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No era novedad que Alex estuviese teniendo constantemente la misma pesadilla, ya le había pasado tres veces

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No era novedad que Alex estuviese teniendo constantemente la misma pesadilla, ya le había pasado tres veces. Pero ese día tuvo un sueño, podría decirse, no tan tenebroso. La palabra correcta podría ser incluso placentero.

Alex se sentía en éxtasis en aquel momento, siendo incapaz de detenerlo. Aquel chico, al cual no lograba identificar claramente, seguía besando y lamiendo cada parte de su ser de una manera tan lenta y erótica, que ella simplemente no pudo contener sus gemidos. Podía verse a sí misma enredando los dedos en el cabello oscuro, sedoso y revuelto de él.
—Por el ángel...
De alguna manera distinguió que aquel chico también era cómo ella, por todas las runas que se desperdigaban alrededor de su cuerpo, supo que él también era un cazador de sombras. Y fue entonces cuando el nombre de aquel extraño se resbaló de sus labios...
—Matt...

Alex despertó, esta vez por el sonido de la alarma que ya había puesto. ¡Pero qué cosas pasaban por su cabeza! Aquello no era normal en absoluto. ¿Desde cuando le sucedían cosas así? Estaba segura de que su cordura pendía de un hilo.

[...]

—¡Lydia, esto es serio! — se quejó la rubia, haciendo que la aludida sonriera — A penas lo vi una vez, solamente hablamos y ya estoy teniendo estos sueños extraños... Dios, estoy tan distraída que creo que faltaré a la práctica de Lacrosse.

—Pero, ¡vamos! Que no te sorprenda. Si era sexy no tienes de qué culparte. — Alex le lanzó una mala mirada — ¿Quién era? — preguntó la Rubio-fresa, un tanto pícara.

—Su nombre es Matt.

Y de todas las reacciones que Alex se hubiese esperado de parte de Lydia, esa no era parte de ellas; sus ojos se abrieron de par en par y frunció los labios con sorpresa.

—Espera... ¿lo conoces? — inquirió con curiosidad.

—Algo así. Sólo debes que tienes que mantenerte apartada de él... No es muy buena compañía. — la chica asintió por lo bajo y ambas entraron juntas a su respectivo salón.

Básicamente la chica aprovechó las horas de clase para recuperar sus horas de sueño perdidas, o bueno, así hubiera sido de no ser porqué sintió la alteración de Lydia en su lado derecho.

—Hey — preguntó Alex — ¿estás bien?

La chica la miró un tanto alarmada, mirando a su alrededor continuamente antes de asentir.

—Tranquila, la clase está por terminar. — comentó la rubia en un intento de calmar a su amiga.

Para ella todo en aquel momento la ponía el mundo al revés; primero los jinetes, luego los sueños, luego el comportamiento de Lydia, el asesinato, el chico. Podía jurar que se sentía que moriría de agotamiento, sobre todo por la escuela, eso era una mierda. Pero gracias al ángel tenía razón y la clase se acabó pronto.

Memories • nefilim II ( tw )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora