Capítulo 5. Mal tercio

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No me podía creer lo que estaba pasando. Todo estaba mal, me había peleado con Hiroto, había pegado un puñetazo al pobre de Hikaru y tenía que tragarme la envidia al oír todas las cosas buenas que le pasaban a mi mejor amigo:Su hermano podría andar en unos meses, Tenma lo había invitado al cine y sus padres le llevarían a ver a su amigo Hakuryuu que vivía lejos.

Me tendría que alegrar,¿no? Pero no lo podía evitar, el sentirme mal. Todo en mi vida iba de mal en peor, y si a eso le añadimos que tengo 40 de fiebre pues ya ni te cuento.







Pero ahí estaba yo, apunto de ser atropellado por un camión por culpa de mis delirios causados por la fiebre. No quería ni hablar con las personas, solo decía tonterías.





Llegué finalmente al Raimon, era viernes y mañana podría descansar en mi habitación. En la entrada estaba Hikaru con un ojo morado, me sentí mal. Kirino y Shindou lo estaban interrogando, él parecía no querer decir nada y negaba a cualquiera cosa que le dijesen con una sonrisa, la cual desapareció al verme.







Seguí mi camino hasta la biblioteca, necesitaba meterme allí para pensar un poco sobre todo lo que había pasado. Después de todo las bibliotecas son silenciosas,¿no?



Me escondí en un rincón bastante abandonado, no sabia que sección era aquella pero seguramente era una aburrida, nadie pasaba por ahí.



Me estaba empezando a encontrar peor, y sin saber por qué, empezé a llorar. Estoy me había pasado más veces desde el miércoles por la noche, justo después de despedirme de senpai.



La cabeza me dolía millones y no veía con mis lágrimas. Odio llorar, a mi madre nunca le gusto verme llorar y por eso siempre me he hecho el fuerte. No lloré cuando me despedí me mis padres, mis abuelos y mis amigos.





-¿Kariya?-Miré a la persona que me llamaba, era Aoi. Escondí mi rostro entre mis manos y me giré.-¿Kariya que te pasa?


Se notaba bastante preocupada, intentó poner su mano en mi hombro pero yo me aparté con un movimiento brusco.





-¡Vete!-le grité, ella puso mala cara, como si le doliera lo que estaba diciendo.-¿Estas sorda?¡Qué te vayas, joder!


Ella asintió y se fué, pero antes de eso cogió un libro bastante grande de lo que parecían ser poemas. Me senté en el suelo y me tragué las lágrimas, hoy no iba a entrar a clases.





Joder,necesito los consejos de Hiroto ahora.





Me estaba empezando a aburrir, seguramente apenas habían empezado las clases y yo no sabía que hacer. Me seguía doliendo mucho la cabeza, y en mi cara había restos de lagrimas que no me había limpiado.

¡Esto es la guerra! [Ranmasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora