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Miércoles, ya estoy cansada de lo mismo, de la rutina. Pero, ¿Quién no? Noches en vela, mañanas de enfrentamientos, jornadas bastante agobiantes en la facultad y horarios de trabajo agotadores junto con muy pocas horas de sueño y la ayuda de mucho café al cual parezco haberme hecho inmune. Entro al restaurante y saludando con un asentimiento y una sonrisa a mis compañeros de trabajo, me dirijo a mi casillero en la parte trasera de la cocina donde me coloco la camisa de color vino con el logo del restaurante encima de mi blusa sencilla y amarro el delantal detrás de mi cintura, termino por asegurar mi libreta en el bolsillo de este y salgo junto con Jennifer –mi jefa—al área de las mesas quien me asigna las mesas que me corresponden atender durante la noche.
Mi energía parece ir en descenso, pero lo último en lo que pienso en hacer en estos momentos es descansar, destapo una botella de vino con cuidado de no derramarla por mi torpeza y la sirvo en ambas copas para una pareja joven que mira el menú y me dan el permiso de retirarme al agradecerme. Admito que esto no se compara con los turnos de madrugada en el restaurante de comida rápida. Miro a mi alrededor tras haber atendido a mis mesas correspondientes, le entrego la cuenta a un hombre en la mesa cinco que me la pide con una seña y pongo mi atención en la familia que se empieza a ocupar una de las mesas que me corresponden y tomando cuatro cartas de menú me dirijo hacia ellos para entregárselas y presentarme como su mesera, pero me sorprendo al ver a quien encuentro.
Un chico de cabello ligeramente rizado con un color entre rojizo y castaño de ojos verdes me sonríe con picardía, pero no logro recordar cuál es su nombre. No disminuyo el ritmo de mi paso apresurado hacia dicha mesa y me detengo al ser notada por los cuatro miembros de la familia del pelirrojo.
─Buenas noches. Mi nombre es Juliette y seré su mesera el día de hoy –me presento entregándoles a cada uno la carta. ─Pueden ordenar ahora o revisar con calma los platos y puedo traerles lo que gusten de tomar –espero con paciencia su respuesta y anoto sus órdenes para la comida y las bebidas para luego alejarme hacia la barra y servir el batido de la señora. Los observo un par de segundos, está un hombre de unos cincuenta y tantos años, una señora aproximadamente de la misma edad, un chico de cabello completamente rizado corto casi del mismo color que el del pelirrojo
Vamos, Juliette. Piensa.
¡Ya está!
Casi derramo la malteada ganándome una mirada atenta de parte de mi jefa y luego una sonrisa comprensiva.
Es Adam. El amor platónico de Ally
Agradezco haberlo recordado al fin y al terminar de colocar los batidos en la bandeja que sostengo y un par de cervezas, las coloco en los respectivos lugares y entrego sus órdenes, veinte minutos después, recién emplatados. No puedo evitar pensar en que Adam me está mirando como si quisiera preguntar algo o estuviese tratando descubrir algo, pero decido no prestar atención y terminar de limpiar las mesas que se desocupan de a poco en el lado derecho del restaurante.
El resto de la noche pasa un poco agitada mientras todos los empleados nos encontramos ya pasadas las diez trabajando de manera autómata. Dos horas más tarde el reloj de agujas de la pared de la barra marca las doce y todo el personal sale del restaurante y quedan únicamente los encargados de cerrar; me despido de algunos de mis compañeros y salgo del restaurante para luego caminar un par de calles y conseguir un taxi que me deja en mi calle. Abro el cierre del bolsillo externo de mi bolso y saco mis llaves esperando no encontrarme a mi padre, cierro la puerta cuidadosamente tras de mi y hago mi camino por las escaleras de manera silenciosa con mis zapatos en mano, entro en mi habitación y dejo mis cosas en el suelo para quitarme la ropa de trabajo y ducharme, despojándome de todo rastro de la ropa de trabajo que llevaba anteriormente abro una vez mas la llave del agua fría y le permito caer sobre mis hombros y espalda como lluvia.
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Juliette
RomanceJuliette Anderson -mejor conocida como Julie-se ve atada a vivir con su padre alcohólico debido a su minoría de edad. Daniel Evans, un chico sociable y con gran poder adquisitivo, llega a su vida para cambiarla por completo. Y todo gracias a un simp...