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No sabe como todo avanzo de esa forma.

Estaban en la habitación del rubio, con poca luz.

Su camisa estaba abierta, no tenia su pantalón y el rubio le acariciaba su piel.

-Erwin...-Susurraba.

-¿Si...?-Le besaba el cuello.

-Haa... q-quítate la ropa...-le dijo.

-¿Mmh?-Miro al pelinegro con una sonrisa-¿Quieres que me quite la ropa...?-

-Si...-Asintió- Quítate la ropa...-

El rubio obedeció.

Mediante la ropa del rubio caía al piso, las mejillas del pelinegro se volvían más rojas.  

-Ven...-Erwin extendió su mano y Nile la acepto.

Su corazón latía con fuerza y rapidez.

Con sus manos toco el torso marcado del rubio, sus abdominales definidos, los brazos fuertes rozaban su cintura y sus manos en sus caderas.

Comenzó a frotarse en él, sintiendo los intensos besos del rubio.

-Haa...-Abrió su boca, sus labios fueron mordidos.

Se acercaban a la cama de a poco, la temperatura del ambiente.

Se dejaron caer sobre la cama, el pelinegro abrió sus piernas, deslizo sus manos por la piel de la espalda marcada del rubio.

Su cuello era besado y mordido levemente.

Se mordía los labios para no gemir fuerte.

Erwin se separo un momento, mirando a Nile.

-N-no me mires de esa forma...-se cubrió el rostro con una mano.

-¿Por que no....? Solo quiero verte...-tomo el boxer del pelinegro y se lo quito.

-Maldito idiota...-susurro-Deja de mirarme... así...-

-Nop...-le sonrió y se bajo su boxer.

-¿Eh?-sonrió confuso-N-no...-sus sonrisa se borraba de a poco-No...-

Le dio miedo lo que veía entre las piernas de Erwin.

UN OMEGA DIFERENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora