POR SIEMPRE MÍO (YAOI/M-PREG)

CAP 16: ACTUALIDAD

11 meses después...

NARRA ESTEBAN

Todo transcurría tranquilo y normal...

Desde hace meses lo era...

—¡wuaaaa! ¡wua! ¡wua! -los lindos sollozos de mi pequeño Ángel se oían-

Su nombre, como así lo decidí, era Ángel Walker, un bello bebé varón, el ángel que salvó mi triste existencia en este mundo, la luz de mi camino, mi razón y único amor.

—¿ahora qué pasa? -sonriente me dirigí a la mediana habitación acogedora donde mi pequeño se alojaba, pintada del bello color crema, lleno de diversos dibujos infantiles- ¿qué le sucede a mi Ángel? -miré el pequeño bulto escandaloso dentro de la cuna azul, vestido de un cálido sueter amarillo con capucha de conejo y un pañal con variados dibujos infantiles- ven aquí cariño -con sumo cuidado lo arrollé en mis delgados brazos y al poco tiempo se calmó, no le gustaba que por ni un motivo me alejara de él, eso era un gran problema-

Una criatura de tan solo 3 meses y una semana de edad, de pelo negro y profundos ojos rubí,  facciones y gestos idénticos a su padre, pero obviamente más dulce y gentil, era un exacto Demián en miniatura, su apariencia poco me importaba, era mío y me encargaría de criarlo de la mejor manera.

Lejos de ese demente...

Absolutamente lejos de él...

Hace 8 meses, me había mudado dentro de un pequeño departamento en la gran capital de España, donde de día trabajaba como mesero dentro de un lujoso restaurante en el cuál me pagaban lo suficiente para tener una vida normal y parte de la tarde estudiaba en una escuela en línea, a pesar de todo no quería dejar de estudiar, había pasado a tercer año de bachillerato y en tan solo unos 2 meses me estaría graduando si todo sale bien, al igual que pronto cumpliría los 18 años.

Cuidar a Ángel no era una molestia, pues en mi trabajo había una guardería para madres solteras y en casa Ángel no era tan problemático, sino un niño muy tranquilo a pesar de su disgusto por mi alejamiento o cuando alguna persona se  acercaba, en ese punto me recordaba a alguien, pero él aprendería a controlarse, no dejaría que terminara como igual o peor que su padre.

Estela y los chicos me visitaban de vez en cuando e insistían en dejarles pagar todos mi gastos personales incluido el bebé, pero realmente deseaba ser más independiente trabajando yo mismo, para así poder pagar todos mis gastos, no quería abusar más de su confianza.

2 semanas en el hospital fueron suficientes para que el doctor me diera de alta y así vivir el tiempo que faltaba del embarazo en la maravillosa España, unos meses después mi Ángel nació en uno de los hospitales privados de Estela, fue un alivio que el parto no tuviera complicación alguna.

La tranquila mirada de mi pequeño enternecia a cualquiera que lo mirase, me fascinaba vestirlo con distintas prendas de animalitos, pero principalmente de lobos, que eran los animales preferidos de mi hijo.

El momento de madre e hijo fue interrumpido al escuchar el sonido de la puerta siendo tocada.

—¡voy! -con mi pequeño en brazos me conduje hacia la entrada principal checando antes de quien se trataba- bienvenido.

—hola Esteban -la nostálgica sonrisa que mi amigo me regalaba ya se hacia costumbre en cada visita- ¿puedo pasar?, traigo obsequios -divertido me mostró 2 bolsas de compras y carcajeando le permití el paso-