Letras Oscuras (EDITANDO)

7~ Toxicidad.

"Hasta las rosas se marchitan, después de tantas tormentas"

Eran la Una con Trece segundos de la madrugada, en aquella habitación sin vida y remordimiento contra el pasado y futuro.

El cielo no brillaba como de costumbre. Una oscuridad reemplaza aquel brillo tan intenso de hace algunos días atrás.

¿Qué miro? quien sabe. — ¿Acaso te perdiste otra vez? — Cállate. — ¿Harás como que no existo? — Si, y sabes que lo puedo hacer. Todo sea por callarte, por no escucharte dentro de mi cabeza. En estos momentos solo eres un estorbo, una basura más.

Un silencio suicida abarató la pieza, está estaba obscura y un tanto deprimente.

Sentía mi cuerpo temblar, sentía como poco a poco me quedaba paralizado. De alguna forma esa noche mi brillo cedió...

En ese momento solo miraba un papel un poco arrugado y con algunas partes faltantes.

El cual contenía una pequeña pregunta "¿Eres feliz?, o solo sonríes."

¿Por qué esa frase? ¿Cuál era el motivo? Aun sin ser certero, solo alcanzó para dar un suspiro. Éste quién lo escuchará sabría cómo me sentía en esos momentos. Sabría que por unos segundos mi corazón dio a conocer lo que en verdad sentía.

Ya para esos momentos mi cuerpo se había calmado, pero... mi alma por alguna razón no estaba bien. Se encontraba vacía y un tanto angustiada por el pasado, pero aún más por el futuro.

Miré con recelos la piza de papel, para luego cogerlo y estrujarlo. De tal modo que este quedó hecho como si fuera una pequeña esfera mal formada. Aún sin poder saber qué diablos me pasaba, intenté dormir, porque al final dicen" Los sueños son una escapatoria temporal a los problemas". Quería comprobarlo, pero no tuve éxito. De alguna manera las lágrimas no cesaban, dejando atrás una estela de algo salado, pero llevaba consigo una angustia y dolor. Dejando presente que mi alma o mejor dicho, que mis sentimientos estaban hechos pedazos.

Después de tantas, lágrimas derramadas. Se sintió un cálido frío entrar a la habitación. Ese frío que de alguna forma me acogió y consoló, dando pequeñas palmadas en la espalda.

Así sonrió, como un paranoico en mis sueños. Entendí que debería de encontrar la felicidad en lugares que nunca imaginé. Sabía que el destino no sería tan falso después de todo. Sabía que en algún momento sería feliz, porque al final lo merezco. Después de tanto, después sin fin de noches llorando con el corazón hecho pedazos, con cada parte ya corrupta por el dolor y la euforia del mismo demonio.

Me iré con Morfeo, no sin antes, dejar mi dolor con él. Con aquel ímpetu que movía mí corazón hacer cosas extraordinarias, como, por ejemplo; matar mis sueño e sentimientos dentro de mí, y luego cortarle cada miembro para tirarlo a la basura como el despojo que es. Porque tal vez así, ¡se mueren definitivamente ¡

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Recordé Como era antes, antes todo lo sucedido. ¿Acaso perdí el tiempo...? Estoy harto de tanta mala suerte, solo déjame rendirme es lo mejor. Es mejor que mirarte de esa manera, en la que tanto te miré por mucho tiempo. Mis demonios del interior se mataron unos a otros, tan solo por tenerte cerca. Por hacerte una maravillosa mentira.

Como un teatro de puras sorpresas, se convirtió en un matadero de sueños ¿Cómo...? No respondas, porque hoy, ¡la noche oscura me ha hecho sentir! ¡TODO!

Todas las memorias están embrujadas, al parecer la vida se encargó de hacerlo lo más inútil posible. En estos momentos las sombras del paso son aquellas las cuales me protegen. Porque el futuro es incierto...

Al parecer mi combustible ha llegado hasta aquí. No puedo seguir, con tantas mediocridades en mi camino. Fue hermoso, pero solo eso. Ahora solo toca un poco de resiliencia en esta situación. Simplemente olvidar el vestigio que fue en cierto tiempo.

Esos bellos cuadros de guerra, que se fueron pintando con el pasar del tiempo. Hoy están en el vertedero del olvido, conjunto una parte de mi corazón.

Ya es hora que parte de esta estación de tren, fue un viaje hermoso lleno de emociones; pero ya fue suficiente para mí. Cogeré el tren y me iré. Espero llegar a un lugar donde su primera estación sea el otoño. Para que me abracé cálidamente, y luego así afrontar el sólido y asesino invierno.

Tal como el viento acaricia las hojas, tal como las nubes nos deleitan con diversas formas. Así y solo así, me aseguraré de que todo fluya. Como un río llevando sus impurezas corrientes abajo.

Quedaré mirando ese cielo inhabitado, donde hoy solo existe la soledad. Donde los sentimientos, se fueron a navegar a la deriva en busca de un tesoro, o simplemente, en busca de un paraíso perdido.

Adiós.! ¡No espera!

                         Hasta siempre...

Atte: Legard.

-Fecha: 03/10/2009