X - DECLARACIÓN EN LA PLAYA

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- Steffy, tu postre delicioso como siempre, agrega a la cuenta dos más para llevar

- Muchas gracias don Miguel, ya mismo le traigo su café, la cuenta y los dos postres. Aló! - Contesto su teléfono algo distraída, el trabajo había estado muy fuerte en el restaurante, pero se paralizo al oír al otro lado del teléfono

- ¡Hola hermosa señorita!

¡Carajo!, Santiago, todo le tiembla y no coordina sino a pronunciar un –¡hola!

- Hoy es miércoles y según recuerdo, usted me debe un rato de su tarde, ¿puedo recogerla? – ella tapa la bocina mientras pide la autorización de Elvia con sus ojitos de gato abandonado, y lo logra. Termina todas sus tareas en el restaurante con más diligencia y prontitud de lo habitual, se acicala y lamenta no haber venido vestida con algo diferente <<jean, camiseta y tenis>> la ventaja es que lavó su cabello justo esta mañana y lo peino con hondas, modesta parte se veía genial. Sale a la puerta principal del mercado donde la espera Santiago y ve como la recibe con una sonrisa divina, se acerca y el beso en la mejilla no se hace esperar

- Se ve usted muy hermosa hoy y perfecta para lo que tengo en mente

- A si, con planes y todo ¿Dónde vamos?

Me contó un pajarito que quieres ver la nueva película de ficción y a que no adivinas quien tiene dos boletos – <<Por Dios cómo podía ser tan galán>> sin preocupaciones y sumergidos en burbuja increíble, como si los problemas, el día a día y los otros millones de personas del planeta no existieran, salieron en la motocicleta con dirección a la sala de cine, se aprovisionaron con hamburguesas (comida de dioses), refrescos y palomitas. Disfrutaron la película un montón, sobre todo porque no se soltaron las manos durante toda la presentación a menos que fuera para comer palomitas. 6:45 de la tarde salieron de la sala,aun 45 minutos de licencia, se fueron a recorrer los locales comerciales hablando solo banalidades y sin más llegaron al escenario de playa que habían montado hace poco junto a la zona de juegos, muy bonito, por cierto


- ¿Imaginas como sería estar en una playa real?

- ¿Acaso no conoces el mar?

- No, ese viaje está pendiente ¿tú sí?

- He ido dos veces y si crees que esto se ve bonito espera a conocer una playa de verdad

- Pues no me quejo, esta hermoso y la compañía no podría ser mejor

Santiago sintió el cumplido como una invitación que no pensaba desaprovechar. La tomo suavemente por el cuello y conecto su mirada a los ojos que le desvelaban, se acercó y propuso un beso con el suave rose de labios que Steffy no dudó en aceptar, presiono los suyos contra los de él y se dejó llevar en el beso que había esperado toda la vida, o al menos eso sentía en ese momento. El tiempo se detuvo, las mariposas de su estómago explotaban como fuegos artificiales de  alborada y aunque ni siquiera pensaba en nada, una voz repetía "que no termine"

- Me gustas mucho, en serio mucho y me encanta compartir tiempo contigo, salir, hablar contigo y besarte, bueno, sí que estuvo ¡uf! Increíble. ¿Te gustaría llamarme novio? Yo me muero de ganas por llamarte novia o mi princesa o dueña de mi corazón

- Sí

No dijo nada más y no hacía falta, el segundo beso hablo por si solo

Ahora con novio, con amiga y cómplice en Marcela, una madre y amiga en Elvia, bien en el colegio y el restaurante, era increíble el cambio que había dado su vida y lo maravillosa que era, no sabía si merecía tanta felicidad, pero era suya y permitiría que nada se la arrebate.

Un tiempo después...

- Vita, usted no está normal, últimamente la veo muy arreglada y con un brillito diferente en esos ojos, a ver cuénteme

- No puede ser, se nota – dijo con algo de vergüenza y suspiro – Hay Steffy... hace ya mucho que Bernardo me viene arrastrando el ala y yo nunca lo deje pensar que tenía la menor oportunidad, pero, recuerdas el día del cumpleaños de Marce, pues ella lo noto también y me sorprendió mucho cuando se acercó a mí y dijo "Mamá, que guardado te tenías lo de Bernardo y tu" sentí un espanto terrible y le dije que no, que nada pasaba y ella cerro diciendo, que no fuera boba, que yo tenía derecho a ser feliz y que a su papá ya lo había llorado lo suficiente, que era hora de amar de nuevo y que al saber lo que eso significaba desde su noviazgo con David, no podía ser egoísta y negarme a mi esa oportunidad

- ¿Eso dijo Marce?, me sorprende, con lo posesiva que es, recuerda lo difícil que le fue dejarme entrar sus vidas

- Lo sé, también yo me sorprendí, pero ella tiene razón y por eso es que de a poquito le he dejado ver a Bernardo que cambie de opinión, él es un buen hombre, honrado, trabajador, me quiere y me respeta y me hace sentir muy bien, me hace sentir... especial, como hace mucho tiempo no me sentía

- Vita que bonito, me encanta verte así, feliz y entusiasmada

- Gracias mi niña, así me siento y bueno por eso es que hoy en especial me arregle tanto, en la tarde después de cerrar el restaurante vamos a salir, me sudan las manos de solo pensarlo, yo a esta edad y en una cita como una adolescente ¡wow!

- Nada de pánico, la vida es para vivirla y si algo he aprendido es que la felicidad pasa discretamente y si no la atrapas y la sujetas con todas tus fuerzas se te escapa rápido, aprovecha y disfruta la experiencia, el amor y la felicidad que te puede dar

- ¡Huy que linda! Sí, eso voy a hacer, gracias mi niña te quiero mucho – se abrazaron fuerte por un rato.

Entre citas, salidas, visitas en la casa, escapadas del colegio a la hora del descanso, besos, largas conversaciones y pequeños detalles, como la canción "lo mejor que hay en mi vida de Andrés Cepeda" que le canto en el karaoke con todo y declarada de amor, el noviazgo iba de maravilla y su corazón esta como cerdito navideño, gordo de tanto amor.

Pero esa tarde no sería como una cualquiera, salieron de compras porque estaban organizando la fiesta de amor y amistad que iban a celebrar en la casa con amigos y algunos vecinos y justo en el almacén del frente vio un espejismo, podría ser acaso, su papá, el hombre que decidió borrarla de su mundo y que no se esforzó mucho por hacérselo entender

- Mi amor ¿qué te pasa? Estas muy pálida y tus manos están frías – dirige la mirada a ese hombre que ella no para de mirar ¿quién es?

- Mi papá

¿Qué?¿No eras huérfana de mamá y papá? 

SteffyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora