La vida favorece a quienes se lo merecen

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La fuerza llegó de repente...
Colin abrió los ojos
La oscuridad se evaporaba...
Colin pudo mover sus manos y piernas.
El alma le llegó al cuerpo...
Colin estaba respirando
La Muerte se había alejado...

Lo primero que su vista nublada alcanzó a ver fue solo color blanco. Colin se preguntó si había llegado al cielo. Movió sus piernas, había algo que le cubría el cuerpo: Sábanas calientes.

–Oh, cielos- dijo una voz femenina– ¡Cariño, ha despertado!

–¿Enserio?- preguntó otra voz, está vez de hombre- ¡Qué alivio!

La vista de Colin se aclaró y pudo notar una feliz pareja que lo veía alegremente. Estaba acostado en una cómoda cama rodeado de varias cobijas y ropa.

–¿Quienes son ustedes- preguntó confundido. Su cabeza le dolía.

–Oh- dijo la mujer- Verás, mi nombre de Joanne y el es mi esposo Robert.

-¿Un placer?- respondió Colin sin saber que decir- Disculpen, pero...¿Cómo llegué aquí?

-Bueno, verás- contestó Robert- Todas las mañanas mi esposa y yo vamos al lago a limpiar la basura. Entonced, subimos a nuestro pequeño bote y empezamos a sacar lo que pudimos, pero a lo lejos vimos algo grande y creímos que se podía tratar de un costal de basura. Nos acercamos y entonces nos dimos cuenta de que era una persona. Eras tú.

- ¿Yo?

-Si- tomó la palabra Joanne- Estabas flotando boca arriba en el lago y pensamos en traerte aquí. Dios, estabas tan helado, pero aún tenías pulso. Tienes suerte de haber sobrevivido, el lago es muy tranquilo durante el invierno...

-Ya veo...

-Y bueno- Dijo Robert alzando las cadenas con las que fue amarrado- Debo decir que esto ayudó a que flotaras, de otro modo te hubieses hundido y ahogado horriblemente.

-¡Robert!

-Es la verdad- se defendió- Como sea

-Ya tuvo una noche horrenda...

Colin dejó de prestarles atención y movió las manos, aquello era real: había sobrevivido, la vida le dió una segunda oportunidad. Sus ojos se humedecieron.

-¿Estas bien?- preguntó Joanne

-Gracias- respondió Colin- De verdad, muchas gracias...

La pareja sonrió.

-No hay problema- contestó Robert- ¿Tienes frío?, Mi esposa preparó Té. Creo que te hará bien

-Si, me encantaría- contestó Colin

Ambos salieron de la habitación, Colin examinó el lugar. El aspecto rústico de la casa le confirmaba que se encontraba en una cabaña de troncos. Las paredes estaban perfectamente talladas y adornadas de toda clase de pinturas. Unos minutos después Joanne entró con una taza de Té.

-Muchas gracias- dijo Colin

-Por cierto- comentó dándole la taza- Tuvimos que llamar a la policía

-¿Qué?

-No lo tomes a mal- lo tranquilizó- Es solo que creímos que habías sido víctima de algún secuestro. Hay un oficial allá afuera y quiere hablar contigo, claro, cuando estés listo.

Colin no estaba seguro si quería hablar de lo sucedido. Dio un sorbo a la taza. El té estaba delicioso...

-Bien- respondió

Cuando Colin se terminó el té fue a la sala donde estaban una pareja de policías.

-Bueno día- saludaron

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