<<×Capítulo 4: Presentaciones×>>

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*NARRA JEONGHAN*

Joshua haciendo un directo en el café, junto con mi "amigo" Woozi.

Poniendo todo el esfuerzo y sentimiento del mundo en la melodía que creaba en 3 minutos.

Dios, era mágico.

Al oir su voz, sus tonos pefectos, su pronunciación al pie de la letra, es algo precioso. Me sonrojo sólo al sentir como en ocasiones busca mi mirada y sonríe al instante. Tal vez sea hacerme muchas ilusiones, pero sentía sus ojos clavados en mí.

Es un chico tan encantador... No hay duda.

Pero como todo debe terminar, se acaba la función, el sonido de la guitarra cesa y un millón de aplausos se escuchan, a lo que me uno sin pensar.

Jihoon y Jisoo hacen una reverencia, se apoyan entre ellos y salen del escenario. Los aplausos siguen hasta cierto tiempo después. Cuando estos terminan, Seungcheol me habla.

-¡Han estado impresionantes!

-¡Sí! ¡Ha sido precioso! -respondí con una sonrisa sincera, mientras notaba como mi mejor amigo estaba feliz de verme con esa ilusión en la mirada.

-Vamos a saludar a esos dos, ¡vamos!

-SEUNGCHEOL PERO-

Y dicho eso vamos caminando a donde se habían ido Woozi y... Joshua.

¿Eso significa que veré a Joshua?

¿¿Y hablaré con él??

No, no, no. No puede ser, no lo haré, no...

-¡Chicos! -nos saluda el menor de todos.

-Hola Jihoon, ¡has estado genial! -prefiero hacer que Joshua no está justo al lado suyo, y me está mirando.

-Es verdad, ha sido asombroso -comenta también Cheol.

-Gracias chicos. ¿Conocíais a Joshua? -pregunta mirando a quien estaba a su lado.

Y tanto que le conozco, le observo todos los días.

Iba a intentar responder pero no consigo formular una simple palabra, por la timidez. Y aparte porque Joshua se apresura para hablar.

-Yo no les conocía.

Dice eso con una sonrisa cálida, con su voz tan hermosa que hace que me pierda en mi camino. Lo sabía en verdad, no podía fingir que ese chico no me volvía loco.

-Encantado Joshua, ¡yo soy Seungcheol! -dice mi amigo ofreciéndole una mano, como saludo, y el americano corresponde obviamente. Después se separa... Y me mira, viendo si me iba a presentar.

-Soy... Soy Jeonghan...

-Un placer conocerte, Jeonghan -CÁLMATE, HA DICHO TU NOMBRE, EL CHICO DEL QUE ESTÁS ENAMORADO HA DICHO TU NOMBRE. Bueno, tampoco tan enamorado, ¿tal vez sí? ¿Por qué suena tan bien mi nombre en su voz? Oh por dios ya me tiene ganado. Mientras yo estoy muriendo por dentro de la alegría, Joshua hace una pequeña reverencia hacia mí, y directamente no sé cómo actuar.

-Igualmente -hago lo mismo de forma muy tímida. Os lo dije, no le hablo por mi timidez. Pero he podido decir 3 palabras frente a él. 3 PALABRAS ES BASTANTE PARA UNA NOCHE.

Espera, vamos a pensarlo bien; acabo de presentarme a Joshua, acaba de decir mi nombre... ¿Nos conocemos por fin? ¿Ya no somos desconocidos? ¿Qué va a pasar ahora? ¿Se olvidará de que existo? ¿Me tratará como un conocido trata a un conocido? ¿Querrá ser amigos? ¿Querrá odiarme?

-Yo... Soy tu vecino de enfrente, te... Te había visto a-alguna que otra vez -cuento de forma algo baja, pero lo suficientemente alta.

Tenía que hablar, no podía quedarme callado y crear un silencio tan incómodo, dar esa información... No estaba de más, supongo.

-Es verdad, me sonabas mucho.

Si sólo supiera lo feliz que me ha hecho ese "me sonabas mucho". Recordaba mi cara. Ya no soy un extraño.

-Sí...

Nos quedamos hablando los 4; bueno, más bien 3 porque yo casi ni hablaba de la maldita vergüenza y de la inseguridad que tengo al lado de este maldito ángel llamado Hong Jisoo.

Pero bueno, nos fuimos del café y nos íbamos ya a casa, Cheol y Jihoon se fueron por otro lado porque no vivían tan cerca de ahí, y pensaron que como Joshua y yo éramos vecinos... Nos iríamos a casa juntos.

¡¡¡NO, NO Y NO!!!

Estaba lleno de vergüenza, no podía hacer eso, ¡era imposible!

-Jeonghan... -llamó mi atención el americano, por lo que le miré, algo nervioso por captarme con sus ojos clavados en los míos.

-¿Sí?

-¿Vamos juntos a casa? -Me dedica una sonrisa tierna. ¡¡Joshua me está sonriendo!!

-¡Claro...! -le sonrío de vuelta.

El camino de vuelta a casa fue demasiado, pero demasiado silencioso. Ambos éramos vecinos pero no nos conocíamos. Y yo seguramente tendría las mejillas rojas de la situación.

Como ya dije, el trayecto eran 5 minutos, pero juro que eso parecieron 2 malditas horas.

Pero aunque hasta el aire fuese incómodo, yo por dentro no podía estar más feliz.

Por fin nos habíamos presentado, y eso significaba también que no sería tan extraño pasar el tiempo con él en ocasiones.

Pero también significaba que podría pillarme observándole.

Claro, ahora debería tener más cuidado con mi rutina...

Llegamos a nuestras casas y no sabíamos cómo despedirnos.

A ver, ¿cómo te despides de un vecino que has estado observando durante 8 meses y que os habeis intercambiado menos de 8 palabras?

-Espero verte otro día.

-Yo... También...

-Bueno... Adiós.

-Hasta mañana -digo eso tan rápido como la forma en la que me marcho a mi casa. A lo mejor se me quedó mirando, pero la vergüenza me podía.

Y digo eso porque al llegar a mi casa, intento abrir y se me caen las llaves al suelo.

Y recogerlas como si nada, muerto de la situación, fue algo muy estúpido.

Así que abrí la puerta y cerré, sin mirar si el americano seguía mirándome.

Y obviamente fue lo primero a lo que fui, al entrar en mi casa.

Ignoré a Amanecer que intentaba darme la bienvenida y saqué a Medianoche de mi sitio en el ventanal apresuradamente.

Fiu, no se encontraba donde lo dejé.

Seguramente entró en su casa también, ya que llegué justo cuando la cerró.

Este ha sido el día más vergonzoso de mi vida.

Y casualmente, ha sido el día que he conocido en persona a Hong Joshua.

¿Por qué casualmente? Sabía bien que sería demasiado estúpido para parecer un hombre seguro, atractivo, o cosas así.

Pero él fue amable, cuidadoso y todo un caballero.

Digno de Joshua.

¿Cómo puedo escribir la realidad? - ∆ j ι н a n ∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora