¡Sábado! no lo cree, al fin sábado, lo primero que piensa al abrir sus ojos, <Dios santo solo las ocho de la mañana> y la cita con Santiago era hasta las 4 de la tarde <mmm, Santiago>, de solo pensarlo se derrite como mantequilla. Decide quedarse en cama hasta que Marcela y Vita se levanten para no estropearles el sueño, pero Vita no se hace esperar y media hora después se levanta directo a la cocina, como empujada por un resorte Steffy salta de la cama y va para ayudarle con el desayuno: chocolate caliente, huevos revueltos, queso y el delicioso pan de don Jacinto, que mas se puede pedir. Ya juntas en la mesa se asignan las tareas de la casa y Marcela pregunta que harán en la tarde hoy día de descanso, Steffy siente un retorcijón en el estomago, no sabe como pero saca el valor y dice
-A mi Santiago me invito a salir y viene por mi a las 4 de la tarde
-¡Caramba! que guardado te lo tenias, ¿que van a hacer? ¿puedo ir?
-Por supuesto que no, él solo la invito a ella y no necesitan mal tercio- Marcela responde con un puchero
-La verdad no se que haremos, ni a donde iremos, pero si me siento muy emocionada, este chico me gusta mucho pero no sé si el siente lo mismo. Ademas me preocupa que no se que ponerme- esto nunca le había preocupado antes
-No pasa nada yo voy a asesorarte y si quieres te presto algo de mi ropa
Elvia estaba muy contenta con lo bien que se estaban llevando Steffy y Marcela, al punto que no menciono casi nada acerca de la cita, solo acato a decir -Los quiero aquí a las 7 para la cena y eso si, que entre y se presente como es debido-
3:30 en punto Steffy se veía hermosa con un buso de encaje blanco, una minifalda suelta en color rosa que Marcela le presto y sus tenis converse blancos favoritos, su cabello suelto y delicadamente adornado con un laso rosa que le enmarcaba el rostro, brillo labial y mucha ansiedad y expectativa, su estomago se sentía como un precipicio profundo, un vacío eterno, casi ni almorzó. todavía faltan 10 minutos para las cuatro y llega Santiago en su motocicleta (parece que la ansiedad no solo la siente Steffy) y ella al verlo cambia el vacío de su estomago por el revoloteo de mil mariposas, azules eso si. El impacto en el rostro de Santiago al ver salir a Steffy era muy evidente, para él, todo pasaba en cámara lenta como en las películas y ella era como una visión divina, se sintió un chico con suerte: una hermosa chica de cabello castaño claro, piel trigueña, ojos de un matiz entre miel y esmeralda que le encantaba y con la sonrisa más desarmadora y atrapadora de todas <hombre hoy era su cita, tenía que lograr más que eso> le había robado toda la atención desde que fue por primera vez a la iglesia con Marcela y con doña Elvia y recordó ese rubor en sus mejillas cuando le pidió salir con ella y le hiso soltar una sonrisa, lo que causo que Steffy en su nerviosismo le respondiera con una igual, mientras pensaba: <no me lo creo, no me lo creo, no me lo creo, que guapo esta con su chaqueta de jean gastada, una camiseta azul celeste y su pantalón de jean roto en las rodillas que combinaba muy bien, muy, muy bien, claro que no importa cómo se vista, lo mejor está en la manera en que le cae el pelo sobre esos hermosos ojos marrón oscuro, sus pómulos marcados y sus labios carnosos y que decir de su espalda ancha, su alta estatura y ese abdomen de chocolatina que logre ver en la cancha de futbol cuando lo observaba a hurtadillas alguna vez> Marcela interrumpió el silencio de pensamientos idílicos de ambos
-Hola Santiago! ¿qué te parece esta hermosa joven? – señalando a Steffy de arriba abajo
-Sinceramente... deslumbrante – vio como nuevamente sus mejillas adoptaban ese rojo carmesí que le encantaba
-Basta de bromas, ¿nos vamos? De lo contrario Marcela sale con unas...
-Claro que sí, vámonos – vio la cara de desaprobación de Elvia e inmediatamente acertó a saludarla con sus buenos modales – Buena tarde doña Elvia, ya salimos, pero le aseguro que voy a cuidarla
-Eso espero, y los quiero aquí a las 7 para que cenemos juntos – eso nofue una sugerencia o un pedido, estaba claro en su tono
Subieron ambos en la moto y Steffy lo rodeo con fuerza por la cintura y se pegó a él como si fuera el salvador de un al mundo en un apocalipsis.
- ¿No vas a preguntarme a dónde vamos?
-Ah! Claro que si – aunque la verdad no le importaba a donde mientras fuera juntos – dímelo
-Para ser sincero no tengo nada planeado, me pareció que lo mejor era decidirlo juntos ¿tienes algo en mente?
-No, lo siento, pero no he pensado en eso, ¿tú que dices?
-Te parece si vamos al mall comercial y entramos a la estación de juegos, si nos aburrimos buscamos otra opción
-Me parece buena idea, yo ni los conozco
Extrañado y sorprendido Santiago arrugo las cejas, pero no comentó nada, solo acelero la moto y se puso en ruto al parque de juegos.
Entraron por el estacionamiento subterráneo, dejaron la moto y subieron al mall en dirección a los juegos y Santiago pudo notar como Steffy miraba todo como si fuera una novedad para ella, <acaso no había estado allí, pero si el mall era sitio de encuentro y diversión obligado de los jóvenes de su comunidad> Comprendió que había mucho por ver en ese caso
-Daremos un paseo corto por el mall para que te ubiques mejor y tal vez encuentres una opción que te guste más, ¿de acuerdo?
-Sí, eso sería genial, la verdad no vengo mucho – mintió
Caminaron un poco por aquí y por allá, mientras Santiago le enseñaba los sitios de interés de los jóvenes en el mall, ella estaba como niño en su primera visita a museo y el brillo de sus ojos los demostraba. Finalmente llegaron a la zona de juegos para jóvenes, la emoción le corría de los pies a la cabeza y él le correspondió con una sonrisa de las que la derretía, compraron una tiquetera de 20 entradas y como él la dejo elegir, subieron rápidamente a los carros chocones, eso sí, cada uno al suyo por que no se lo haría tan fácil por muy guapo y galante que fuera
-Súper!! Hagámoslo otra vez
-en serio quieres subir una tercera vez
-Por favor – y le hizo un puchero que lo convenció de inmediato
- Esta bien, pero luego vamos a otro juego ¿Ok?
-Claro, tú eliges
Después subieron al barco pirata, jugaron guerra espacial con armas muy ruidosas (dos veces), el elástico anti gravedad, golpeando al gusano, pistolas de agua y para terminar "carros chocones". Entre risas y comentarios jocosos de quien había sido el mejor en los juegos, salieron de allí y fueron a comerse un helado con fresas como el que Steffy comía cuando iba al parque con su madre, eso le reconforto mucho y por primera vez no le era un recuerdo doloroso, tal vez era que tanta felicidad como la que sentía no podría ni opacarla los malos momentos vividos. Vieron que estaba oscuro y recordaron a Elvia
-Cinco para las siete, no vamos a llegar – le tomo de la mano y corrieron juntos hacia el estacionamiento y parados junto a la motocicleta se miraron, no querían soltarse las manos; junto a ellos paso una señora halando a su pequeño y diciéndole lo tarde que estaba. Steffy no aceptaba que se hubiera terminado su tarde en el paraíso
-Vamos por un camino más largo ¿te parece?
El soltó una carcajada y añadió – sí, probablemente lo que nos demoresea el trafico
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Steffy
Short StoryUn inicio difícil, marcado por tropiezos , luchas y la aparición de personas que van conformando un núcleo que demuestra que "la familia no siempre nace, en ocasiones se hace" van marcando las huellas del camino que con paso firme va dejando Steffy...