Capítulo IV: Destinado a ser mío

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En el capítulo anterior de "En otra vida":

Lafayette nos contó como terminó enamorándose de su director, mientras, la relación entre Laurens y Alexander sigue creciendo.

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(Narrado por Alexander)

Me había acostado con tres chicos, había dormido junto a ellos, para que se escuche menos extraño.

La suave y delicada piel de Laurens había terminado en mis brazos, Lafayette también lo abrazaba, y Mulligan lo abrazaba a él.

Sonó una batería, después un bajo, reconocí la canción de inmediato, Steady, as she goes, de The Raconteurs. Abrí mis ojos, era el despertador de Laurens, pero al ver lo lindo que se veía descansando en mis brazos decidí no molestarlo y apagarlo yo mismo, al momento en que alargué mi mano hacia el tocador él me tomó de la muñeca. –No lo apagues–, dijo medio dormido.

–Está bien, pero ya levántense, llegaremos tarde a clases–.

Estaba tratando de hacerme el responsable, pero probablemente yo estuviera con menos ganas de salir de la cama que ellos, Laurens parecía un "panquesito", era imposible querer soltarlo.

Mulligan habló. –Le doy un dólar a quien se levante primero–.

Pero no hubo ningún valiente.

–¿Dos?–.

La canción siguió corriendo.

–Vale, me los voy a follar a todos si no se levantan–.

Y nos levantamos.

...

Era algo molesto no dejar de pensar en Laurens durante clases, él se sentaba a mi lado derecho. De repente me di cuenta de que tenía la idea de cuantas pecas había en su rostro, giré a mirarlo, pero desde esa distancia era imposible contarlas. –Pss, oye, John–.

El volteó a verme, ese hombre hasta movía la cabeza de una manera linda. Llevaba una camiseta de botones, los primeros tres estaban desabotonados, pero no dije nada para poder verle el pecho.

–¿Cuántas pecas tienes en el rostro?–.

Mulligan y Lafayette voltearon para unirse a la conversación.

John se sonrojó tímidamente. –N, no sé–.

–Creo que tienes 21–.

El jugó con uno de sus rizos mientras nosotros las contábamos, estaba algo apenado.

–¡Son 21! –. Gritó Lafayette, muy feliz.

–Hay, que rápido, yo me perdí–. Confesó el de la banda.

–Sí, son 21–. Afirmé.

Hércules puso su típica cara de coqueteo. –Eah, eso significa que lo has estado observando mucho–. Dijo levantando las cejas dos veces.

Me reí de manera nerviosa, era cierto.

–John, Lafayette. Les toca pasar a exponer–. Anunció el director.

En otra vida (continuación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora