11|Ramiro & Luna|

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Ramiro suspiró pasándose una mano por sus característicos rulos. Él y el resto de sus amigos habían creado un plan perfecto. Pero un solo error podría traerlo abajo. El chileno debía hablar con Ámbar, para asegurarse de que ella estuviera al tanto de lo que iba a pasar y repasarle una y otra vez lo que debían hacer.

Abrió la puerta de la habitación de su amiga y entró con una sonrisa de oreja a oreja.

La rubia le dedicó una sonrisa enorme y levantó de su cama para abrazarlo. Él le correspondió y cerró la puerta detrás de él.

—¿Estas lista para salir de acá?

—Demasiado lista.

Ramiro asintió y ambos se sentaron en la cama.

—Los chicos van a llamar desde la recepción a Simón, dirán que estás teniendo una ataque y que solo pedís verlo a él. Nos aseguraremos que venga y, cuando lo haga, queremos que le hables.

—¿Hablarle?—Replicó Ámbar con la mirada confundida.

—Tenemos que descubrir porque te metió acá y estamos seguro que vos lo vas convencer.

La rubia asintió, todavía procesando lo que acababan de decirle.

Simón...

Esa la palabra hacía que su cabeza estallara en miles de pedazos y su corazón también. Eran tantas las cosas que quería decirle y también tantas eran las teorías que tenía de la razón por la que él la había dejado.

Ramiro, por otro lado, miraba a Ámbar con una pizca de arrepentimiento. Sabía que en la época que fue el desastre, él no había sido muy comprensivo con ella y fue de los que peor la trataron. Sin embargo, esperaba poder recompensar su error.

(...)

Se lamentaba una y otra vez lo que estaba haciendo. Cuando los chicos le dijeron que debía seducir al recepcionista de turno, nunca se imaginó que él sería gay.

—Hola, uhm, vine a ver a Ámbar Smith...—Murmuró Luna.

El chico detrás del escritorio tecleó un par de cosas en su computadora y luego levantó la vista para ver a la mexicana.

—Ya está alguien más. Vas a tener que esperar. —Respondió de manera cortante.

Era un chico alto y con el pelo color azabache, era medianamente largo. Debía reconocer que el chico era muy lindo. Y en la tarjeta con nombre aparecía; Avan.

—Ey, Avan, ¿cierto?—Preguntó Luna, intentando ser lo más simpática que podía.

—¿Que?

—Crees que podrías ayudarme con algo. —Pidió—Verás, necesito que alguien me ayude con test de embarazo. Pero esperaba que esa persona fuese un... desconocido.

La castaña, ahora con algunas mechas rubias, hizo una pequeña mueca; reconociendo que su pedido era realmente estupido. Aunque no era mentira. De verdad necesitaba hacerse esa prueba de embarazo, y si era necesario para salvar a Ámbar, entonces la haría con un desconocido.

El chico pareció compadecerse de la situación de la Luna y, después de soltar un bufido, se levantó. Tomó rumbo al baño con la joven pisándole los talones.

(...)

Cuando vio que era seguro, se apresuró para llegar al teléfono de la recepción y marcó el número que necesitaba.

¿Hola?

—¡Hola! ¿Estamos hablando con el Señor Álvarez?

Holi holi

Rambar 😎

Rambar 😎

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Lumbar

Necesito simbar, dios

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Necesito simbar, dios

Pero bueno, ya vendrá

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Pero bueno, ya vendrá.

Saludillos

Detrás de mi reflejo|Ámbar Smith|#EAS2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora