<<×Capítulo 18: Claire×>>

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CAPÍTULO SENSIBLE.

*NARRA JEONGHAN*

Mi dulce sueño es terriblemente esclavo de la realidad.

¿Qué digo? Estaba soñando con Joshua y me he caído de la cama. Haciendo que despertarse, también por el despertador que me puso Seungkwan, ese de "Oh Ladies!! This is your story, nanananna... WAKE UP, WAKE UP, WAKE UP WAKE WAKE UP!!". Yo le quiero matar, en serio.

Ah, no os he hablado de Seungkwan, ¿verdad? Es mi amigo de la infancia. Era muy divertido estar con él, hasta ahora sigue siendo la persona más ocurrente que he conocido. El caso... No somos tan amigos como antes pero le sigo queriendo.

Es domingo por la mañana, y está lloviendo. Me hubiera gustado ir a algún sitio ya que no salgo mucho de casa. Me conformo con ir a la cafetería.

Y eso hago, después de vestirme y arreglarme tomo rumbo hacia el lugar. Si mal no recuerdo ayer me dormí con una sonrisa de oreja a oreja. Por fin soy su amigo. Al leer ese mensaje me fui a mi habitación, para que no me viese, y el desorden que quedó por mi infinita emoción... Fue sin palabras.

Parecía esos típicos fans chicos que llegan a asustar a los idols con sus gritos. Exagerados.

Saludo a la camarera nueva de la que no me fijo su nombre y me pongo en mi sitio favorito.

Como un huracán me doy cuenta que tengo delante a Joshua. Oigo mi corazón empezar a latir apresuradamente mientras he estado a punto de echar todo el café. En serio, ¿desde cuándo viene? Me sorprende mucho.

Mirando su espalda porque no puedo mirar nada más, noto que algo le da, y no he sido yo. Era una especie de bola de papeles mal hecha y muy arrugada toda blanca. Alguien se lo tiró, y ese alguien está detrás mío.

No me da tiempo a ver el causante ya que Joshua se gira extrañado, y me mira. Yo actúo indiferente, en fin, ¡no he sido yo! No debo preocuparme.

Desvío mi mirada al primer segundo de ver su rostro tan apacible como siempre. Pero él no se gira; en cambio sonríe y ya vuelve a su sitio.

¿Por qué ha sonreído? Voy a acabar con diabetes de amor por él.

Me canso del lugar y cuando miro a la ventana, pum, está lloviendo. Menos mal que me he cogido una sudadera con... El nombre Joshua. Sí, el "Joshua" en medio de la sudadera con letras grandes.

Dios, qué vergüenza. Siempre pido que me hagan ropa estilizada, y esta cosa me llegó ayer. La hice para esos días que no quiero hacer nada, a nadie le debe importar quién es el tal Joshua.

El problema es que "el tal Joshua" está frente a mí. ¿Y si paso andando/corriendo con la excusa de la lluvia? Podría colar, pues allá voy.

Con la sudadera en la mano y ya habiendo pagado ese café tan amargo efectúo mi plan, saliendo así a la perfección. En la salida, tapándome por una azotea que tienen, me pongo esto que ya he nombrado y sin pensarlo me paro observando un cartel.

Decía que buscaban plazos de bailarines aprendices que quieran dar sus talentos en la academia Ballet Dance Factory.

¿No había otro nombre? Qué cutre.

Espera, si es de danza, ¡podría avisar a Dino! Me dijo que quería hacerlo, pues a aprovecharlo.

Por fin cambio mi cara amargada a una sonrisa viva, y me voy pitando a mi hogar. Desafortunadamente, la sudadera no me valió para nada. Debí haber pensado en los calcetines.

No solo eso, estaba empapado en el pelo, cara, toda la sudadera e incluso la ropa debajo, el pantalón lleno y los calcetines... Parece que llevo un océano dentro.

Entro a mi casa rápidamente. Como de costumbre se me caen las llaves tan infernales y consigo abrir. Mis gatos estaban muy asustados de la lluvia, especialmente si había tormentas, por eso me esperaban en la puerta principal.

Por la poca iluminación no me doy cuenta de que Claire va disparada afuera, pero noto su pelaje pasar por mis pies. Me doy la vuelta, me apresuro en cerrar para que otro no salga e intento atrapar a Claire.

Mi gatita corría mucho, parecía que dependía su vida de ello. Y la dependía, porque...

Sin planearlo aparecieron gatos callejeros al otro lado y se acercaron a la peliblanca.

Era algo muy angustioso porque no llegaba, me estaba resbalando con la lluvia y se había ido muy lejos.

Y, de repente, lo veo.

Esos gatos empiezan a arañar fuertemente a Claire. Esta intenta escapar, volver a su dueño, pero después de que uno arrancara parte de su piel se ve incapaz.

Un perro pastor alemán cubierto de barro se acercó, y despellejó sin piedad a mi dulce tesoro.

Estaban matando a Claire, a mi gatita.

Me quedé de piedra. No podía hacer nada. Oía los maullidos de auxilio como una señal de "ya no puedo más".

Los animales se alejaron de lo que quedaba de mi niña y se fueron. Claire...

Claire estaba muerta, despellejada, mordida, arañada y millones de cosas más.

Mi gatita... ¿Por qué ella?

¿Cómo puedo escribir la realidad? - ∆ j ι н a n ∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora