Capítulo 3. Helado

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Miedo. Todo lo que puedo sentir en este instante es el miedo. ¿Cómo está pasando esto? Se supone que hoy iba a ser un sábado normal.

Había quedado con Hikaru, por petición suya, para ver una película en el cine. Después de ver la peli fuimos a comer a una pizzeria,pero se estaba haciendo tarde así que le dije a Hikaru que lo acompañaría a casa.

Desde ahí todo iba bien,pero de camino a casa de mi amigo, nos metimos por un callejón oscuro. Aquí empiezan los problemas.

Un Hikaru asustado, un sujeto desconocido que está presionando una navaja contra mi cuello y yo, temiendo por mi vida y rezando a lo que sea que esté ahí arriba para que me dé más tiempo, aún que sea solo un poco. Necesito tiempo para aprender todo sobre la amistad de la que tanto me habla Hiroto, aún soy un novato en eso, también para jugar al fútbol y cuidar a los más pequeños del Sun Garden, y claramente para mirar las estrellas.






Aún que ahora que lo pienso en cuanto este encapuchado termine con mi miserable vida, voy a estar más cerca de ellas.

Más cerca de las estrellas.

Quizás así nunca me sienta solo.






-¿Te has asustado,Kariya?-Casi me muero al reconocer esa voz. Su aliento en mi cuello me puso los pelos de punta y solo negaba una y otra vez intento creer que esto no estaba pasando.

Antes de que pueda responder, separo la navaja de mi cuello y se empezó a reír, poco después Hikaru también lo hizo. Me sonrojé, no sé si de la ira o vergüenza.

-¿¡Cuál es tu jodido problema!?-sentí como se desgarraba mi garganta, culpa mía por gritar tan fuerte.-¿¡Sabes el miedo que he pasado!?

-Qué lo digas tú...-Sí, senpai tenía razón. Yo había fingido mi muerte y a él casi le da un infarto (como a mí, ahora mismo) al descubrir mi "cadaver".

-Ya,ya lo pillo.-Bufé molesto y miré a mi amigo de inmediato, que aún se reía. Al sentir mi mirada sobre él, se calló de repente.-¿¡De qué te reías!? Pues ahora vuelves solo a casa, qué lo sepas.

-Perdonarme,Kariya...yo...-No dijo nada más,quizás por los nervios o porque no sabía que decir.

-¿Tú qué? Mira, olvídalo.-Seguí caminando dejando a los otros dos atrás.-¡Adiós!

-¡Tampoco tenías que dejar al pobre Hikaru aquí!¡No tiene culpa de nada!-Oí como me gritaba Kirino-senpai,se notaba que estaba enfadado por mi comportamiento. Note como volvió a poner toda su atención a Hikaru,para decirle algo que no escuché. Yo ya estaba lejos y no podía cotillear.


















Nada más llegar al orfanato, fui a mi habitación para olvidar lo que había pasado. Mis mejillas seguían rojas,y no entiendo porque. ¡No estoy enfadado!¡Y mucho menos avergonzado!

Me tumbé en la cama repasando todo lo que había pasado el día de hoy.

Y es que me esta costando admitir que Kirino-senpai me hizo una buena broma,además él me transmitió el mismo miedo que le transmiti yo con la broma que le hice.

Y él solo necesitó una navaja. Pues sí que me complique la vida.





Alguien llamó a mi puerta, me hice el dormido para no tener que lidiar con nadie. Estaba cansado. Volvieron a llamar, y después de unos segundos oí pasos alejarse.

Quizás puedo dormir y olvidar lo que a pasado.

Sí, eso lo he pensado ya como seis veces,pero no puedo dormirme y ya son las cinco y cuarto de la mañana y solo pienso es eso. Decidí levantarme y beber un vaso de agua,pero al llegar a la cocina me sorprendió ver las galletas caseras con forma de helado y alíens que siempre traía Hiroto.

¡Esto es la guerra! [Ranmasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora