Capítulo 2 'Misterio'

95 14 7
                                    

—Y tú eres... —Digo confundida, la cabeza me sigue doliendo.

—Lo siento, que torpe —Sonríe mostrando los dientes blancos—, Soy kilian, Kilian Nixon, un gusto —Extiende su mano hacia mi, cosa que rechazo. Me mira confundido y retira su mano.

—¿Cómo sabes mi nombre? —Me siento en mi taburete, coloco los codos sobre la barra y sostengo la cabeza con mis manos cerrando los ojos. Mierda. Que dolor.

—¿Segura que te encuentras bien? —Extiende su mano hacia mi brazo. En el momento en el que su piel choca con la mía me inundan escalofríos. Su tacto era áspero pero a la vez reconfortante, sin darme cuenta mis malestares se habían ido como por arte de magia. Lo miro, sus ojos parecían brillar, asiento con la cabeza.

—Si, estoy bien —Vuelve a sonreír. ¿Acaso este chico no paraba de hacerlo?—. No has contestado a mi pregunta.

—Mi hermano va contigo a Neurociencias, es amigo de Catriel y me ha contado que no para de hablar de ti. Me dijo que trabajas aquí —Mis mejillas se sonrojan. Hebe siempre decía que Catriel habla mucho de mi y que aparentemente tiene sentimientos por mi, yo opté por hacer caso omiso al tema y hacer de cuenta que todo es lo más normal—. Se nota que te tiene afecto.

—Thebe, te necesito en la mesa 14 —Grita Lucian desde donde no puedo verlo. Ruedo los ojos. Por un momento había olvidado que estaba en mi turno.

—Lo siento, tengo que volver al trabajo —Me encojo de hombros. Le sonrío y me doy vuelta en dirección a la salida de la barra.

—Espera —Se estira sobre el mármol y me toma del brazo impidiéndome seguir mi paso—, Toma esto. No me preguntes porque, sólo no te lo quites —Cuando lo miro, sus ojos parecen más brillantes de lo normal. Me atrapan, hacen efecto en mi y me siento atontada. Digo que sí sin saber porqué.

Me suelta y extiende su mano para dejar un collar de hilo negro con una piedra de color mezcla transparente con violeta. La sostengo en mis dedos y para cuando levanto mi vista hacia Kilian, él ya no está.
Guardo el regalo en mi bolsillo y sigo trabajando. El resto de las horas son como una eternidad, mi mente divaga sobre el chico misterioso. Hay algo en su presencia que me hace sentir reconfortada. Una electricidad sacudió mi cuerpo y sonreí. Al mismo tiempo estaba extraña, cuando él tocó mi brazo por primera vez me sentí exactamente igual que cuando estaba en el estacionamiento del campus.
Me siento extraña, el rostro del chico me resulta familiar pero no reconozco de donde. Como si lo conociera.

Una sombra se acerca a mí lentamente, me encuentro en un callejón sin salida.
Mi corazón late rápidamente y no logro calmarme.
Trato de detenerla pero fracaso. Le lanzo objetos, lo cual es absurdo ya que le traspasan. Cada paso que doy más atrás estoy más cerca de la mohosa pared. Me tiene acorralada.
En el pecho de la sombra algo brilla, de un color lila, la cual reconozco. Su color me atrapa. Sin darme cuenta, en un abrir y cerrar de ojos, me mira. Me mira y me siento aliviada, pero cuando menos lo esperé me atrapa. Me envuelve y me absorbe con su oscuridad, sin piedad me desarma.

Me levanto de golpe en la cama, sudando. Mitens, mi gato quien hasta hace unos segundos dormía a mi lado, ahora se encuentra en el suelo mirándome extrañado.
Me encuentro agitada y me cuesta respirar.
Sin saber el porqué una lágrima corre por mi mejilla.
Me siento frustrada, angustiada por todo esto. Como si no fuera capaz de superar los fantasmas de mi pasado, las pesadillas me persiguen noche tras noche sin descanso.
Soy un mar de lagrimas, mi fiel felino salta sobre mi regazo y le agradezco por ese acto. Este peludo amigo, que ronronea mientras lo acaricio, es mi fiel confidente.
Cada vez que una situación cómo ésta ocurría, le contaba a Mitens todo lo que había soñado y, créanme o no, él me contestaba con maullidos. O tal vez yo esté loca. Lo que es probable.
Quisiera con todas mis fuerzas poder librarme de estas pesadillas de una vez por todas y vivir en paz conmigo misma, dormir plácidamente durante toda la noche, no acostarte con la esperanza de que esa noche por fin los sueños paren y que eso no suceda.
Cada día mis ojeras son más notables y es horrible que todo el mundo te diga "oye, ¿Porqué esas ojeras, niña?" y explicarles que se debe a mi "Trabajo turno noche" en el bar.
Pasan las horas sin que yo pueda descansar, me dedico toda la madrugada a dar vueltas por la cama intentando dormir, pero nada funciona. Para cuando me doy por vencida ya es hora de levantarme. ¡Genial! Otro día a la Universidad sin dormir.
Muchos me critican mi trabajo diciendo que es muy peligroso y no es bueno el horario, pero sinceramente, es el único trabajo que me aceptaron. En éste pequeño pueblo hay falta de trabajo, y no es noticia nueva, no me encuentro en una situación económica buena como para poder rechazar un trabajo por más malo que sea.
Luego de salir del baño vestida y peinada me dispongo a emprender mi rutina diaria de desayuno.

Doppelgänger: Mundos Enfrentados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora