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El pelinegro movía el café de la taza con una cuchara. 

Lo degusto, para saber si estaba bien con el endulzante.

-¿Quieres huevos?-Hablo Erwin, mientras estaba en la cocina.

-Lo que sea... tengo hambre...-bebió directamente de la taza-Rico...-susurro al saborear el café.

-¿Quien es rico...?-susurro el rubio.

-¡Haa!-Soltó una especie de chillido de sorpresa, por la inesperada aparición de Erwin-¡Idiota!-Suspiró-Me sorprendiste...-se tocaba el pecho.

-Lo siento, lo siento...-Le dio la espalda-Jaja... parecías como los gatos que se asustan con un pepino... jajaja-Se reía más fuerte.

-No te burles de mi, idiota...-Se molestó- Al menos no parezco un idiota con ese delantal de "Amante de la barbacoa"... ¿No tenias algo más original...-bebió de su café.

-Claro que si... pero elegí este... porque en verdad me gusta la barbacoa... ¿A ti no?-Puso pan en la tostadora.

-Un poco... pero no me gusta la carne de cerdo... tiene mucha grasa...-Susurro.

-Pero comes tocino... ¿No es lo mismo...?-Le dejó un plato con el típico desayuno "americano".

Huevos, tocino, tostadas y un par de hotcakes con miel.

-El tocino es distinto... es muy seco... y no tiene mucha grasa...-Miró lo que le sirvió-Yo lo cocino de otra forma... no en la forma que bote más grasa...-Comenzó a comer.

-¿Esta bien...?-Le preguntó con una gran sonrisa.

-Si, esta bien...-giró su rostro-Gracias...-

-...-se quedó callado.

-¿Que...?-Ladeo su cabeza-¿Pasa algo...?-

-Maldición...-Acunó el rostro del pelinegro en sus manos, bajó su rostró y lo besó.

Introdujo su lengua, intensificando aquel beso.

El pelinegro correspondió, dejando sus manos en la espalda del rubio.

Se sentía muy bien, mientras se besaba con Erwin.

UN OMEGA DIFERENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora