CUATRO

34 5 2
                                    

Seguíamos andando, recordaba ese miserable día y las palabras de Jace diciendo que me quedaría con Juan.
-No me gusta -dije yo. Seguramente no tenía ni idea de lo que hablaba porque me miraba de una manera, como si fuera tonta.
- ¿El qué no te gusta? -me pregunto extrañado, no sabía lo que decía y eso me hacía gracia. Quería tenerlo así, sin saber de lo que hablaba.
-El que no, el quien -dije yo, me gustaba tener el poder de la conversación, me encantaba, y en ese momento lo tenía yo.
-Entonces, ¿quien no te gusta? -pregunto, sabia que ya se estaba cansando así que sin rodeos le iba a contar la verdad así podía por lo menos ayudar.
-Juan... -dije, no lo miraba a él, miraba al suelo pero sentía que Jace si que me miraba.
-¿Por que? -pregunto extraviado -Si nadie tiene problemas con él.
-Pues yo si -dije, levante la mirada y los deje en sus ojos color oro que tanto me gustaban -. Me a tocado el culo y las palabras que me ha dicho como que no me gustan mucho.
-¿Cuando te lo ha dicho? -pregunto él, sabía que no le gustaba nada esa conversación pero yo no la quería acabar.
Me había parado, en medio del pasadizo.
-Cuando estaba sujetándome a ti.
-No lo he escuchado -dijo como  furioso consigo mismo.
-Por favor -le dije cogiéndole la mano-, no dejes que me quede con él... por favor...
-Tranquila, haré que yo te tenga que supervisar.
-Gracias.
Seguimos el camino, hacía un lugar que no tenía ni idea. Se paro delante de una puerta, esta no era blanca como las otras, era gris y al medio cristal, donde poder ver.
Me fije que había una silla, y como un casco blanco con tubos estaban encima de esa silla.
-¿Que es eso? -dije yo señalando a la puerta.
-Pues una puerta -dijo Jace sin entender nada -.
-¡Que gracioso enserio, me parto contigo! -se notaba que le hablaba sarcásticamente, antes de decirle nada supe que la puerta no era de cristal, porque sino me hubiera dicho algo sobre esos tubos. Así que hice lo que peor se me daba, disimular y mentir-. ¿Porque nos hemos parado? - En verdad había mejorado eso de hacer actriz en pocas horas, me sentía orgullosa.
- No te puedo decir mucho, así que solo confía en mi- dijo, no me fiaba mucho de eso, tenia la posibilidad de echarme a correr, pero sabia que habría consecuencias.
No conteste, simplemente lo mire y me quede parada. Él abrió la puerta y sabía lo que había porque lo había visto antes, esa silla y ese casco con tubos que no me transmitían mucha tranquilidad.
Pase y Jace cerro la puerta. Dentro solamente estaba yo y él. Pude ver que también había una mesa pequeña.
Jace me señalo que me sentara en la silla y empezó a hablar.
-No tienes de que preocuparte - su voz sonaba sincera-. Lo que tienes encima tuyo indicara que color eres.
-Un segundo- dije interrumpiéndolo-, ¿por que nos quieren separar en colores? -sabia que la pregunta le había pillado desprevenido así que tardó un poco en contestar-.
- Mejor dicho esto -dijo indicando a la máquina rara que tenía-, hará que nosotros podamos ver que tienes.
Intento rectificar lo que había dicho, ahora yo tenia información que no debía, sabia que Jace aveces se salia de lengua, y que no estaba en un hospital normal sino que era un laboratorio, también que nos dejaran ver a mas gente porque nos separaran en colores. O eso espero.
-Enpezamos- se acerco lentamente y me pincho con algo, no tardo en hacerme efecto y me dormí-.
Estaba en un sueño raro, había cuatro mesas, en cada una había una cosa diferente. En una había un cerebro, en la otra fuego, la siguiente no había nada y en la ultima había un animal. De bajo de cada mesa había una definición, en la del cerebro, la primera, había una frase que decía: No todo lo logras por la fuerza, sino también lo puedes lograr con la mente.
La segunda, la de fuego, decía: Un material incontrolable, ¿lo podrás controlar tu?
La tercera, la que no había nada, era rara la frase, pero me gustaba muchísimo: no todo es visible a veces lo invisible es mejor.
Y la cuarta, la del animal, decía: el hombre es un monstruo, pero con diferente aspecto. Podremos transformarnos y cambiar.
Cuando acabe de leer la última frase, en grande salía: Cierra los ojos y deja que elija el corazón.
Me parecía una chorrada pero parecía que era obligatorio así que cerré los ojos y pude ver, que en mi alrededor había los cuatro objetos y ninguno permanecía en las mesas, parecía muy extraño.
Luego apareció otro sueño, esta vez estaba combatiendo en una guerra y diferentes armas estaban en el suelo, solamente podía escoger una. Había una pistola, un arco con flechas, también bombas y por último habían unos guantes.
Sabia que eso ya no era un sueño era demasiado raro, entonces entendí que me estaban haciendo como una prueba para saber que color era. No me gustaba nada seguir las reglas así que agarré todas las armas y cuando iba a luchar, todo se volvió negro. Era una oscuridad que me engullía, cuando mas caía mas desaparecía, debía de actuar rápido así que lo que hice fue fuego, con la luz, la oscuridad no me podía atacar.
Desperté alborotada, aunque parecía que en los sueños estaba  tranquila en la vida real hasta estaba sudando.
-No puede ser -dijo Jace mientras miraba unas hojas que salían de una maquina que tenía al lado que estaba conectada con el casco y los tubos.
Jace me miraba, su piel era pálida, sus ojos demostraban miedo y preocupación. Sabia que tenía una lucha mental, y no entendía el porque, ¿habia alguna cosa mal?
Sabia que alguna cosa pasaría a continuación y me imaginaba lo peor. Así que mientras Jace pensaba empecé a quitarme el casco y estaba medio levantada en la silla.
De repente, sus ojos mostraban determinación, y tenían una forma de mirarme que no me gustaba nada.
Sali de la silla y abrí la puerta.
Empecé a correr, no me gustaba.
Solo tardo unos segundos en alcanzarme, y sentí un dolor en la cabeza que me hizo desmayarme.
No quería despertar, quería seguir desmayada, quería que mi hermano estuviera a mi lado, quería que me dijera que no pasaría nada que saldría de esa, solamente quería ver a mi hermano y despertarme de esta pesadilla.

NOTA DE AUTOR

Es un poquito corto, pero espero que os guste igualmente y lo disfrutéis.
No olvidéis de votar y comentar. Y si queréis que suba más seguido compartir esta historia a vuestros amigos y si veo que hay mucho apoyo subiré más seguido.

Este capitulo va dedicado para: @helenavima

¡GRACIAS POR LEER!

LAYLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora