Delirium

303 77 36
                                    


Las alucinaciones son cada vez peores, al principio no les presté mayor importancia, pero fue un grave error y ya no hay vuelta atrás. Con el paso de los días se han intensificado. Primero, veía destellos fugaces lumínicos en el cielo, para luego mirar cómo las cucarachas recorrían mi cuerpo junto a una pestilencia insoportable, y ahora siento una presencia que me sigue; me acecha en la oscuridad y no me deja tranquilo. La última vez aparecieron llagas en mis brazos y piernas, no sé quién las ha hecho, pero son enormes y negras. No sé qué hacer, necesito ayuda pero no hay nadie a quién acudir, porque soy el único ser viviente en esta insufrible casa abandonada al medio del bosque.
Las drogas que me inducen el sueño se me han acabado, y ese maldito de Kevin ya no me traerá más. Es una tortura, una semana entera despierto y mis ojos son espantosos; están completamente hinchados y ensangrentados, son tan horrendos que ya ni siquiera me puedo mirar al espejo sin asquearme. Mi cara luce bestialmente demacrada.

Gracias al cielo anoche pude dormir, pero no sé cuánto fue, ya que la noción del tiempo la he perdido por completo y no logro distinguir luna de sol.
Es mal sano, quiero dormir largamente pero no me dejan. Sé que este mal lo tengo merecido, y asimismo sé quién lo ha causado. Debo admitir que nunca debí robar a esa maldita anciana. Cuando estaba sola en su casa vi la oportunidad perfecta para hurtar algunas fruslerías, pero estoy seguro que es una bruja y me ha robado a mí, el sueño.

Ya van dos semanas sin pegar los ojos; no aguanto más esta tortura y sólo pienso en la muerte, es la única solución. Si me suicido, seguramente descansaré y estaré mucho mejor que ahora. La idea revolotea mis neuronas y cada vez toma mejor forma, pero antes de hacerlo, ¡me vengaré de esa maldita vieja ! Pagará, será mi puta en el infierno, ¡ya lo verás zorra inmunda !

Finalmente he decidido matar a mi enemiga. Me hago de un gran cuchillo que uso para asaltar, y luego escabullirme por la casa de la abuela. Llego a la puerta trasera y logro entrar completamente silente. Avanzo por la sala hacia la escalera, subo, y al final del pasillo veo la habitación que anteriormente robé. Me acerco a la puerta y logro oír como cruje la silla mientras se mece. Entro de golpe y le entierro en cuchillo desde la espina dorsal hasta el corazón… ¿Qué? No puede ser! el cuchillo no le ha hecho daño, no abrió ninguna carne ni hay sangre, cuando en medio de mi asombro, la vieja se levanta de su silla y el cuchillo desaparece por completo en el aire.
La bruja me mira fijamente. Sus ojos son completamente negros y tenebrosos! Estoy inmóvil cuando abre sus horribles fauces:

—Idiota, ladrón ja ! Me querías matar, pero a las hechiceras nadie les mata, perro estúpido. Ahora ¡vivirás la venganza de las brujas cerdo!—

Trato de arrancar, pero no me puedo mover siquiera un milímetro; cuando de pronto, la anciana eructa el infernal y triste estado mi actual condición:

—Creías que no te había visto entrar aquella noche, ¡ah ! ser asqueroso, pero te veía desde las sombras. Justo cuando arrancabas con tu motín, quebraste la ventana y te cortaste la mano dejando rastros de sangre entre los vidrios, los tomé para luego hacer un conjuro de esclavitud y te lancé el maleficio. Estás muerto en vida, nadie te ve a excepción mía: completamente vacío. Por esa razón el cuchillo no me ha dañado, fue una realidad que yo he inventado por mera diversión. Vivirás por siempre con el hechizo del insomnio, la realidad que tocas es una mentira; la inventan las alucinaciones y tus delirios serán eternos. Serás mi esclavo, mi zorro por siempre y nunca, pero nunca morirás...—

El bar de las almas perdidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora