Mi madre solía decir que las cosas no pasan por casualidad, que no existe la suerte, nosotros atraemos la energía que transmitimos. Si piensas en positivo cosas positivas vendrán a ti y viceversa.
También con el miedo, mientras más le temas a algo o alguien, será más probable que eso a lo que le temes se haga realidad.
—¡Te he dicho que la vigilaras! —Su voz era furiosa.
En cambio mi filosofía era distinta.
Siempre pensé que nosotros atraemos lo contrario a lo que deseamos. Si, el destino es una perra, pero muchas experiencias de mi vida me han llevado a la conclusión de que mi teoría no es completamente errónea.
Vi morir a personas que pensaban firmemente que iban a poder sobrevivir.
Vi sobrevivir a personas que creían que iban a morir, dándose por vencidos.
—Lo se, maldita sea, lo se. No es de ayuda tu comentario. Tenemos que hacer algo con ella.
Toda mi vida me he concentrado en pensar que me sucedería lo peor, así cosas buenas vendrían a mi. Lo se, si lo piensas bien es un poco macabro, pero me funcionaba.
Cada vez que tenia miedo me enfocaba en que mis miedos eran cosas que yo deseaba, cosas que anhelaba. Es algo muy psicológico pero de esa manera, crean o no, pude perder el miedo a muchas cosas.
—Tenemos que llevarla a casa, es la ultima opción. Allí estará a salvo. Narvi no se atrevería a ir allí sabiendo que está con nosotros. Has que despierte.
Aunque últimamente, debo admitir, todos mis temores han florecido nuevamente y no creo ser lo suficientemente fuerte para soportarlo justo ahora.
Si mi madre estuviera aquí, estoy segura que me tomaría de los hombros y me diría que soy fuerte y que tengo el control absoluto de mi vida.
Yo le diría que está equivocada, ahora mismo no tengo control alguno sobre mi vida.
—¡Thebe, despierta ya! —Casi gritó.
Me levanté. Ojos muy abiertos y respiración agitada. Aparentemente estaba durmiendo en la parte trasera de un auto, dos hombres están en la parte delantera, Brais conduciendo y Kilian a su lado.
El primero me mira por el espejo retrovisor mientras que el otro giró su cabeza para poder observarme mejor.
Los miro sin saber qué decir, mi cuerpo duele y no puedo mover las muñecas a causa de las quemaduras de la cuerda.
Mi cabeza es invadida por imágenes de los últimos días, son tantas que vienen acompañadas de un gran dolor de cabeza.
—Ya despertó —anuncia Kilian a su hermano.
—Lo sé bobo, lo puedo ver —Rueda los ojos y se peina con la mano el cabello castaño. Sonríe—. Me alegro de que estés viva.
—Wow, eh… ¿Gracias? —Cierro los ojos con fuerza por unos segundos y me vuelvo a recostarse en el asiento. Me deben muchas explicaciones.
—Lo se, vamos a explicarte todo Thebe —Menciona Kilian mientras me mira de reojo. Abro los ojos como plato.
El transcurso del viaje fue largo, lo que me confirmó que donde me encontraba quedaba fuera del estado de Mount High.
Pasé el trayecto en silencio al igual que ellos, pero por dentro me moría por hacer miles de preguntas. Quería contarles todo lo que me había ocurrido, quería preguntarles porqué justamente ellos fueron los que me encontraron, pero todo era muy confuso.
Todavía rondaba en mi mente la confesión de Narvi sobre los mundos, no paraba de pensar en ello. ¿Ellos tendrán idea alguna de la existencia de los mundos paralelos?. Probablemente no, no creo que ellos estén metidos en algo como eso.
A quien engaño, ni siquiera yo me puedo creer algo como eso, es ridículo, ¿Mundos alternos? Patrañas.
El sonido del freno de mano me sacó de mis pensamientos. Hemos llegado a la casa de los Nixon y no se si alegrarme por eso. Por un lado no quería quedarme sola y en casa por miedo, pero una parte de mi quería alejarme de todos.
Los tres bajamos del auto sin cruzar palabra alguna, lo que siguió hasta que estuvimos en la sala de estar.
—Thebe por favor, ponte cómoda, voy por café —Y después de eso Brais desapareció en lo que parecía ser la cocina.
Me senté en el sofá, incómoda. Me sentía sucia, tenia puesta la misma ropa desde hace quien sabe cuantos días, pero seguramente más de una semana. Mi pelo estaba horrible, necesitaba una ducha y mi cuerpo entero dolía.
Lágrimas amenazaron a salir pero tomé mi última pizca de fuerza y me tranquilice.
—¿Quieres darte un baño y después hablamos? —Menciona el pelinegro y hago una mueca—. Me refiero a… si tú quieres puedes ir a ducharte para que estés más cómoda, o no como quieras.
Asiento con una sonrisa apenas visible.
Una vez que me encuentro en la tina con el agua perfectamente regulada cayendo por mi cuerpo me siento más relajada. Comienzo a lavar con la esponja la suciedad de mi cuerpo con cuidado, hay heridas que todavía están al rojo vivo y moretones muy recientes que tardarán en desaparecer.
Vagos recuerdos de los días anteriores se aparecen en cuanto cierro los ojos, un dolor se apodera de mi pecho. No un dolor físico, sino más bien emocional.
Las lágrimas que caen de mis ojos con rapidez se mezclan con la lluvia artificial de la regadera. Quiero ser fuerte, debo ser fuerte. Pero aquí, donde nadie me ve, soy realmente libre de demostrar mi dolor. Todo lo que había sufrido.
Escuché las voces de los hermanos y rápidamente me recompuse, tengo que salir de aquí antes de que se preocupen.
Caminé por el pasillo ahora un poco más relajada y fresca. Llevaba ropa de hombre pero eso era lo que menos me preocupaba en estos momentos.
Cuando me reencontré con los jóvenes en el sofá mi corazón comenzó a latir con fuerza. Llegó la hora del interrogatorio.
Me senté en el sofá individual y Kilian me extiende una taza de café caliente. Lo cual agradezco a pesar de que en estos momentos deseo un té con miel.
—De acuerdo, primero que nada, ¿Qué te ha dicho Narvi? —Brais fue el primero en hablar. Frunzo el ceño—. Se que tu debes tener muchas preguntas pero, por favor, necesitamos saber un par de cosas antes.
—Okey, eh… me ha dicho que quiere matarme, torturarme pero en ningún momento mencionó el porqué —Miro a ambos hermanos, quienes me escuchan con atención—. Siendo sincera, todo esto parece una locura.
—¿Qué es lo que parece una locura? ¿Qué te ha dicho, Thebe? —Esta vez es Kilian quien pregunta.
—No lo se, algo sobre que ella proviene de una especie de Mundo paralelo, no le he entendido muy bien solo… —Cierro los ojos—. Todo lo que decía no tenia sentido.
—Thebe, claro que lo tiene —Lo miro confundida. No, tiene que estar bromeando—. Se que cuesta creerlo pero eso que te dijo es verdad. Nosotros también venimos de otro mundo.
—No, ella está loca, eso no puede ser cierto. No bromees con algo así —Rio, pero esto no me causa en absoluto. Me están tomando el pelo—. Kilian, no puedes decirme que existen miles de mundos conectados entre sí, simplemente es estúpido —Estaba comenzando a alterarme.
—Hey, tranquila. No está bromeando. Queremos ayudarte, pero debes cooperar, vamos a aclararte todas las dudas tome el tiempo que tome —Brais fracasa en su intento de sonrisa reconfortante.
—¿Cómo me encontraron? ¿Cómo sabían que estaría allí? —Ambos se quedan mudos—, ¿Por qué conocen a Narvi? ¿Y quien diablos es ella?.
—Te contaremos todo, pero debes tranquilizarte y escuchar con atención —Dice el castaño como si se dirigiese a una niña del Kínder. Asiento. Comienza a relatar.
Narvi era una de las más importantes físicas de su mundo, una mujer realmente inteligente y altamente competitiva, desesperada por ser siempre la mejor. El suyo fue uno de los primeros planetas en descubrir la existencia del Multiverso y también el primero en descubrir la manera de viajar entre ellos. Ella y su gente crearon los ‘Espejos dimensionales' capases de transportar personas u objetos de un mundo a otro sin problema alguno.
Luego de más investigaciones descubrieron que la energía y atmósfera de los mundos otorgaba habilidades a personas de otros planetas cuando lo habitaban. No como volar y esas cosas, sino como intuición, podían saber lo que los demás pensaban, tenían una especie de influencia mental, que seria como si ellos pusieran ideas en tu cabeza diciéndote que hagas tal cosa o dejes de hacer tal otra.
Hasta ahí ella era una física normal, pero en cuanto un colega descubrió los Doppelgänger, se desquició. Comenzó a investigar más sobre ese tema antes de utilizar los espejos, llegó a la conclusión de que había una copia exacta de ella en cada planeta. Cada una con una historia diferente, edades diferentes. Narvi decidió buscarlas, necesitaba ver hasta qué punto podían ser iguales; se encontró a la primera.
Fue el botón que la detonó. Su Doppelgänger, la primera en descubrirse, era exactamente igual a ella, físicamente y en actitud, pero a diferencia de Narvi ella era física y presidente. Dirigía su Nación con gracia y amabilidad, todos la querían y amaban por su gran bondad.
Tan enferma se encontraba que no podía con la idea de que su copia sea mucho más exitosa que ella, simplemente odiaba la idea de no ser única. Tanta era su ira que terminó matando a la chica.
Desde entonces, exiliada de su mundo, se dedicó a viajar por el Multiverso asesinando a sus dobles.
Conocimos a Narvi hace unos cuatro años. Nuestro mundo estaba al borde de una guerra. Ella solo se apareció allí, en busca de su Doppelgänger, quien casualmente era la esposa de Kilian. La mató frente a nosotros sin que pudiéramos hacer nada, ella nos dijo ‘quédense quietos sin decir una palabra' y nosotros lo hicimos, sin saber porqué.
Luego de eso sólo nos escapamos de nuestro mundo y vinimos a éste. Dos años después nos mudamos a Mount High, luego mi hermano se topó contigo y supo que ella vendría por ti.
Contemplé a ambos hermanos. Ceño fruncido y un corazón acelerado. Era mucha información para procesar en tan poco tiempo.
No podía creer lo que acababa de escuchar, no paraba de pensar cuando fue que me metí en todo este lío.
Me paré del sofá y comencé a caminar de un lado hacia otro, estaba enloqueciendo.
—Así que ella y ustedes dos provienen de mundos distintos… —Ambos asienten—, Narvi quiere matarme solo porque soy igualita a ella —Vuelven a asentir—, Entonces ella volverá por mi…
—No vamos a dejar que nada te suceda, Thebe. No pudimos proteger a Adhara, pero a ti no te pasará lo mismo —La voz de Kilian suena diferente, mas pesada y apenas cruzamos miradas. Su hermano lo mira y asiente. Adhara, ella era su esposa—, Te lo prometo.
—¿Cuánto tiempo llevo allí encerrada? —El hermano menor suspira.
—Veintiún días. Pero quédate tranquila, les dijimos a tus amigos que tuviste que hacer un viaje de urgencia y falsificamos un certificado médico para tu trabajo —Sonrió victorioso el castaño. Puse los ojos en blanco.
Mierda, veintiún días encerrada. Veintiún días con una psicópata que se dedicaba a torturarme. Veintiún días sin ver a las personas que amo.
Después de continuar ‘charlando' con los chicos, cosa que duró poco, y liego de decirme que pasaría un par de días con ellos por precaución, ellos se dedicaron a preparar la cena aunque sea casi medianoche. No prepararon nada elaborado, pero para mí era la gloria. Después de pasar semanas comiendo sobras, esto para mi era un banquete real, macarrones con queso y Coca-Cola. La gloria.
Me devoré todo en cuestión de minutos todo mi plato, que cabe decir que era bastante generoso en porción, Brais me miraba divertido mientras que su hermano parecía más preocupado.
Kilian. Ahora que sabia que su difunta esposa era mi otra Doppelgänger, igual a mi, eso me ponía ¿Incomoda? Si, incomoda. Ahora podía comprender porque cada vez que me miraba lo hacia con un tono de melancolía y algo de tristeza. Debía de ser una tortura verme y pensar en que nunca volvería a estar con ella.
—Ven, te llevaré a tu cuarto —Kilian me sacó de mis pensamientos mientras se paraba y me dirigía hacia la que sería mi habitación por estos días.
—Gracias, por todo —Sonrío una vez que nos encontramos en el cuarto. El extendió su mano hasta mi para luego dejar ver un collar con una piedra lila—. ¿Una piedra?
—Es una Amatista, la de la que te había hablado ¿Recuerdas? —Asiento—, La encontré en un cuarto donde Narvi guardaba sus pertenencias, ella te lo había robado cuando te quitó los recuerdos.
—¿Me quitó mis recuerdos? —El se colocó detrás mío poniendo mi cabello a un lado para después poner el collar sobre mi cuello y prenderlo.
—Si, por eso no recuerdas el momento en el que te lo di en tu trabajo. Ella te lo quitó porque esta piedra inhibe sus poderes —Volvió a ponerse frente a mi—. es decir que mientras uses ese collar, ella no tendrá ninguna influencia sobre ti.
—Gracias —El sonrió y sin decir otra palabra se fue. Dejándome parada en medio de la habitación con la hermosa piedra entre mis dedos~
¡Hola! Gracias por esperar. Aquí tienen un nuevo capítulo.
A partir de aquí empieza lo bueno😉Besos, Vicky♡ x
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Doppelgänger: Mundos Enfrentados
Ciencia FicciónThebe Witly es una joven estudiante Universitaria en la ciudad de Campelld, Mount High. Donde conoce a un misterioso chico que proviene de una realidad paralela a la suya. Juntos deberán enfrentarse a grandes adversidades para poder sobrevivir a la...