Capítulo 17: Deliciosas crepas

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Subo las escaleras para llegar hasta mi habitación y al final de estas se encuentran mi padre, el hombre desconocido de traje negro y... Harry. Con miedo intento correr, pero entre mi padre y mi hermano me toman y evitan que escape, quedo de pie frente al hombre y la desesperación hace que mi corazón se acelere a un ritmo insano

-¿Conque tú eres la chiquilla que anda revisando los documentos de papa, eh? ¿Cómo dijiste que se llamaba esta zorra, Harry?-pregunta dirigiéndose a mi hermano este se encuentra cabizbajo sosteniéndome junto a mi padre por los brazos

-Juliette-susurra

-Genial, entonces...Juliette. Supongo que sabrás ya lo que plasman los documentos confidenciales que tomaste de la oficina de tu padre ¿O me equivoco? –pregunta con malicia

-Yo no tomé nada-escupo y este ríe. Entra a mi habitación y sale segundos después con el sobre que se me hace familiar marcando Confidencial adelante, lo identifico como el sobre que se cayó cuando fui a tomar los cigarrillos

-¿Qué me dices que significa esto, idiota?-me golpea el rostro con fuerza causándome una fuerte ola de dolor y un leve mareo, escupo sangre y Harry enseguida se acerca para levantarme sorprendido y hecho una furia le grita al desconocido

-¡Prometiste no hacerle daño!-habla mientras me continua sosteniendo una vez de pie

-¿Cuánto valen mis promesas, Harry? Lo mismo que un billete de cinco euros, amigo-dice con sorna –Aleja a tu hermanita de mi vista antes de que decida divertirme un rato-se ríe y Harry intenta abalanzarse sobre el pero alguien lo detiene, mi padre lo jala de la camisa evitando que se acerque más al hombre y me hacen caminar hasta el final del pasillo donde me obligan a entrar a una habitación totalmente oscura

-Morirás aquí por idiota-asegura mi padre con desprecio –Me encantará no tener que verte nunca más el rostro-insiste y se va. Harry se limita a dedicarme una última mirada de lástima y lo sigue...

Despierto agitada de golpe, mi espalda está transpirada, mi pulso acelerado y mis ojos húmedos. Golpes en la puerta me hacen caer en cuenta de que nada fue real y segundos después unos pasos de aproximan a mí, me alejo con miedo, desubicada, la figura enciende la luz y reconozco a un Daniel un poco desaliñado con su mirada fija en mí, le permito acercarse y este me abraza

-Tranquila, linda; todo está bien, fue solo un sueño-susurra mientras acaricia mi espalda, me veo incapaz de hablar o de recitar palabra mientras él me consuela, limpia mi rostro húmedo con sus pulgares y le da un corto beso a mi frente -¿Estas bien?-pregunta y asiento lentamente –Debes volver a dormir, me quedare hasta que concilies el sueño-asegura con voz ronca y se recuesta a mi lado, me acerca a él, reconfortándome y me recuesto con su brazo acariciando mi cabello y en poco tiempo vuelvo a dormir

Me levanto y me sorprendo un poco al ver a Dan dormitar a mi lado bastante cómodo, me pongo de pie con cuidado, hace tiempo no dormía tan pesadamente, recuerdo la pesadilla de anoche y siento un leve escalofrío recorrer mi columna

Hacía ya un par de semana que no las tenía

Sonrío para mis adentros borrando los malos recuerdos al recordar a Dan entrando a la habitación y verificando que estuviese bien, camino con cuidado de no despertarlo y entro al baño, me lavo la cara y cepillo mis dientes y me decido por colocarme mi ropa del día anterior. Salgo del baño y luego de la habitación y me dirijo hacia la cocina, me tomo el atrevimiento de abrir la alacena en busca de los ingredientes que puedan servirme para preparar el desayuno. Tomo la harina, los huevos, la leche y otros ingredientes y una vez los tengo todos sobre la mesa, tomo una sartén; preparo la mezcla y me dispongo a cocinar unas deliciosas crepas con la receta que suelen usar en el restaurante, quizás no me queden como a los chefs de Deleite, pero vale la pena intentar

Termino colocando las ultimas crepas en un plato de porcelana blanca y lo guardo en el microondas, limpio mi pequeño desastre y mientras pongo a hacer el café Dan aparece por la puerta de su habitación recién duchado y vistiendo un simple pantalón de jean y una franela blanca

-Buenos días, Julie-dice con un tono animado y sonriente

-Buenas días, Dan-respondo y sirvo el café en dos tazas y me da un beso en la mejilla

-¿Cómo estás?-cuestiona interesado y le dedico una sonrisa

-Muy bien, ¿Tu qué tal dormiste?-

-Como nunca antes, caí como un bebé-dice con gracia y se sienta en la barra

-No quiero cocinar-dice con una mueca -¿Comemos fuera?-pregunta buscando mi aprobación y niego riendo

-De hecho...-le paso una de las tazas que él toma y se dispone a endulzar desentendido. Abro el microondas y saco las crepas aun calientes y puedo casi jurar que su mirada se ilumina

-¿Hiciste crepas?-inquiere sorprendido -¡Me encantan las crepas!-comenta como niño pequeño y río, se aclara la garganta y se endereza algo serio –Quiero decir, me gustan mucho, en verdad gracias –segundos después carcajadas salen de nuestras bocas y me invita a sentarme a su lado, se dedica a colocar la mesa y luego se dirige al refrigerador –Veamos..-revisa su nevera –Tengo sirope de chocolate y...-con la botella en las manos la coloca frente a mí y alcanza una botella cristalina en la parte superior de un gabinete al que aseguro yo no podría llegar -miel-finaliza colocándola frente a mi también y toma asiento a mi lado

Con el plato limpio en frente de mi colocado ahí por Dan me sirvo una fina crepa y le agrego sirope de chocolate para acto siguiente probarla, en verdad están bastante buenas para no hacerlas muy seguido

-Están deliciosas-alaga Dan y siento el tono carmesí subir a mis mejillas, casi quiero golpearme por sonrojar tan fácil -¿Las hace seguido?-desea saber mientras come una crepa rellena de miel

-En verdad no, requieren algo de tiempo y es precisamente algo que no suelo tener a menudo-explico y el asiente comprensivo

-¿Pudiste dormir algo luego de... el mal sueño?-cuestiona y asiento -¿Puedo preguntar que soñaste?-niego –Bien, entiendo-dice volviendo a su desayuno. A mi segunda crepa mi estómago opta por cerrarse y rápidamente estoy satisfecha, me levanto para limpiar mi plato

-¿No comerás más?-habla Dan confundido

-No, ya estoy llena-contesto lavando mi plato y la taza que usé

-Deja eso, yo puedo lavarlo, ya limpiaste suficiente-me pide y me apresuro a terminar, me giro y el me ve con el ceño fruncido a lo que sonrío

-Y esta es mi sexta crepa, creo-comenta divertido –Debo admitir que te has ganado el primer lugar en la lista de las crepas que he probado, normalmente una comida maravillosa estaría en segundo lugar después de mi madre, pero...-se rasca la nuca –A ella no le quedan así-susurra –No lo digas nunca ¿Vale?-asiento riendo

-Ese será nuestro pequeño secreto-afirmo y él me sonríe

Terminamos por caer en cuenta de la hora y Dan me lleva a casa para hacer una parada rápida, tomar un ducha, cambiarme y tomar mis cosas, vamos a la facultad y al llegar me da un corto beso en la mejilla antes de tomar su camino en dirección a su primera clase

JulietteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora