqué algunas fotografías.
Cada día que podía le llevaba un pedazo de pan. Siempre sale contenta a recibirme. Desde que dejé de hablarle a Zed, ya solo pasaba en mi habitación. Ya no salía, me aleje de ella pero la seguía queriendo.
Fin del Flashback.

—Déjala.—digo y el se ríe.—te estoy diciendo que la bajes.—la agarra y está por golpearla contra el suelo pero la detiene a unos centímetros del suelo—¡¡NOOOO!! Déjala, idiota.

—A mi no me vas a hablar así.—la tambalea.—será mejor que hagas lo que digo o...—levanta una ceja.
Lo miro unos segundos y lo empujo. Cae de espaldas y tomo a la tortuga. Se lo que debo hacer. Corro a la habitación de mis padres. Abro la puerta y me tiro sobre su cama. Aplasto la pierna de alguien porque escuchó un quejido. Ellos se despiertan confundidos. Luego ven a mi primo entrar por la puerta.
Se levantan de la cama.

—¿que haces aquí?—pregunta mi mamá.—Nos despedimos hace horas.

—Entre por atrás.—dice relajado. Aunque se que por dentro está deseando matarme.

—El quería matar a la tortuga.—digo abrazándola.

—¿Qué? ¿De donde sacaste esa tortuga?—pregunta mi papá.

—Estaba en el jardín. Amenazó con matarla.—digo acusándole.

—No es cierto. Me siento solo y quería saber si puedo pasar la noche aquí.—dice en un falso tono triste.

Here we go again! | (Zed y Tu) ZOMBIESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora