Capítulo 5

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Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

-Illa estas guapísima

+Tú no te quedas atrás

-Ya lo se.-Dijo entre carcajadas

+¿Vas a dejar algún día de ser tan creído?

-Cuando tu dejes de ser tan adorable cuando yo soy creído.

+Pues entonces da para tiempo.

Los dos esbozamos una sonrisa, de esas de oreja a oreja.

-Oye, ¿a donde vamos?

+No te lo puedo decir hasta que lleguemos

-No,no,no,dímelo

+Si lo vas a ver ahora

-¡Que me lo digas!

+¡Que no! Si dejas de preguntar te doy pistas

-Bueno,solo por que me vas a decir pistas.

Empezamos a reir, y en ese momento noté como la mano de Jesús chocaba con la mía, repetidas veces, como si se quisieras tocar y no lo lograran,hasta que por fin, se juntaron y volví a sentir ese escalofrío. Seguimos andando y me daba pistas como "Estaremos los dos solos" "Es especial" y cosas así,imposibles de adivinar.

-¡Espera,espera,no mires!

+No,no,tranquilo.

-No me fío,ven.

Me atrajo a él y me tapó con sus dos manos. Ay dios.

-¡Jesús que me voy a matar! ¡Jesús avisame si hay alguna escalera o algo eh!

+Que si, tu confía en mi.

Noté como ya no tocaba el suelo.

-¡JESUS POR TU VIDA QUE HACES! ¡AY QUE ME VOY A CAER!

El se estaba partiendo de risa, me tenía cogida como un saco de patatas,pero hostiá,yo llevaba falda.

Se me iba a ver todo. Así que me lleve las manos a donde estaba la falda haciendo que me tapara el culo.

-Tarde.

+¡Cállate!

Empezó a reirse más aún.

+Te odio ¿lo sabes no?

-Estas muy graciosa enfadada-Dijo con una sonrisa pícara.

Me puse roja y solté una de las manos que tenía posadas en la falda para darle una colleja.

-¡Au!

+¡Por pervertido! ¡¿Todavía no hemos llegado?!

-Llegamos hace un minuto,pero me gusta tenerte así.

+Eres idiota.

Me bajé y le volví a dar una colleja, todavía roja de aquella situación.

Me fijé donde estábamos, era una azotea, enorme, habríamos subido por un edificio, y se podía ver toda Mairena y sus afuera.

-Dios Jesús,dios, es precioso.

Nos acercamos a la barandilla, a mirar las vistas tan preciosas que había. Cuando noté la respiración de Jesús cerca de mi,muy cerca, noté como sus manos bajaban hasta mi cintura, rodeándome con sus manos. Mi corazón iba a mil por hora, ¿y si era el momento? Giré la cara, para poder mirarle, su mirada se posó en mi, yo me perdía en su mirada.Era como si no existiera nada más. Él y yo. Nuestra respiración se aceleraba por momentos,las mariposas volvieron a despertar,haciendome cosquillas y haciendo que la adrenalina que sentía fuera aumentando, mi mano se posó en su mejilla, acariciándola, y él recorría la yema de sus dedos por mi brazos, haciendo que el bello se me erizara.

Con tu recuerdo siempre anclado a la deriva.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora