9~ Amor Precoz.

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En ocasiones se necesita un personaje en la vida, para poder sobrellevar sin fin de problemas. A veces solo necesitamos alejarnos de algo. Es duro, claro que sí. Pero, aun así, sabes que es lo mejor para ti. Morir lentamente mientras vives la vida, con todo su esplendor y sin arrepentirte o extrañar algo en especial.

Y heme aquí. Sentado en un banco mirando los automóviles pasar. Observando el caminar de algunas personas, cuyo andar era un poco errático y anormal. Poca importancia le he dado y seguí mirando el cielo para ver las nubes pasar lentamente.

— ¿Qué piensas? — Nada, solo que... — ¿Solo que...? — Aun pienso, ¿qué puede ser esa sensación de tu corazón agitado? — Vamos Legard, ¿no has leído tus cartas? Cada carta siempre lleva lo que tu describes, como "Corazón agitado" — Si lo sé, pero aun no entiendo si eso es amor... o simplemente que en algún momento esas serán mis últimas palabras, de ese "Corazón agitado, brota por sí solo" — No entiendo porque no lo aceptas... — Aceptar yo, ¿ha que te refieres? — Nada, nada, solo olvídalo por el momento. Eres demasiado torpe para que tu conciencia te lo explique por un sueño Legard...

— Sueño... entonces, eso quiere decir, que estoy dormido — Si, estás dormido afuera de casa, con los cascos puesto.

! Mierda¡ Llegaré tarde a clases,

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A veces pienso ¿Porque un personaje? aunque yo estoy consciente que soy un personaje de una historia, cuyo destino solo lo conoce, alguien tan fríamente psicópata al que todos llaman escritor. Aun así, qué importa. Al final todos somos crueles ¿No....?

— Clase de literatura universal genial. Vamos Señor de Ochenta años, cuénteme sobre su vida así aprenderé algo. — Que graciosa, ¿acaso nunca te he dicho que te quiero matar? — No, y no lo harías, porque soy tu mejor amiga. — ¿Me estas retando? — Tranquilo asesino a sueldo; adiós me iré a mi lugar. No te mueras señor. — Te prometo que al menos hoy no. Diciendo una sonrisa un tanto irónica.

No me acuerdo cuando fue la última vez que alguien se sentó junto a mí en una clase como literatura universal. Bueno alguien estaba cerca de mí, a unos metros a mi lado derecho. En su momento me parecía algo extraño el chico. Pero después de lo del cachorro, supe que ese chico extraño, era dueño de aquel tan adorable animalito. Al recordar aquello, de repente no me pareció tan extraño el chico...

Guarden teléfono y computadoras, sus libros, cuadernos igual.

Todos atónitos ante lo último. Examen sorpresa, se me pasó por mi mente, como si fuéramos niños de primaria.

Algunos lo tomaron como una pequeña broma del catedrático; y, aun así, con unos pocos libros en su escritorio. Se puede decir, que estaban haciendo tipo huelga; o que se yo.

Extendió un viejo pizarrón que se encontraba debajo de una pared. Para ser honesto, ni sabía que existía.

— Vengan de inmediato aquellas personas que aún tienen libros enfrente de ustedes. Diciendo de un modo un tanto enojado. Pero con una extraña sonrisa burlona en su rostro...

Fueron tres personas, que específicamente se levantaron. Cuando estas por fin bajaron todos aquellos escalones. — Parecen aquí, mirando a todos sus compañeros. Acaso algunos de ustedes, jóvenes pocos prometedores, saben ¿qué es el amor?

Un silencio incómodo. El cual supera a muchos. Eso es lo máximo que se experimentaba en esa asignatura.

Después de unos cuantos segundos, entre esas tres personas que estaban frente a unas noventa personas. Una chica de no más de altura 1.67 cm, dio un paso al frente y entre unos titubeos ante el aspecto delicado pero poderoso del micrófono.

Letras Oscuras (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora