LÁGRIMAS

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El castaño obeso había llegado a la cafetería Tweak con aquellos dos niños desconocido que se habían perdido en su pueblito natal, uno de ellos hijo de su gran amor y el otro hijo de un rubio irritable para él.

No solo él había ingresado vio a lo lejos a su gran amor, con una sonrisa encantadora y con un ligero sonrojo por los piropos que le daban los clientes, su Butters estaba hay.

Al gordo se le empezaba a colorear su rostro de un rojo vivo, temblando y su corazón latiendo a mil por hora. Y no, no es un paro. Noto como esos niños corrieron a las piernas de ese rubio, el cual se agachó a su altura de los pequeños y beso a cada uno su frente.

- pero donde han estado, par de traviesos, he estado buscandolos hace rato... Tweek ya estaba llamando a la FBI -dijo el rubio, riendo en lo último, si no calmaba a su amigo Tweek estaba seguro que iba a llamar al mismo gobierno.

- mamá es muy exagerado -dijo el pequeño Creek haciendo un adorable puchero y cruzándose los brazos, deleitando al pequeño gordito Theo que se quedó embobado viéndolo.

- jajajaja hay Creek... Díganme quien les trajo? -dijo con una sonrisa la madre del pequeño Theo.

Ambos pequeño apuntaron al hombre de atrás, el quien estaba todavía viendo a Butters, ambos se vieron a los ojos nerviosos como nunca. Butters se paró sin quitar su mirada hacia ese hombre, al que sigue amando.

<< Eric >> ese nombre salió de los dulces labios del rubio, el cual sentía como un fuerte dolor empezó a presionar su pecho haciendo que sus ojos picasen, deseando salir algunas lágrimas saladas. El cual deseo no llego.

Bueno en otro mundo, antes que pasase esto, después de que el castaño llamado Eric entre a la cafetería. Había ingresado alguien más, el mismísimo Craig Tucker, el jefe policía de Soutl Park.

El pelinegro había entrado apurado a la cafetería, por uno de sus hombres se había enterado que su ex Tweek Tweak estaba acá en Colorado.

Al entrar, fuertemente, llamó la atención de todos y también del mesero de cabellos dorados alborotados, menos Butters y Eric que estaban en su mundo, el cabello dorado se volteó con el ceño fruncido mirando quien era el que provocó ese desastre.

Era Craig.

Tweek al verlo se sorprendió de manera a normal cambiando al instante un ceño fruncido y que iba a matar a alguien para tranquilizarse.

"Si veo a ese infeliz de nuevo, juro paterle las bolas"

Bueno, solo voy a decir que Tweek es hombre de palabra. Corrió hacia el pelinegro y pateo con toda la fuerza que tenía justo en las partes íntimas de Craig. Al momento de hacerlo un fuerte gritó de masho se escuchó por toda la cafetería, haciendo que los clientes se asustasen, y Butters y Eric se saliesen de su burbuja y se diesen cuenta de la situación.

Que dolor, pensaron los clientes sobretodo los hombres que inconscientemente se taparon la parte de abajo por seguridad.

Tweek no se quedó satisfecho y se abalanzó al tipo que se retorcía de dolor escuchando de fondo un -pelea pelea pelea- departe de su hijo, Creek.

Mientras que le golpeaba sin parar, Creek, quien estaba con una mueca de felicidad, era tranquilizado por Theo el cual le pedía que se calme y que no esté a favor de la violencia.

- maldito infeliz esto te pasa por haberme preñado y abandonarme -grito el rubio sin parar de golpear al pelinegro, el cual parecía que estaba a punto de morir.

Los Clientes al separarlo de esa fiera rubia al pelinegro, una pequeña presencia pelinegra salió de la cafetería. Era Creek, seguido también por Theo.

- CREEK!! Detente!! - gritó el pequeño castaño tratando de parar al pelinegro, sabía que Creek sufría siempre lo hacía por dentro. Por eso... Siempre estaba solo.

- dejame en paz Theo - dijo el pelinegro con la vos débil, el gordito al darse cuenta decidió tomar una desición que quizás llegue a salir golpeado.

Pero vale el esfuerzo ¿No?

Lo abrazó por la espalda, ocultando su rostro por la nuca del pequeño Creek, y entre susurros dijo:

- ...Creek... Puedes llorar... -


RECUPERAR LO PERDIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora