UN OMEGA DIFERENTE

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-Mmh...-El pelinegro despertaba por el irritante sonido de su alarma-Ya deja... De molestar... Mierda...-Acercó su mano y la apagó.

Se sentó en su cama, encendió la luz de la mesita de noche y quitó las sábanas que cubrían la mitad de su cuerpo.

Iba a ir hacia el baño, cuando escuchó unos sonidos algo extraños.

Detuvo su paso y salió de su habitación.

Se acercó a la sala de estar, pero no había nada, así que fue a la cocina.

Estaba tensó y un poco asustado, no lo podía negar, tenía miedo.

Abrió la puerta muy despacio y con el menor ruido posible, tomó la escoba que estaba cerca.

Contó hasta tres y entró alzando la escoba.

-¡Vete, canalla!-Iba a golpear al que producía los ruidos extraños, pero detuvo la escoba a tiempo-¿Erwin?-Vio al rubio, el cual tenía una cuchara el la boca, pero por la acción tomada del Omega, se me cayó de la boca al piso.

-N-nile... ¿Que ibas a hacer...?-Susurró con una media sonrisa.

-Matar al ladrón...-Bajó la escoba-Pero eres tú, así que no puedo hacer nada...-Fruncio levemente el ceño-Por ahora...-susurro-¿Qué haces aquí, Erwin...?-

-P-pues...-Respiró profundo y sonrió-Nada interesante... Jeje...-Suspiró-Solo quería darte una sorpresa, desayuno en la cama... Pero el único sorprendido... Fui yo...-Se avergonzó.

-Aah...-Ladeo su cabeza y dejó sus manos en la cintura-¿Y por qué no me dijiste que vendrías? O algo por el estilo, ya te iba a golpear con esa cosa... ¿Eres idiota?-

-Si... Puede que sí lo sea...-Dejó sus manos en la cintura de Nile-Lo lamento...-Lo apegó a su cuerpo y acercó su rostro al del pelinegro-Nile...-

-Erwin... No... No seas idiota...-Se sonrojó-Me lo hubieses dicho...-Dejo la palma de sus manos, sobre los pectorales del rubio.

-No hubiese sido sorpresa...-susurro y le besó los labios.

Nile sentía como los fuertes brazos de Erwin, lo abrazaban con fuerza.

Se sentía cálido, seguro y aceptado entre esos fuertes brazos de alfa.