Un Show Sobrenatural

8. El Ángel De Sam

Sam se fue de senton al suelo cuando cayó en cuenta de lo que había pasado. Había estado cerca de besar a Gabriel, Gabe.

Gabe.

¿Desde cuando era Gabe y no Gabriel?

Gabriel era bonito.

¿Qué estaba pensando?

Gabriel era un Arcángel, no se podía confiar en ellos. No confiaria, no repetiría lo de Lucifer.

Los Arcángeles no eran inofensivos y mucho menos idiotas y si Sam era el nuevo capricho de Gabriel tendría que aguantarse, él no era un juguete que luego podría dejar tirado.

No, no lo era.

Pero Sam estaba encandilado y atraído como la marea hacia la Luna.

Estaba enamorado.

—Sam.

La voz de su hermano rubio sonó desde fuera de la habitación.

—¿Puedo pasar?

—Si. Si, entra—. Apuro Sam

—Tengo dos noticias— Dean se sentó a su lado en el colchón—. ¿Cuál quieres primero?

—La buena

—Hay alguien "importante" abajo—. Hizo gestos con los dedos

—¿Por qué haces comillas?—. Imitó a su hermano y su estúpido movimiento

—Tu ven, maldita perra

—Idiota

—Perra mayor

(...)

En la sala estaban reunidos al rededor de dos muchachas y cuando Sam las vio casi se echo a llorar.

—¿Jo?

—¡Sam!—. La rubia se lanzó a abrazarlo

—Estas aquí— Acepto el abrazo con una sonrisa—. Volviste

—Ya. Nos dimos todos cuenta—. Una irritante voz salió del círculo y cuando Sam vio quien era se le fue el color del rostro

—Ruby—. Murmuró muy apenas

—¿A mi no me vas a abrazar?

—Sueñas maldita perra—. Murmuró Dean en bajito

—Tenemos mucho de que hablar—. Jo los saco a todos del silencio incómodo y se llevo a los hermanos Winchester a la cocina

—Adiós Sam.

Sam volteó una última vez, sólo para ver como las manos de Ruby viajaban rápidamente al brazo y pecho de Gabriel, luego la puerta se cerro.

(...)

Sam cantaba con poco entusiasmo, dormía poco desde la noche anterior.

Graffiti scrawls on bathroom walls
In a city I don’t know, I don’t know
This place ain’t my home

Sam no se atrevía a subir la mirada.