Cast Marvel Imaginas

Sebastian Stan

"Si no dejas tus manos quietas no podre hacer tus ojos de Mapache."

Cuando tú novio te consiguió un trabajo como maquilladora en la película "Capitán América y el soldado del invierno", de verdad estabas muy emocionada, sabías que esto podría impulsar tú carrera, que hasta ahora sólo había consistido en maquillaje de obras de teatro, unos cortos y unas películas independientes, pero aparecer en una película de el universo  Marvel abriría muchas puertas.

Ya habías pintado a algunos extras y a Anthony Mackie, lo que te tenía feliz, no ibas a ser una maquillista de sólo extras, ibas a trabajar con los personajes importantes.

Estabas ordenando tus brochas de maquillaje cuando alguien se sentó en la silla de tu sección.

-En un instante estoy contigo cariño- dijiste con una sonrisa.

-Tomate todo el tiempo que quieras guapa- dijo la persona, de inmediato reconocieste quien era.

-Ya estoy totalmente lista para iniciar contigo- dijiste fingiendo que no lo reconocieste- recuérdame ¿Que papel haces en las películas?

-Soy el soldado del invierno- dijo Sebastian para luego poner sus manos en tú cintura- y creo que tu eres la maquillista más guapa que e visto en mi vida- te sonrió de la manera en que sólo el sabía hacer para que un zoológico completo se moviera en tu estómago.

-Eso es lindo, pero lamentó decirte que tengo novio- dijiste siguiendole el juego, no lo habías visto en un largo tiempo y extrañabas sus juegos, como el que tenían ahora.

-Eso es una pena- dijo para hacer un puchero adorable- él es un chico con suerte- mientras hablaba comenzaba a acariciar tus costados y de inmediato comenzaste a relajarte con su tacto.

- Si no dejas tus manos quietas no podré hacer tus ojos de mapache- dijiste riendo antes de besarlo de manera rápida.

-Ya me estaba cansando de no poder besarte- dijo con una sonrisa- ahora maquillame, pero debo aclarar que no parezco un Mapache.

-Lo que te deje dormir tranquilo amor- dijiste para tomar la sombra para ojos- pero para mi sigue viéndose como un mapache- le susurraste en el oído.

Ambos rieron ruidosamente y se ganaron que los hicieran callar pero aún así lo disfrutaron.