La flor de Theodosia (parte 2)

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 En la primera parte del capítulo anterior de "En otra vida":

Aaron se enamora, los chicos lo ayudaron a conquistar a la chica pero... eso no resultó ser lo complicado.

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(Narra Alexander)

–¡Estoy tan feliz por ti!–. John brincó hacia Burr y lo rodeó con sus piernas, trepándose en él y haciendo que casi cayera, lo abrazó y se quedó pegado a él como si fuese un escarabajo (uno muy bonito).

Normalmente Burr lo hubiera tirado al suelo, pero debido a su más reciente triunfo amoroso se contuvo. –Gracias...chicos–.

–Para eso estamos–. Lafayette también lo abrazó.

–¿Y me seguirán ayudando?–.

–¿Qué?, bueno sí, ¿Qué planeas ahora?–. Le pregunté a la vez que Laurens al fin se bajaba de nuestro compañero.

–¿Y si le cantamos algo?, le gusta mucho escucharnos cantar. Me dijo que mañana iría a un restaurante en específico, podemos llegar ahí y darle una serenata–.

–¡Sí!–. John jugó con su dije de tortuga. –Te ayudaré con la guitarra–.

–Bueno, pongámonos a escribir algo–...

Duramos dos días en prepararnos para la serenata, y al día siguiente nos encaminamos hacia el restaurante.

La gente nos vio raro cuando subimos al autobús. Nos apretujamos en dos asientos y esperamos la llegada a nuestro destino. John iba sentado a mi lado, sin nada de espacio entre nuestros cuerpos, llevaba su cabello suelto y una camiseta de manga larga azul. –Oye, Laurens, ¿Y si tocas algo mientras llegamos?–.

Al principio no quería, pero mis amigos lo alentaron, comenzó a tocar algo suave con la guitarra y a cantar. La gente en el autobús rápido le prestó atención, hasta una señora bromeó con adoptarlo. Cuando llegamos a nuestra parada teníamos los bolsillos repletos de monedas.

Miré el restaurante, era color chocolate y beige, con dos pisos y un balcón, tenía floreros debajo de las ventanas y uno colgando al lado de la puerta de madera y cristal en el centro.

Burr miró la hora en su reloj. –Sí, ella ya debe estar aquí–. Suspiró y calmó sus nervios. –¡Theodosia! ¡Theodosia!–. Gritó.

Se escuchó que abrieron la puerta que daba hacia al balcón, miramos hacia arriba y apareció una figura femenina, llevaba un vestido largo color verde olivo y el cabello recogido. –¿Chicos? ¿Qué hacen aquí?–.

–¡Hemos venido a dedicarte una canción!–. Gritó felizmente el de ojos dorados. Comenzó a tocar la guitarra, formando un ritmo entre fresco y romántico, perfecto para el amor en la juventud.

Vi como un hombre que iba pasando por la calle sacó su celular y nos empezó a grabar.

Aaron suspiró y se preparó para cantar. –♫Theodosia, hermosa rosa de primavera, con los labios escarlatas y un alma carmesí♫–. Ella nos sonrió dulcemente.

Di un paso al frente y seguí con la canción. –♫Mírala, es como una estrella naciente en un amargo y frío cielo de invierno♫–.

En otra vida (continuación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora