Memories • nefilim II ( tw )

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¿Alguna vez te haz preguntado por qué suceden las cosas? ¿Por qué así, sin que tengas siquiera la oportunidad de decidir? Quizá para algunos sea diferente, pero para mí es la misma mierda todos los días.

¿Nunca te haz hecho la pregunta, 'cuánto más se supone que deba soportarlo'?  Miras a tu alrededor y ves al resto sin tener que hacer un esfuerzo, sin tener que luchar con tanto fervor. Pero tú ni siquiera puedes pelear contigo mismo cuando el mundo ya quiere darte un oponente.

¿Y una vez que termina? ¿Qué se supone que hagas una vez que toda tu lucha termina?

¿Seguir con tu vida normal? Puedo asegurarte, que estarás tan acostumbrado a levantarte con la espada en mano que ni siquiera sabrás otra cosa. Pero al menos ahora tienes una opción, ¿no?

Exacto. Yo digo que no.

Con el tiempo, nos volvemos dependientes. Vivimos tanto tiempo aferrados al dolor porque es lo único constante en nuestras vidas, que eventualmente aprendemos a soportarlo, a vivir con él.

Nos unimos tanto, al punto en que si lo sueltas, volverás a necesitarlo cuando no esté.

Eso me pasó a mí. Me liberaron porque creí, y creyeron, que eso era lo que quería, lo que necesitaba.

Ahora no estoy tan segura...

Alex suspiró y dejó el bolígrafo de lado, cerrando la libreta que tenía entre las manos.

No sabía con exactitud cuánto tiempo llevaba ya con la cacería, en el reino noseelie, puesto que ahí podrían haber pasado meses y en Beacon Hills tan sólo horas. Aquello le desconcertaba de sobremanera. Especialmente cuando no pudo evitar que los jinetes borraran al menos a la mitad del pueblo, mas pudo lograr que los devolvieran.

No sabía por qué estaba allí.

No convivía con el resto de la caza, afuera en lo salvaje, cabalgando la tormenta o comportándose como cualquier otro miembro. Al contrario, la mantenían en los confines del reino y la trataban como si fuera de la realeza, todo lo contrario a cómo se dirigían al resto de los miembros de la cacería.

No tenía ni idea de lo que había sido de la manada o de sus amigos. Sabía, de hecho, que todo aquello le afectaba, el que ya no era tan humana como lo era antes.

Había tantas cosas que la desconcertaban. Pero su padre la mantenía demasiado ocupada como para que pudiera meditarlas siquiera. Nunca salía con la cacería, sólo la obligaba a luchar con otros seelie, a veces incluso a entrar a otros. ¿Eso era para lo que la querían? Lo dudaba, no habrían hecho tanto revuelo por lograr que se les uniera.

No era del todo nefilim, así como tampoco era del todo seelie. Tampoco se había salido de control como cuando realizó el hechizo. Habían existido mestizos como ella anteriormente, parte hada, parte cazador de sombras, pero a lo que sabía, jamás resultaron tan feroces como lo era ella; lo que sólo la dejaba con una interrogante más.