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-¿Sabes...? Hoy tenemos que ir a trabajar...-Le decía Erwin mientras conducía.

-Si quieres ve tu... yo estoy ocupado... tengo que resolver mi maldito problema...-

-Le diré a Mike que de una explicación creible... al menos para ti...-

-Yo tengo mis exámenes... con eso basta...-

-Pues si... tal vez...-Siguio conduciendo-¿Donde es?-

-Ahí...-apunto una casa.

-¡Wow!-dijo sorprendido-esa casa es inmensa...-se estaciono.

-Si... es muy grande...-salio sin esperar al rubio.

-¡Oye!¡¿Por que siempre me dejas atrás?!-Salió de tras del pelinegro.

-¡Yo tengo que resolver esto!-Miro a Erwin-si quieres ve a trabajar... después me voy en taxi a mi casa... no necesito que me sigas a todas partes...-

-Pero ahora eres un omega... no puedes caminar por la calle como si nada... puede llegar tu celo otra vez... y ahí si que se pondrá feo...-

-Entonces ve a comprar esas mierdas... como se llamen...-

-Los supresores...-

-Eso... ve a comprar esas cosas... yo estaré bien... es un omega al que voy a ver...-subio unas escaleras y presionó el botón de un timbre.

-Esta bien... nos vemos... pasaré por ti a la tarde...-

-Si, como digas...-las puertas se abrieron y entro.

Erwin lo miro durante un rato y después se fue a buscar supresores.

El pelinegro llego a la puerta principal y la golpeo.

-¡Espere!-Una voz que conocía se escuchó-¡Ya!-abrio la puerta-¿Puedo ayudarlo en algo?-El castaño sonrió.

-¿Eh?-lo miro confundido.

-No necesitamos toallas... ni folletos para adorar a Dios... así que...-Se veía incomodo.

-Maldito niñato de mierda... ¿No me reconoces?-

-¿Mmh...?-Ladeo su cabeza-¿Nile?-

-Si... claro que si...-

El castaño sonrió ampliamente al reconocer al pelinegro.

UN OMEGA DIFERENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora