Estábamos tranquilas, sosegadas y más adjetivos que diría Miriam si estuviera tumbada con un cóctel y un libro delante de una piscina en verano.
La verdad había salido a la luz y al fin podiamos actuar con naturalidad.Ana decidió mudarse con su hermana y me pidió ayuda para meter sus cosas en cajas. Tardaríamos días y ningún plan podría sonarme mejor.
-¿Mimi?- escuché mi nombre desde la otra punta del pasillo.
La luz estaba apagada y no distinguía nada. Decidí no encenderla para pasar un rato divertido.-¿Donde estás?- pregunté rozando la pared con mis manos.
-¿Por qué no enciendes?- dijo en voz baja dado que cada segundo estaba más cerca de mi.
-Quiero comprobar una cosa- respondí.
Puse mis brazos a la altura de mis caderas para así evitar que nos chocaramos y se hiciese daño.
Mis manos acabaron en su cintura.-Me has asustado- suspiró.
-Lo sé.Nos quedamos en silencio unos segundos con nuestras frentes pegadas respirando despacio.
Mis manos no se movían de sus caderas, en cambio las suyas acariciaban despacio mis brazos.
Resopló alejándose un poco de mi intentando gestionar la situación.
-¿Vamos a estar así toda la vida?- preguntó.Nos metimos en su habitación iluminada sólo por la luz de la pantalla de su ordenador.
Había una lista de música. Le di al play para ver de qué más formas podía sorprenderme.
Cuando la música empezó a sonar, cogí sus manos y las puse en mi cintura. Las mías fueron directas a su cuello el cual acaricié despacio notando como un hormigueo empezaba a recorrer su cuerpo.
Sin darnos cuenta empezamos a movernos despacio cada vez más cerca.
Sus labios susurraron la letra de True love mientras yo con los ojos cerrados intentaba controlar todo lo que me venía a la mente.
Nuestras dedos acabaron entrelazados y mis labios buscaron su mejilla derecha.
Accidentalmente rocé sus labios.
Ella quiso apartarse pero noté que una parte de ella no la dejaba.
Nos separamos despacio y de nuevo nuestras frentes se juntaron acompañadas de un suspiro conjunto.
Disfrutamos de las últimas notas de la canción moviéndonos despacio sabiendo que esto nunca se volvería a repetir.
Al terminar busqué el interruptor y encendí la luz. Sus ojos estaban llorosos.
La abracé lo más fuerte que pude. Nunca habíamos estado tan cerca.Metí algunas cosas en unas cajas y me senté en su cama.
-Siento que no puedo parar- susurró agotada.
-Lo sé, yo también -respondí - Por eso nadie debe saberlo.
La expresión de sus ojos se volvió tranquila pero en el fondo sabía que esto no saldría bien y en algún momento tendría que acabar.
"Hasta que la llama se consuma", pensamos ambas sin decirnos nada.
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Con las de perder (Warmi)
Fanfic"Encontré la paz de mi guerra caminando entre todas las flores"