Más allá de la muerte

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Con esa despedida, el mayor firmaba su sentencia. Ahora se quedaba solo y aquellos pensamientos oscuros se apoderaban de su mente otra vez. Ahora ya no escucharía la voz de Youngjae, ni siquiera por la radio, ya no lo vería por las mañanas tratando de cocinar, o por las tardes ordenando todo una y otra vez hasta que la habitación estuviese en perfecta posición. Ya no podría abrazarlo (aunque nunca lo hizo en su estado actual), ya no podría esconder su laptop (para que le pusiese atención a él y no a los videojuegos), ya no podría, en medio de la noche, cuando el reloj marcaba más de la una de la madrugada, ya no podría verlo y sentirse dichoso porque ese hombre lo amaba.

─¿Jaebeom?─ el menor contestaba el teléfono. Justo acababa de lanzar sus maletas al suelo mientras se instalaba en la habitación del hotel. Se supone que eran las dos de la madrugada, le resultaba extraño recibir esa llamada.

No.

─¿Unnie? ─del otro lado del teléfono era la hermana de Youngjae, parecía agitada y eso lo preocupó.

Youngjae, Jaebeom tuvo una caída.

─¿Qué? ¿D-Dónde estás? Por Dios... En este momento me regreso a-

No, Youngjae. Jaebeom... Jaebeom ya está bien; está durmiendo. Me pidió que no te avisara.

─Todavía tengo el abrigo puesto, estoy a la orilla de la puerta.

No regreses. Él me dijo que te llamaría.

─Es que me llamas y quieres que no me preocupe, pero suenas muy mal...

Fue muy feo encontrarlo, siendo honesta. Yo quise visitarlo desde que me enteré que estaría solo hasta que su madre regresara de un viaje de negocios. Solo pasaba para visitar y saber cómo estaba todo. No contestaba la puerta, pero estaba abierto así que entré. Lo encontré en el suelo y corrí para auxiliarlo. No reaccionaba, llamé a emergencias y se lo trajeron al hospital. Llegó su doctor, creo, con dos enfermeras y lo atendieron. Ya está estable; incluso hablamos. Me pidió que no te dijera nada hasta que él pudiese llamarte y contarte todo él mismo, pero se durmió y ya te dije, no quería que te preocuparas de más.

─Ok... Gracias.

Youngjae esperó y esperó. Desempacó sus cosas, trató de ordenar su ropa, intentó hacer fideos para cenar y terminó pidiendo comida a domicilio, salió a conocer las calles de Nueva York, fue a la radio que lo contrató, conoció a sus nuevos compañeros de trabajo, todos hablaban en inglés y se distrajo un poco presumiendo sus habilidades en el idioma, conoció a sus jefes y le presentaron el plan para el proyecto que tenían en manos. Su teléfono nunca sonó.

Una semana después, una hora antes de su debut en la radio americana, recibió una llamada. El tono era el que le tenía programado para su pareja, pero en ese momento ni siquiera lo disfrutó. Salió disparado desde la ducha, solo con una toalla medio cubriendo la parte baja de su cuerpo. Con sus dedos húmedos, le costó, pero al fin contestó el teléfono.

─¿Jaebeom? ─una carcajada se escuchó del otro lado de la línea, extrañaba tanto ese mágico sonido.

Youngjae... ─se escuchó débil, pero fue suficiente para hacer palpitar el emocionado corazón del menor. ─Te estoy extrañando tanto...

─Jaebeom-ah... Yo también.

¿Cómo va todo?

─Mi programa empieza en menos de una hora, me estaba duchando por cierto.

Lamento molestar.

─Para nada, Jaebeom. No sabes lo mucho que me alegra...

Quería pedirte un favor ─el tono de su voz cambió a una muy seria, demasiado seria para el gusto de Youngjae. ─No me intentes contactar otra vez.

I will not kiss you (2JAE español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora