Capitulo 9: Descubrimiento

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Hago lo mismo y me dirijo hasta una amiga de mi madre, mamá de uno de los amigos con los que Cath juega

-Sra. Maxwell, surgió un inconveniente, ¿será posible que usted pueda llevar a Cath a casa?-pregunto con un tono de voz que expresa un deje de desesperación ella asiente rápidamente –Muchas gracias, de verdad-hablo y le hago señas a Cath de que está a cargo de la señora Maxwell y ella sube los pulgares

Corro en la dirección en la que Julie se marchó y no la veo por ninguna parte, me detengo por un momento y cierro los ojos, intento pensar a donde podría haber ido y tomo la decisión de subir al auto, paso por todas las calles cercanas a la plaza y por fin distingo su melena castaña, me impresiona el hecho de todo el tramo que ha recorrido en tan poco tiempo, estaciono el auto y me bajo, vuelvo a correr calle abajo y la alcanzo. Tomo su antebrazo y ella se niega a girarse intentando hacer algún tipo de maniobra, la sostengo con la fuerza necesaria intentando evitar lastimarla y mantengo sus brazos inmovilizados

-Julie, Julie, mírame-intenta zafarse sin lograrlo –Juliette, por favor-la llamo, pero no me mira –Solo quiero hablar, tranquila-logro que me dirija la mirada

-Suéltame-su tono es firme, aunque sus ojos no reflejan la misma firmeza

-Por favor, Julie, solo quiero hablar contigo, cálmate y te soltaré ¿vale?- deja de intentar soltarse de mi agarre y de a poco empiezo a aflojar mis manos sobre ella –No quiero que corras, ni que intentes huir de mí, vamos al auto y hablamos en un lugar más tranquilo-sugiero

-No quiero tu lástima- suelta de improviso y algo en mi estómago se revuelve y la suelto por completo casi de golpe

-¿Crees que es lástima? ¿En serio? ¿Crees que te seguí solo por lástima? ¿Piensas que estoy aquí por lástima?- mi voz suena sorprendida

-¿Por qué no?-inquiere ella y siento que empiezo a extrañar a la Julie sonriente y tranquila

-¿Sabes por qué no es lástima? ¿Sabes por qué estoy aquí?-ella niega-Porque me preocupo por ti, Julie. Porque me gustas y porque te quiero- confieso y no espero ningún tipo de respuesta de su parte –Ahora por favor, sube al auto ¿quieres?-intento convencerla una vez más

-Bien- se limita a decir, caminamos al auto y lo desbloqueo cuando estoy ya junto a este, abro la puerta del copiloto y la dejo entrar, ella se abrocha el cinturón, cierro con cuidado la puerta y me subo a mi lado, enciendo el motor y nos encamino hacia mi departamento. Julie no dice ninguna palabra en todo el camino y yo hago lo mismo, se limita a mirar por la ventana y a evitar mi mirada. Llegamos y ambos nos bajamos del auto, ella me sigue hasta el ascensor, marco el piso seis y camino junto a ella por el pasillo, saco mis llaves y abro la puerta, la dejo pasar primero y cierro sin girarme. Voy hacia la cocina y pongo a hervir algo de agua, veo de reojo como Julie toma asiento en la barra y baja su mirada a su regazo mientras yo preparo algo de té. Cuando esta lista coloco los sobres y sirvo dos tazas, le entrego una a Julie quien susurra un agradecimiento, intento serenarme y me siento junto a ella.

-Sé que te alteraste cuando me di cuenta de los cardenales en tu muñeca- empiezo a hablar y ella me mira –Es probable que mi reacción no haya sido la mejor y no ayudó a la situación, asumo la responsabilidad en parte y me disculpo. Julie, quiero que me cuentes que te sucedió – espero mientras doy un sorbo de mi taza, ella hace lo mismo y a continuación la dejo en el mismo lugar

-No querrás saberlo- objeta

-Quiero ayudarte-

-No puedes-responde sin titubear

-Al contrario, tú decides; no puedo ayudarte si tu no quieres ayuda-replico con mayor seriedad de la que debería

Si quieres que ella se abra a ti no lo conseguirás con esa actitud

JulietteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora