Niño adulto
Stephanie debería estar justo en ese momento en casa de los Stark, al lado de Tony viendo como soplaba las velitas de su pastel de cumpleaños y después, viéndolo romper con premura la envoltura de sus regalos para descubrir lo que había en su interior. Era la velada perfecta para un fin de semana, pero en vez de eso, se encontraba persiguiendo a un par de imbéciles que se les había ocurrido robar su motocicleta.
No llegaron muy lejos. Steph corrió tras ellos por dos cuadras y subió de un salto al techo de un auto, para luego lanzarse contra los dos ladrones y taclearlos de su preciada Harley tal cual como jugador de fútbol americano.
-¡Qué carajos!-Gruñó uno de los tipos.
Steph se puso de pie y se acercó al hombre, tomándolo de las solapas de su chaqueta para ponerlo de pie de un brusco movimiento. Acercó su cara a la de él de manera amenazante.
-¿Quién demonios eres?-Preguntó el desconocido con una mueca de incredulidad.
-Alguien con quien no debiste meterte.-Respondió Steph, antes de recibir un fuerte golpe en su mandíbula que la hizo tambalear un poco y soltar al sujeto. Sin embargo, no alcanzó a hacer mucho, pues de pronto una tercera persona se hizo presente y les dió la surra de su vida a ambos ladrones.
Steph los vió correr despavoridos por la oscura calle y luego se fijó en la espalda del chico que los había ahuyentado.
-¿Estás bien?
Steph se volteó inmediatamente haciendo el amago de levantar su motocicleta, ocultando así su rostro con su cabello, sintiendo su corazón acelerarse como el de un caballo en una carrera. Estaba segura que su piel se había puesto más pálida de lo que normalmente era. ¿Por qué tiene que estarme pasando esto justo ahora?
-Sí, perfectamente.-Respondió en un extraño murmullo para disfrazar su voz.
-¿Necesitas que te ayude...
-¡No!-Exclamó. Carraspeó al darse cuenta que había gritado.-No, yo... Debo irme.-No dió demasiada oportunidad a que el hombre agregara algo más. Se montó en su vehículo y arrancó a toda velocidad, sintiendo el fuerte martilleo de su corazón.
El día definitivamente no podía empeorar. Había pensado que iba a ser un día cualquiera. Había despertado a la misma hora y hecho su ejercicio de rutina, aún así, lo primero que se le puso en contra fue su cocina; no había gas. Luego en el café, había derramado su bebida sobre una joven trabajadora y en sí misma. Además, había olvidado comprar el regalo de Tony y cuando quiso resolverlo, se dio cuenta que no tenía idea de qué darle. Y para acabar, tuvo un intento de robo y un incómodo encuentro con un conocido al cual no quiso siquiera mirar; simplemente había salido huyendo cobardemente exactamente como lo hicieron los ladrones. ¿Pero podían culparla? Los nervios le habían atacado con fuerza al escuchar aquella encantadora voz que le había enloquecido de amor durante la época de la guerra, era imposible no reconocerla y... Bueno, ella realmente no estaba segura de porqué dejó atrás al amor de su vida. Quizás fue por el hecho de descubrir que él le había olvidado y que todos los recuerdos que tenía se fueran al carajo por un simple vistazo a la realidad.
***
Sí, ya debería de saber que si las cosas iniciaron mal, éstas se pondrían aún peor. Una extraña lluvia se hizo presente durante el camino y le obligó a detenerse en un pequeño y viejo restaurante que se encontraba cerca de la salida de la ciudad y dirigía a un camino de terracería que posteriormente llevaba a casa de los Stark. La lluvia arreciaba y, seguramente, le complicaría llegar a su destino.
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1.Mi pequeño Tony (TERMINADA)
أدب الهواةStephanie Rogers no esperaba sobrevivir a tal choque contra el hielo, pero como siempre, el destino le pateaba el trasero y se reía de ella. Y ella quería patearle el trasero a Howard, ¿o no?