<<×Capítulo 2: ¿Es él?×>>

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*NARRA JEONGHAN*

Me encuentro en mi cafetería favorita "Coffee Music Factory" tomando un café calentito con mi mejor amigo Seungcheol y... ¿Joshua ha venido?

Espera, espera, el Hong Joshua que hace 8 meses que vino a este pueblo y no ha tocado este lugar en su vida, ¿está ahora mismo aquí?

¿Qué es esto? ¿Qué suceso tan importante ha pasado para que venga? ¿Tendrá algún plan secreto o algo así?

Es lo más raro que he visto en la vida, estoy muy asombrado, no puedo pensar en nada más que...

—¡¡Jeonghan!!

—¿Ah... Qué?

—¿Qué te pasa? Has girado la cabeza y de repente no respondes a nada.

—Yo...

Estaba intentando procesar que Hong Jisoo había entrado en la cafetería, ni siquiera hacía caso a mi mayor.

Veo como el castaño caballeroso se sienta algo lejos de donde estaba yo, pero justo en un sitio donde puedo verle perfectamente. Saca una libreta, la libreta en la que siempre escribe y sonríe al verla. Coge su lápiz favorito; supongo, porque es el que más usa, y empieza a escribir delicadamente en el papel.

¿Cómo puede ser tan perfecto? Traza letras de forma tan suave y tan rápida que parece poner todos sus sentimientos en cada cursiva letra, poco a poco formando una palabra...

Un segundo después vuelvo a la realidad y veo a mi amigo preocupado de que me haya ido a mi mundo otra vez. Es lo que me pasa cada vez que veo a Joshua, pero él no lo sabe. Nadie lo sabe. Ni debe saberlo.

—Lo siento Cheol, desconecté un segundo —acabé la frase con una risa nerviosa, no quería molestarle.

—No pasa nada, supongo, pero tengo que repetirte lo que dije, ¿verdad?

Me quedo en silencio, dándole a entender que eso significaba un "sí".

—Esta noche Jihoonie hará un concierto aquí, ¿vendrás a verle?

—Cómo no, es mi amigo —eso creo. 

—¿Y nos pondremos juntos? —pregunta ilusionado tomando un sorbo a su café.

—Vale.

Seguimos hablando del amigo con menor estatura (me ahorraré decirle enano), juraría que a Cheol le brillan los ojos cada vez que le menciona, no soy idiota. Lo veo bien.

Sin darme cuenta dejo de prestar atención a mi acompañante, y miro distraídamente a mi vecino. No pedía ningún café pero sí tenía un croissant relleno de crema en su mesita. Le daba pequeños mordiscos de ven en cuando (a veces le quedaban trozos en la comisura de sus labios que velozmente limpiaba con su lengua), estaba más atento a su escritura que a cualquier otra cosa.

Y menos a que medio restaurante babeaba por él. Porque no era solo yo.

Puede que Jisoo no lo note, pero desde que se mudó aquí todo el barrio está enamorado del apuesto americano. Os lo dije, tenía algo encantador.

Y cómo no, era terriblemente hermoso.

Hasta yo le miraba todo este tiempo...

Volviendo de nuevo a la realidad, veo cómo acaba su merienda y mira a la ventana que tenía a su derecha, seguramente buscando algo para inspirarse y seguir escribiendo en esa libreta. ¿¿El qué??

Por un momento desvía la mirada bajando la cabeza y la cruza su mirada con la mía, que estaba fija en él.

Oh, no.

Bajo la cabeza, desconectando ese contacto visual que duró un solo segundo y escondo mi cara en una carta. Espero que no haya visto mis mejillas sonrojarse.

Al instante Cheol me mira confundido y me baja la carta, preguntándome qué diablos hago.

Ni yo lo sé, idiota.

—Bueno, es hora de que me vaya, tengo que ayudar a Wonwoo con una cosa, ¿no te importa, no? —me dice Cheol (seguramente como excusa por no hacerle caso). Wonwoo era uno de los amigos que teníamos en común, no tan amigo mío pero nos llevábamos bien.

—No, puedes irte, tranquilo.

—Bien, te veo esta noche, adiós.

—Hasta luego.

Dicho eso, me deja solo en la cafetería, y con ello unas mejores vistas para el americano.

Seguía centrado en el papel, y yo así tenía más oportunidad de observarle.

Por desgracia, pocos minutos después termino mi café, ¿por qué es eso un problema? Porque no sé si pedirme otro para seguir "espiando" al americano.

Bah, no me hará nada, pido otro. Más ocasiones como esta seguro que no tendré. Mientras el tiempo pasaba, fingía prestar atención en mi móvil, no quería causar mala impresión.

Llega la camarera con mechas moradas a recoger el café de Cheol, vacío. Aprovecho y pido otro más, la chica se sorprende (porque no suelo hacer eso) pero se va y unos minutos después me lo da. Juraría haber conectado miradas con el americano tras sonreír a la camarera. Bien, Jeonghan, no te ilusiones.

Viendo a Joshua tan sumergido en un cuaderno tan pequeño a veces me da la chispa de hacerlo también. No malinterpretéis, solo me da curiosidad el mundo en el que ese castaño está tan feliz.

Varios minutos después se levanta de su asiento, ya pidió la cuenta hace 2 minutos y sospecho que se va.

Yo solo bajo la cabeza y siento que no puedo acabarme ese café, no soy de repetir...

Joshua se despide de la cafetera, diciendo que volverá pronto (cosa que me alegra al instante), y pasa por mi lado para ir a la salida.

Mi corazón se acelera de repente al verlo a menos de un metro de mí, se cubre con lo que llevaba puesto al entrar, mete sus manos algo rosadas por el frío en su bolsillo de su capucha, entrelazándolas dentro de este. Se aleja de mi asiento y sale de "Coffee Music Factory", dejándome sonrojado, sin quitarle la mirada ni cuando sale.

Termino mi café contra voluntad y casi 3 minutos después salgo yo también de ese lugar. No me sentía muy bien, además de que creía empezar a tener un resfriado corto, duraría un día a lo mejor. Eso no me importaba en ese momento, no podía dejar de pensar en mi apuesto vecino. ¡Había entrado a la cafetería por fin! Era realmente lindo sonriendo a la gente que paseaba por la calle mientras él buscaba inspiración para escribir en ese suave papel, como sus manos.

¿Le volveré a ver aquí...? Mantendré la esperanza.

¿Cómo puedo escribir la realidad? - ∆ j ι н a n ∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora